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Los escenarios políticos que subyacen en la elección de consejeros regionales

No es la “madre de todas las batallas”. Tampoco concita las luces ni flashes de las cámaras de TV. Pero lo que se juega en este proceso para conformar un nuevo Consejo Regional no es menor

Si bien los ojos estarán puestos en la carrera por llegar a La Moneda y en la de asegurar los escaños en la Cámara de Diputados; en la conformación del Consejo Regional del Maule, no sólo se sacarán cálculos políticos – electorales, también están en juego los destinos de la región y su institucionalidad.

La instalación de las nuevas autoridades regionales involucra desafíos de orden político, pero también técnicos y que se orientan a generar una gobernanza que incluya participación ciudadana para la construcción del tan anhelado desarrollo territorial.

En el caso del Maule, el movimiento de piezas para la conformación de esta instancia es mirada con lupa desde las internas de los partidos, y es que cuando existe un espacio para ejercer poder cada voto vale oro.

Actualmente el Consejo Regional del Maule está integrado por 20 miembros. De esos, un total de 10 corresponden a partidos de derecha; siendo RN quien tiene mayoría con 5 consejeros, seguidos por cuatro de la UDI y uno que es militante del Partido Republicano.

En la vereda opositora, hay 8 consejeros; de los cuales 4 son DC. En el caso de los partidos Socialista, Radical, Comunista y el Frente Regional Verde, cada uno cuenta con un representante. A ellos se suman dos independientes, entre ellos el recientemente fallecido Roberto Urrutia.

En los comicios de hoy, el grueso de los consejeros buscará su reelección por un nuevo período, de manera ser parte de este selecto “grupo de los 20”, instancia que será presidida por la actual gobernadora regional, Cristina Bravo. A estos se suma una lista de aspirantes que supera el centenar, entre exalcaldes, antiguos concejales y otrora directores de servicio y secretarios ministeriales. Sin dejar de lado dirigentes sociales y personeros con marcado arraigo a nivel de bases.

Con ese primer factor sobre la mesa, adelantar pronósticos no está nada fácil. Si a ello se le anexa el factor presidencial, que sin duda se lleva toda la atención del electorado, y el desconocimiento que aún existe respecto del rol que desempeña esta entidad; la tarea por conseguir los apoyos, que aseguren un sillón en el CORE, se avizora bastante compleja.

CONTEXTO

A juicio del comentarista político talquino, Patricio Avilés, en el caso del Maule, hay elementos muy decidores, que puede marcar no sólo la actual carrera electoral de los consejeros regionales, sino que también la actual disposición de fuerzas al interior del organismo.

“Hoy vemos mucha campaña individual y poco asociada a las opciones presidenciales y de diputados. A eso se suma que existe un volumen de listas bastante grandes y que abre la opción cierta a que se disperse y fragmente la votación (…) Tenemos casi 200 candidatos para elegir 20, y esto puede significar que la cifra repartidora baje con respecto a la elección anterior, lo que implica que obviamente van a cambiar las características y la composición del CORE”, explicó.

Hilando a lo fino, detalló que se puede abrir un contexto favorable para el mundo de la izquierda, específicamente de aquella articulación originada desde el mundo Comunista o bien desde el Frente Amplio. A ello, agregó, se suma la merma de algunas colectividades, que, si bien históricamente siempre estuvieron representadas, en esta ocasión no lo están.

“Es lo que ocurre con el PPD, que no cuenta con candidatos en la provincia de Linares o el Partido Socialista que sólo presentó un postulante en Talca y lo propio en la provincia de Curicó (…) Sin duda, esto puede significar un órgano bastante distinto a lo que uno ha conocido. En el Maule conocimos consejos regionales que tenían fuerzas claramente ordenadas. En esta oportunidad, eso puede cambiar”, recalcó.

Más cauto se manifestó el cientista político de la Universidad de Talca, Mario Herrera, quien aseveró que los sistemas proporcionales -por lo cuales se rige esta elección- en general, incentivan la formación de coaliciones y fortalecen a los partidos políticos.

“Sólo por efecto matemático ir en un subpacto o una lista favorece las chances de resultar electo. Ello no implica que pueda aumentar la representación de independientes, pero sí que requieran más votos para resultar electos. Además, dado el volumen de candidatos, estas elecciones suelen representar en mayor medida la fuerza de los partidos políticos, toda vez que la etiqueta partidista actúa como un atajo informacional para la población”, dijo.

