A partir del año 2013, la Región del Maule ha venido experimentando devastadores incendios forestales, siendo el mega incendio forestal del año 2017, conocido como tormenta de fuego, el primer incendio de sexta generación a nivel mundial. Estos eventos han provocado la pérdida de bosques, fauna, hogares y vidas humanas, dejando una huella dolorosa en nuestra región. Frente a esta amenaza, la campaña «Ojos para el Maule» de la UCM, se presenta como un faro de esperanza en la ruta de la generación de conciencia del riesgo de incendios forestales y de la real posibilidad de prevenirlos. Entonces nos preguntamos, ¿Estamos tomando de manera oportuna las medidas necesarias para prevenir tragedias futuras?
La campaña “Ojos para el Maule” busca crear conciencia sobre la prevención de incendios a través de contenido escrito, videos y audios, publicados en la página web de la Universidad Católica del Maule (UCM) y difundido por redes sociales. Además, ofrece a la comunidad la posibilidad de certificarse como vigía de prevención, mediante el desarrollo de un cuestionario que da cuenta de la observación del entorno, las actividades que causan incendios forestales, y las acciones a realizar si se detecta una situación riesgosa.
Si bien esta campaña es un avance en la creación de conciencia sobre la prevención de incendios forestales, aún queda mucho por hacer. Se requiere de un programa a largo plazo, que integre las iniciativas que se han implementado por parte de las comunidades, CONAF y las empresas, que mantenga vigente la percepción del riesgo.
La implementación continua de medidas preventivas como la educación para conductas responsables, la información de alertas climáticas, la difusión de la investigación de las causas de los siniestros y sus sanciones, la creación y mantención de cortafuegos en áreas de bosques, pastizales y en áreas de interfaz, la difusión del trabajo de las comunidades, los planes de primera reacción en comunas aisladas cuando ya las capacidades de CONAF han sido sobrepasadas y los planes de evacuación; todas estas son medidas fundamentales que se deben seguir aplicando.
Es importante destacar el compromiso y el trabajo voluntario de los líderes de las comunidades que planifican e implementan planes de prevención de incendios forestales. Su ejemplo motiva a las personas de su propia comunidad, pero también trasciende a otras comunidades, sumando así cada vez más personas comprometidas. Por otro lado, luego del aprendizaje logrado post tormenta de fuego, a nivel de planificación territorial, se requiere diseñar e implementar medidas mitigatorias para el manejo de paisajes resilientes y resistentes.
La prevención de los incendios forestales es de responsabilidad compartida entre la ciudadanía y las autoridades. Todos los ciudadanos tenemos un rol fundamental en la protección de nuestro entorno, cuidando nuestras acciones y también informando a las autoridades sobre las actividades sospechosas y la presencia de humo y fuego en la vegetación; todos somos guardianes de nuestra Región del Maule.
La campaña «Ojos para el Maule» es un aporte al conocimiento para proteger nuestra región de los incendios forestales y también es un llamado a la acción para lograr comportamientos seguros con el medio ambiente. La conducta responsable de cada uno de nosotros es valiosa, pues protege nuestros hogares y contribuye a preservar nuestra naturaleza, dando cuenta así del cuidado de nuestra Casa Común, para lograr un entorno sano y seguro para las generaciones actuales y futuras. Finalmente, la prevención de incendios forestales es más que una campaña, es un compromiso continuo con la vida y la prosperidad de nuestra región.
Carmen Bravo
Académica del Departamento de Ciencias Forestales
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales
Universidad Católica del Maule
