En una diálogo de fútbol entre personas desconocidas, alguien de Santiago planteó la siguiente idea. “De las últimas décadas si tuviese que nombrar cien futbolistas formados por O´higgins conocidos, lo hago rápidamente, pero de Rangers, podría nombrar diez y me demoraría en hacerlo… Eduardo Rubio, Cristian Montecinos, … Carlos Garrido, Boris González, Nicolás Peric, Dunga Pinto y el último, Angelo Sagal”.
Del plantel de 33 futbolistas de O’Higgins en primera A de 2014, 15 eran canteranos estando Berizzo de entrenador. De los conocidos, Cristian Cuevas (comprado por Chelsea en ese entonces, hoy en Huachipato), César Fuentes (Colo-Colo), Nicolás Vargas (Ñublense) y Benjamín Vidal (Coquimbo) eran algunos de cantera. También Bastián San Juan (hoy en Magallanes) quien siendo de esta zona, surgió de O´higgins. Poco después aparecieron Francisco Arancibia (Palmeiras, U. de Chile y hoy en O´higgins), Juan Fuentes (Universidad Católica) y Tomás Alarcón (Cádiz de España). Esta amplitud de futbolistas no es casualidad si desde algunos años cuentan con el “Monasterio Celeste”, un predio de catorce hectáreas de US$1,5 millones de inversión y con un hotel de concentración para treinta personas. Ambas regiones tienen un millón de habitantes, son futbolizadas, poseen alrededor de cuatrocientos equipos de fútbol aficionado. Siendo similares, existen diferencias.
Actualmente Rangers avanza hacia la normalización de sus divisiones inferiores. Luego de muchas dificultades comprensibles producto de la crisis sanitaria, ya cuentan con cuatro categorías que entrenan presencialmente. Dos de ellas competirán en el torneo ANFP desde septiembre (sub-18 y 21), por lo que sugiero seguirlos ya que se observan promisorios futbolistas observados en los partidos previos. Sin embargo, más allá de lo anterior, urge un cambio de perspectiva institucional, un giro radical donde el centro no sea solo el primer equipo profesional de Marcoleta, sino también su cantera. Donde la atención institucional, de la hinchada y medios de comunicación no se limite al exitismo del resultado por venir, o la búsqueda del “9” como tercer refuerzo. Existe potencial en la zona, pero se debemos desarrollar.