La semana pasada en esta misma columna, compartía con el lector alguna información sobre nuestra región, referida a los espacios, especialmente humedales, donde se concentra una inmensa riqueza de la naturaleza, en especial, de avifauna. Escribir sobre aves, algo indicaba en el destino.
Son más de cien las especies de aves que es posible encontrar en nuestra región y, por cierto, entre ellas, los conocidos Colibrí o Picaflor que, con su extraordinaria habilidad, son capaces de suspenderse en el aire y en cada flor, pareciera que algo ocultaran. Hay una leyenda sobre ello:
“Según la leyenda, cuando a un ser humano le llega la hora de su muerte, su alma se desprende de su cuerpo y vuela libremente hasta posarse en una flor. Allí, oculta y a salvo, espera, viendo pasar los días y las noches, protegiéndose del viento con cada pétalo que la resguarda. Pero un día llega a ella un colibrí y la descubre entre los pétalos. Si es la elegida y le ha llegado el momento, amorosamente la recoge y la lleva sobre su cuerpo volando hacia el paraíso”. También se dice que “si un colibrí llega a tu ventana, es el alma de ese ser querido que viene a saludarte y a protegerte”.
Ésa, según cuentan los más sabios de los pueblos más antiguos, es la razón por la cual los colibríes saltan de flor en flor y se alejan volando rápidamente hasta perderse entre las nubes.
Son miles los colibríes, que deambulan de flor en flor, cada día, en cada jardín, en cada parque, en cada campo y bosque, buscando protección y entregando libertad.
El Maule y los maulinos podemos más, en protección, en sustentabilidad, en equilibrio y en esperanza.
Pero aún falta. Hay más un millón de hectáreas de bosques que, en cualquiera de sus tipos (conservación, protección o producción) albergan una tremenda variedad de fauna y vegetación, la cual cumple su rol con esmero.
Pero el hombre todavía no cumple su parte, porque a la fecha y en esta temporada, ya van casi 150 incendios, destruyendo esos ambientes donde habitan, entre otros, esos colibríes que buscan protección a esas almas que pasean, en libertad.