La sorpresa de la elección fueron los candidatos independientes y mediáticos con alta votación. Pareciera ser que la modalidad para el desarrollo de las campañas terminó premiando a los candidatos más conocidos. Es así como Daniel Stingo, Teresa Marinovic, Benito Baranda, Marcella Cubillos y Malucha Pinto resultaron electos. Acá, además, coexiste un problema adicional para la ciudadanía. Dada la amplia oferta de candidatos, los votantes se inclinaron por los nombres que ya conocían.
Lo anterior revela un comportamiento paradójico. Por un lado, con las facilidades entregadas a los independientes para la formación de listas se aumentó la oferta de candidatos, permitiendo el acceso a la papeleta de candidatos desconocidos. Pero, por otro lado, al hacer esto terminaron confundiendo al elector quien manifestó su voto por las opciones sobre las cuales tuviera algo de información disponible. En efecto, la votación blanca y nula en la elección de convencionales rondó el 8% mientras que en la de gobernadores fue de apenas un 2%.
Algo distinto ocurre con los gobernadores regionales, confirmando la tesis respecto a la sobreoferta de candidatos. Es aquí donde candidatos como Rodrigo Mundaca o Karina Oliva con menor exposición mediática que Aldo Valle o Pablo Maltés lograron mejores resultados. Sin lugar a duda, estos candidatos con menores posibilidades de resultar electos o pasar a segunda vuelta fueron otra de las sorpresas de la elección. Otra sorpresa de la elección ocurre en la Región del Maule. La votación inesperada de Francisco Pulgar lo pone como un actor clave de cara a la segunda vuelta. Su apoyo puede determinar el resultado en segunda vuelta. En alcaldes se repite un escenario parecido. Candidatos como Vodanovic, con menor exposición mediática en comparación con Kathy Barriga obtuvieron una votación importante.
En términos de participación electoral, se advertían previo a la elección dos escenarios posibles. El primero era que la participación fuera parecida a la de las elecciones municipales, donde tradicionalmente existe una votación menor. El segundo escenario era que la participación fuera similar a la del plebiscito con una participación anormalmente alta para una elección con voto voluntario. Los datos muestran una participación en torno al 40%. Esto la ubicaría entre los dos escenarios. Por tanto, pareciera ser que los candidatos a convencional no lograron entusiasmar por completo al electorado. De hecho, las estimaciones indicaban que en el plebiscito entraron un millón de nuevos votantes. Es decir, personas que con anterioridad no habían votado en ninguna elección. Acá no se logró capturar a esos votantes.