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La mujer histórica y su futuro

La mujer siempre estuvo ahí, detrás del hombre, oculta, silenciada, ejemplo de ello: Las autoras, las científicas que debían patentar sus inventos, sus libros, sus publicaciones con apellidos masculinos, con aprovechamiento masculino. Siendo así silenciosa, opacadas por ellos y la sociedad, fuimos un adorno durante décadas, dedicadas a la casa y a los hijos, no había otro futuro ni más oportunidades -quienes las tuvieron fueron privilegiadas-. a través de los distintos procesos históricos de nuestro país ese estereotipo impuesto y machista fue cambiando, la emancipación femenina y la lucha por obtener un reconocimiento para hacer parte de la construcción de nuestra sociedad fue ese Rayo de luz que impulsó la transformación de la mujer, esa que por muchas décadas -en su mayoría- fue invisibilisada, y quienes tuvieron participación en alguna actividad fue de carácter anecdótico e irregular, como por ejemplo, la lucha por obtener el derecho a sufragio femenino, presentando así la historia de la mujer como un proceso complementario y no constitutivo en la historia de nuestro país.

El 11 de septiembre de 1973 bajo el Gobierno de Salvador Allende ocurre el golpe de Estado financiado y apoyado activamente por Estados Unidos, liderado en nuestro país por Augusto Pinochet -comandante en jefe del Ejército-, dando fin al Gobierno popular, una vez más el rol de la mujer será silenciado y condicionado. Sin embargo, después de unos días, a pesar de la crueldad, la violación a los derechos humanos y la fuerte represión que utilizaba el régimen contra su pueblo, las mujeres se transformarían en compañeras, decidiendo luchar para derrocar al dictador, conformando así movimientos feministas y políticos, gatillados por el contexto dictatorial, surgiendo nuevamente el movimiento Pro-Emancipación de la Mujer Chilena (MEMCH83), Somos +, Mujeres por la vida y las distintas organizaciones sociales dirigidas por mujeres, participando en diferentes intervenciones, así como también, la creación de ollas comunes, integrándose como una fuerza autónoma dentro de la movilización social contra Pinochet. Estos movimientos sobre una lucha histórica por recuperar la democracia trajeron consigo el surgimiento de distintas instituciones con enfoque de género, siendo uno de los más relevantes el Instituto de la Mujer.

Desde el retorno de la democracia hasta la actualidad, el rol de la mujer y los diferentes movimientos feministas, han incrementado una incidencia en diferentes espacios como la participación laboral, política, cívica, educacional y familiar, entre otras, han abierto el camino para que nosotras las mujeres seamos reconocidas en una perspectiva cultural, derribando prejuicios y estereotipos, visibilizando la importancia de nuestro rol en la sociedad.

Respecto a lo anterior, hay que mencionar que el camino es largo y la transformación de la cultura machista es un proceso lento, pero hoy estamos un poco mejor que ayer, siendo uno de los hitos más importantes, el salto desde el rol de la mujer en la privacidad del hogar a la esfera pública y social, el cual nos ha permitido un reconocimiento, transformándonos como mujeres, convirtiéndonos además en compañeras de lucha para seguir construyendo un camino de equidad, derecho y reconocimiento como tal.

Hoy vivimos una de las pandemias más grandes de los últimos tiempos y una vez más el género femenino ha salido en búsqueda de soluciones, principalmente involucradas en causas sociales como lo han sido el levantamiento de ollas comunes para aportar en la alimentación de aquellas personas y familias que la crisis económica golpea fuertemente. Una vez más, en el acontecimiento que estremece a todo un país, mujeres salen a la calle para exigir justicia por las compañeras que ya no están y protección para todas.

En honor a cada mujer que ha luchado para que tengamos una sociedad más justa para nosotras y las callaron, para aquellas que día a día se levantan con ganas de cambiarlo todo y para quienes todavía no viven la transformación.

Somos mujeres y compañeras en los momentos más difíciles y en los que no también, somos la voz de las que ya no están y el abrazo de las que vendrán, mientras exista una razón para luchar seguiremos estando presentes en la construcción de nuestra sociedad, seguiremos siendo el otro pulmón de Chile.

¡NO SOMOS HISTÉRICAS, SOMOS HISTÓRICAS COMPAÑERAS!

 

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