Hace rato que no me reía tanto. Creo que la última vez que me reí con tantas ganas fue cuando me caí de la galería del circo carcajeándome con la rutina de un payaso y un burro. Claro que más se reía mi papá cuando se acordaba. Él juraba, entre risitas burlonas, que yo seguía riéndome mientras me paraba y miraba asustado hacia arriba.
Ahora que lo pienso, creo que también me reí revolcándome en el suelo la primera vez que vi ¿Y dónde está el piloto? Esa vez también estaba mi papá presente, pero no dijo nada, solo me miraba entre sorprendido y perplejo.
Con los libros es más difícil reírse de esa forma tan impúdica, aunque recuerdo varias crónicas me han sacado algunas sonrisas, pero una crónica no es una novela, que es lo que más leo. Mentira. Leo ficción, es cierto, me acomoda la verdad de la mentira. Pero, matemáticamente, estadísticamente, debo admitir que leo más crónicas periodísticas. Ahora menos porque la suscripción está poniendo difícil la cosa.
Me queda un montón de artículos archivados que me han ayudado a sobrevivir entre tanta mediocridad. Como Juan José Millás y sus palabras, sus crónicas, sus cuentos. Gracias Juan.
Y ahora resulta que descubro, tarde, muy tarde, vergonzosamente tarde, a Eugenio Lira Massi. Me cuenta Nibaldo Mosciatti que Lira Massi ejerció una escritura chilena y popular. Que fue allendista, que fue de izquierda a su manera, que en su programa “La entrevista impertinente” de Canal 13 le pidió a un político, reconocido por su expresividad, que guardara silencio por un minuto. Mosciatti rescata varios ejemplos de la escritura de Lira Massi. “Nos miramos y fuimos amigos. En primer lugar, tenía cara de persona y, enseguida, me dio la mayor prueba de simpatía: se hizo pichi…”. No le voy arruinar el placer de un final “liramasiano”. Busque. Lea.
En la misma entrevista impertinente le preguntó a Allende: “A usted le dicen ‘El Pije’: ¿cuántos ternos tiene? “Solo uno más que usted”, le respondió. Y Lira Massi: “¡Ah, entonces tiene dos!”.
Busco “La cueva del Senado y los 45 senadores” y es imposible no reírse a carcajadas. Lira Massi es de los buenos.
Se lo recomiendo presidente. Lea a Lira Massi sentadito en la arena, comiéndose un barros luco, apague el celular, no pesque, ahora que puede…al menos por unos días.