Al parecer el sistema educativo -como la mayoría de la sociedad- no estaba preparado para enfrentar una situación como la que hemos vivido en pandemia… ¿O la pandemia no hizo otra cosa que acentuar los déficit del sistema?
“Es evidente que el sistema educativo, antes de la pandemia, tenía debilidades relacionadas tanto con la formación y capacitación docente como con el retraso en las nuevos roles que estaban generándose en el estudiante, propios de las actualizaciones tecnológicas y los cambios de paradigmas. Lo cual se acrecienta al establecer una nueva modalidad de enseñanza aprendizaje que se implementó en pocas semanas, obligando a las instituciones educativas a levantar plataformas de aulas virtuales sin mucha experiencia, además de convertir contenidos dictados en nivel presencial a un formato online, donde se obliga a un docente reacio a emplear tecnología, a crear recursos y actividades de evaluación sin siquiera saber usar un procesador de texto. Toda esta situación generó como resultado, un proceso de enseñanza aprendizaje muy poco positivo para los estudiantes y con una transmisión de conocimiento con características bancarias, ya que lo que se buscaba era vaciar contenidos en las sesiones de clases sin verificación a través de la retroalimentación, la fijación de un conocimiento o la generación de aprendizaje significativo”.
¿Quiénes han logrado reaccionar de mejor manera: profesores, alumnos, directivos de los establecimientos, autoridades (de gobierno, comunales)? ¿Se puede rescatar algo bueno de todo esto? ¿O todos pierden?
“Evidentemente, los actores involucrados no han reaccionado del todo bien ante este cambio, ya que todos han tenido que aprender y muchas veces ha sido por ensayo y error. Sin embargo, paso a paso han empezado a reconocer sus roles y asumirlos de la mejor manera, aunque hay que resaltar que los factores de conectividad y acceso a recursos tecnológicos también han afectado el proceso de transición. No todo el sector educativo contó en sus inicios con dichos recursos tecnológicos, aunado a las plataformas que tampoco contaban. Ahora bien, lo bueno de todo este cambio, es que contamos con estudiantes, docentes y directivos de establecimientos ya capacitados y en búsqueda de mejorar sus procesos de educación online. En cuanto al gobierno, se dio cuenta que hay que capacitar al sector educativo en cuanto a los cambios paradigmáticos que existen en la actualidad, además de brindarles recursos tecnológicos y de conectividad para todos los sectores, especialmente a las regiones más lejanas”.
Los profesores han sido reticentes a volver a clases, argumentando el resguardo de la salud de la comunidad educativa, lo que evidentemente trae una mayor carga laboral. ¿Cómo se resuelve esta ecuación entre asegurar la salud, no volver a clases y la carga extra a la que están expuestos hoy los docentes? ¿Alguien tiene que perder?
“Es evidente que el teletrabajo demanda mayor inversión de tiempo, además de la no división de espacios para su ejecución. Es decir, nuestro hogar se convierte en aula de clase sin paredes o en una oficina, lo que genera agobio y desgaste emocional, más aún cuando no se cuenta con herramientas y capacitación necesaria para ejecutarlo. De ahí la importancia de retomar las clases presenciales, tomando en cuenta las normas sanitarias adecuadas como es la vacunación oportuna, los aforos controlados y los implementos sanitarios adecuados para atender una población estudiantil. Cabe destacar, que si se decide no volver a la presencialidad la tasa de docentes con licencia se incrementará de forma considerable, afectándose a los establecimientos educacionales y a su población estudiantil”.
¿Qué pasa con el aprendizaje de los estudiantes? ¿Cómo les afectará el estar casi dos años en aulas virtuales? ¿Puede la enseñanza virtual reemplazar a la presencial?
“El aprendizaje virtual tiene muchas ventajas y desventajas, ya que potencia el análisis critico de los estudiantes, su autonomía en el proceso de enseñanza aprendizaje y la investigación, además que lleva al estudiante a ser administrador de su tiempo. Sin embargo, se hace necesario establecer la socialización presencial y su interacción con los pares dentro de sus espacios de enseñanza aprendizaje. Especialmente a los más pequeños, quienes están en proceso de formación y socialización. Es importante resaltar que la presencialidad y los docentes nunca serán reemplazados por una educación virtual, ya que ambas tienen diferencias bien marcadas siendo una de ellas la parte humana, empatía y socialización de contacto físico presencial”.
Uno podría suponer que la virtualidad no hará más que aumentar las brechas y desigualdades entre educación pública y privada…
“No necesariamente, ya que hay estudiantes donde su núcleo familiar se ha integrado a su proceso de formación virtual generándose resultados académicos brillantes. Por lo que hay que resaltar la frase ‘Querer es Poder’”.
