“Mi historia con las letras es una historia de amor y odio”. Así comienza su relato Paulina López, ganadora de la edición XVIII del Concurso Literario Stella Corvalán 2021, organizado por la municipalidad de Talca y cuya ceremonia de premiación se realizó de forma telemática el viernes recién pasado.
Escritora autodidacta y con una profesión alejada de las letras, Paulina cuenta que siempre quiso escribir, desde pequeña, pero al momento de decidir por una profesión, en su subconsciente daba vueltas el devenir de una tía que se dedicó a las letras con muy poca fortuna.
“Recuerdo a mi papá que decía que le había ido muy mal, que se dedicó a cualquier cosa, a hacer tarjetas de Navidad. Y me quedé con esa idea de que a mí me iría muy mal escribiendo”, confidencia.
Fue así como estudió tres años Biología y luego Kinesiología, su actual profesión que ejerce de manera regular desde el inicio de la pandemia. Sin embargo, debió pasar un tiempo por trabajos tan variados como calidad de servicio, logística, arriendo de vehículos, incluso, como jefa de operaciones en una empresa de guardias.
“Entre todo eso, me vi en crisis. Llevaba dos años trabajando en calidad de servicios, tenía una hija de cuatro años, era kinesióloga en el cartón y no sabía realmente qué quería hacer. De esa crisis salió que yo quería escribir”, narra sobre la forma en que llegó definitivamente a la literatura.
De ahí comenzó su proceso autodidacta, consultando foros de Internet y recopilando material con tips para iniciarse en la escritura. “Ahí fue que sentí que ese vacío en mi corazón se llenó”, expresa.
EL PERFECCIONISMO DE “LA TAZA ROTA”
Al igual que la carpintería, según dice, Paulina afirma que el “ser escritor es un oficio”, Entonces, sostuvo que adoptó una disciplina de escribir más de tres páginas diarias, rutina que mantuvo por un largo tiempo.
“Pero me di cuenta que hay algo importante que se debe incorporar cuando se escribe, que es el disfrutar. A mí me gusta leer, entonces, cuando leo, el primer manuscrito no es lo que precisamente me gusta leer. Es una idea que está recién partiendo. Además, soy muy perfeccionista, así que tengo mucho sentimiento de odio con mis manuscritos al principio, por eso lo trabajo hasta que, al fin, ya lo puedo leer con gusto”.
Ejemplo de ello es la obra ganadora del Premio Stella Corvalán, titulada “La taza rota”. De acuerdo a su autora, es un cuento que le significó un proceso de alrededor de tres años, desde sus inicios, pasando por un desarrollo en distintos talleres grupales, hasta su culminación.
“Esa historia tiene que ver con una emoción. Es como un desamor, un antivalor, que tiene que ver con una inseguridad de una mujer y cómo eso se refleja en una relación que, es primero de amor, pero se envenena por esta inseguridad y se transforma en celos. Tiene que ver con que yo, en un momento, tuve una relación en la que me sentí muy insegura y eso lo reflejé en esta historia y lo amplifiqué (…) Lo reflejé en la imagen de la taza, que es algo que contiene, que es algo frío, pero adentro hay algo que la entibia y también está trizándose por dentro. Esta imagen, sumado a la emoción, es lo que dio origen a la historia”, detalla sobre el cuento ganador.
Pero esta no es la primera postulación de Paulina López en el concurso Stella Corvalán. “Escribí un cuento de un sueño que tuve sobre unos pájaros. Era un cuento pésimo, pero yo juraba que iba a ganar”, expresa entre risas.
No obstante, dice que con el tiempo comenzó a postular de manera más sistemática a concursos. “Ahora postulé y no tenía expectativas de ganar. Lo hice por mejorar mi escritura y porque este cuento estaba más trabajado”, manifiesta con orgullo.
OBRA EN PROCESO
Paulina relata que cuando comenzó a escribir de manera “más disciplinada” se inclinó por los cuentos y por una novela en particular que lleva un largo periodo de elaboración. Nos adelanta que se llama “Thea” y es la historia de una mujer joven que vive en un mundo del futuro, en medio de un conflicto entre la Tierra y planetas colonizados.
“Es algo que partí escribiendo y le falta mucho. No lo puedo soltar, lo vuelvo a reescribir. Se supone que debe ser una trilogía y es un libro de ciencia ficción juvenil (…) Por el momento está en el cajón porque desde el punto de vista de la escritura necesito trabajarla aún más y también desde la historia”, afirma.
SU PRIMER “SUELDO” LITERARIO Y EL RECHAZO DE SU CUENTO GANADOR
Paulina López mira con una perspectiva optimista y de alto aprendizaje el hecho que el mismo cuento con el que ganó la presente versión del concurso Stella Corvalán, fuese rechazado en talleres literarios a los cuales postuló en su momento.
“La literatura es como la cocina. Puedo preparar el plato que más me guste, pero tal vez voy a ponerlo en una mesa donde hay comensales a los que no les va a gustar. En el fondo, la moraleja de todo esto es trabajar en perfeccionarse, creer en uno mismo y ser perseverante, aunque yo no voy a postular más a ese taller (ríe), pero me quedo con la sensación de que no entré al grupo, pero sí se benefició mi cuento porque lo trabajé para postularlo”, sostiene.
Y sobre sus inicios “remunerados”, Paulina recuerda que, aprovechando el dominio en los idiomas español, inglés y alemán, ingresó a una plataforma que consiste en que cualquier autor se contacta con personas que quieran traducir sus obras.
“Tenía que traducir unas novelas eróticas desde el español al inglés. Conocí a otra compañera a través de la plataforma y entre las dos teníamos que transcribir estas novelas eróticas. De ahí teníamos un porcentaje de ganancias según la venta. En eso me gané mis primeros diez dólares, que se demoraron harto en llegar, pero de seguro en ese momento me pude comprar algo”, recuerda entre risas.
CONCURSO LITERARIO
“Es un orgullo como alcalde poder hacer entrega de este premio literario que ya es una tradición en la escena de las letras en Chile. Desde su primera versión en 2004, hasta la fecha, el concurso que lleva el nombre de una destacada poetisa talquina es, sin duda, uno de los más importantes que se entregan a nivel municipal en el país”, señaló el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz.
Cabe señalar que este año, junto con “La taza rota”, de Paulina López Montecinos, se premió en segundo lugar a Víctor Sáez Alarcón, por su cuento “El arte de Rubén” y el tercer premio fue para Nathalie Moreno Arqueros, por el cuento “La vuelta a la manzana”.
Adicionalmente, se entregaron tres menciones honrosas a Fabiola Castillo Rojas, por el cuento “Klóketen, volverse hombre”; a Fernando Valenzuela Ruiz, por “Trenes y abismos”; y a María Catalina Ruiz Schneider, por el cuento “El señor que quería irse del condominio”.
Esta edición contó con un jurado presidido por el alcalde de Talca, Juan Carlos Díaz, e integrado por Herman Jamett Henríquez, vicepresidente de la Corporación Municipal de Cultura de Talca; María Soledad Rafide Cuadra, diplomada en Literatura Contemporánea y Lingüística del Texto; Diego Muñoz Valenzuela, escritor y presidente de Letras de Chile; Cristian Montes Capó, doctor en Literatura; y Adriano Améstica, coordinador del concurso en calidad de secretario.