¿Cómo evalúa la reacción de las autoridades educativas a la hora de enfrentar la pandemia? ¿Se ha puesto demasiado énfasis tal vez en el ‘gallito’ con el Colegio de Profesores para volver a clases, descuidando la forma en que se puede adaptar mejor el proceso educativo a la virtualidad?
“Obviamente, tanto las autoridades educativas como el Colegio de Profesores defienden sus posiciones. Por lo que muchas de estas diatribas, han generado que no se le de la importancia necesaria a la capacitación y recursos a invertir en la educación virtual. Donde muchos establecimientos educacionales fueron afectados además de los contagios que se generaron”.
¿No será el actual contexto una oportunidad para repensar nuestro sistema educativo, para buscar soluciones a problemas que vienen de antes de la pandemia, tomando en cuenta la velocidad en que ha avanzado la sociedad y, especialmente, la tecnología?
“Cada situación que se presenta en la sociedad y que se relaciona directamente con la educación, son momentos que nos llevan a recapacitar y a mejorar. La educación virtual siempre ha estado en la palestra de nuestros procesos académicos, pero no se le dio importancia hasta que se generó la pandemia. Ahí fue el momento donde los gobiernos a nivel mundial se dieron cuenta que habían dejado de lado esta herramienta tan poderosa. Fue acá donde se evidencia que no tienen ni el personal calificado ni las plataformas adecuadas para impartirla. Sin embargo, hay que resaltar que al momento de volver a la presencialidad, la educación virtual no desaparece, sino todo lo contrario, ésta se fortalece especialmente a nivel universitario dándole oportunidad a muchas personas a continuar sus estudios a través de esta modalidad. Aunado a ello, también las empresas pueden hacer alianzas con universidades o empresas de capacitación, para crear un nuevo perfil de profesionales alineados a las nuevas necesidades de las organizaciones en distintos sectores. Es decir, nace un nuevo emporio empresarial en el campo educativo”.
Formación universitaria
¿Qué ha pasado con la formación universitaria de los futuros profesores en pandemia? ¿Cómo ha enfrentado la UCM esta situación?
“Los profesores universitarios han tenido que formarse con recursos y actividades que deben emplear en la educación virtual, reconociendo una vez más que todo docente debe mantenerse actualizado con las herramientas necesarias que van emergiendo como parte del currículo dinámico que posee el sector educativo. En cuanto a la UCM, se ha generado un área de capacitación y acompañamiento tanto para los docentes como para estudiantes, donde se les brinda las herramientas necesarias para ser aplicadas en el ámbito pedagógico y que el resultado del proceso de enseñanza aprendizaje se de en la mejor forma posible. Así mismo, existe una plataforma diseñada donde cada docente pueda crear cada actividad curricular (aula virtual por asignatura) con la información adecuada para que el estudiante pueda desarrollar sus actividades académicas, una vez que culminen sus sesiones sincrónicas. Sin embargo, es importante resaltar que también se implementaron los canales digitales de comunicación a través de correo electrónico o vía TEAMS, para mantener la comunicación continua con sus docentes y aclarar cualquier duda”.
¿Se puede valorar hoy si existirán déficit formativos o eso se resolverá solo una vez que egresen y comiencen a ejercer?
“Toda institución educativa tuvo que resolver sus procesos de formación virtual de la mejor manera posible y así disminuir cualquier brecha que pudo originar los déficit formativos, propios del cambio de una educación presencial a una virtual. En cuanto a la UCM, se generan grupos colaborativos y se brinda la oportunidad para que una vez que egresen los estudiantes cuenten con procesos formativos actualizados que fortalezcan su perfil profesional, así mismo el ámbito pedagógico en su proceso de práctica, posee elementos que hacen que la formación profesional esté siempre fortalecida y alineada a los contextos auténticos a los cuales se enfrentarán los futuros docentes, dotándolos de herramientas pedagógicas y administrativas que puedan aplicar en su campo profesional”.
¿Hay una fecha tentativa en la universidad para volver a las clases presenciales?
“Se espera que para el segundo semestre del 2021, se inicien las clases con aforos reducidos y modalidades híbridas, respetando los protocolos sanitarios del Covid19. Sin embargo, todo dependerá de las fases en que nos encontremos y lo que dictamine el órgano superior de educación”.
En lo personal, desde su labor docente en la universidad, ¿cómo se ha adaptado al contexto educativo en pandemia?
“Mi preparación y adaptación ha sido muy buena, ya que he recibido la capacitación continua para el uso de recursos y tecnologías que me permitieron desarrollar mis actividades laborales, además de recibir de forma continua el acompañamiento necesario durante el proceso de aprendizaje al nuevo entorno laboral de teletrabajo, así como también reconozco que se fortaleció nuestro equipo de trabajo”.