Para la docente de la Escuela de Administración Pública de la Universidad Estatal de O´Higgins, Morín Contreras, la elección de consejeros no debiera generar mayores sorpresas; precisando que el escenario visto en los procesos constituyentes y municipales no son homologables.

“La Constituyente permitió la presentación de listas de independientes, lo que posibilitó la elección de candidatos que no pertenecían a los partidos tradicionales. La elección de concejales se basó más en las listas de pactos entre partidos tradicionales, y no existió la posibilidad de levantar listas de independientes. Lo propio sucede en el caso de los consejeros, por lo que se espera que los electos se distribuyan mayoritariamente entre los partidos asociados en pactos o listas”, acotó.

PARTICIPACIÓN

Los datos entregados por Servel, dan cuenta que, en términos de votación general, desde que se comenzó a elegir por votación popular a los consejeros regionales, hubo una participación similar con las parlamentarias y presidenciales de los años 2013 y 2017. Ahora bien, la diferencia se observa respecto a la cantidad de votos nulos y blancos de las personas en cada elección. Mientras en la primera elección por votación popular de estas autoridades en el 2013, hubo mayor cantidad de votos blancos y nulos respecto a la elección parlamentaria; en el proceso de 2017 se redujeron sólo los votos nulos en la elección de consejeros, en relación a la parlamentaria.

Así y todo, el fantasma de la abstención en este proceso en particular, ronda por la cabeza de algunos, dando pie a diversas posturas por parte de los expertos.

La merma en la votación de consejeros, en opinión de Morín Contreras, es una posibilidad cierta. Sin embargo, aseguró que a nivel local la disputa por este cargo adquiere una dinámica propia.

“Los candidatos arropan su campaña con las de diputados o senadores, según sea el caso, siendo parte de la propuesta de las listas de las distintas coaliciones. Si los candidatos asocian sus campañas a los parlamentarios tendrán un mejor resultado que si hacen campaña en solitario (…) El factor Lista, también juega a favor, versus los candidatos independientes fuera de pacto”, explicó.

Por su parte, Patricio Avilés, enfatizó que la presencia de ciertos “caudillos o líderes comunales” puede cargar la balanza, asegurando una mayor participación electoral.

Así, por ejemplo, Constitución siempre ha privilegiado su apoyo a gente de esa comuna, como el caso de Pablo del Río o Roberto Urrutia. Lo mismo se puede apreciar en comunas como Molina con Mirtha Segura, en Teno con la figura de Manuel Améstica o bien en Cauquenes con Juan Andrés Muñoz.

“Hay zonas donde se vota en forma muy localista. En estos casos, el peso de su presentación es muy territorial, y al igual que al fenómeno de los concejales, estos tendrán posibilidades de ser electos en la medida que tengan nichos electorales, ya sea asociados a territorios o bien a identidades específicas, y que permitan capturar un peso electoral mayor», indicó.

TAREA PENDIENTE

En lo que sí existe consenso, es en la necesidad de fortalecer esta institución, más allá del hecho de ser parte de una papeleta cada cuatro años.

El experto y Doctor en Historia Política Chilena de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Raúl Burgos, considera esencial intensificar los esfuerzos para explicar las funciones y visibilizar las tareas que realizan los consejeros.

A su juicio, aquí se requieren esfuerzos de pedagogía política por parte de las autoridades e instituciones, y no dejar solamente esta responsabilidad en las autoridades en ejercicio o en cada una de las candidaturas.

“Esto ayudaría para ir construyendo una cultura proclive a la regionalización y en donde la ciudadanía comprenda el rol que le cabe no sólo en elegir a las autoridades, sino que también en vincularse con ellas para promover el desarrollo de su región”, precisó.

En el mismo tenor se manifiesta el académico Mario Herrera, quien precisó que “si en el pasado era importante dado el volumen de dinero que involucraban los proyectos que debían aprobar, ahora lo son más (…) Los gobiernos regionales tendrán mayores atribuciones que en el pasado. Los consejeros serán, precisamente, un contrapeso a las funciones que desempeñen los gobernadores regionales”.

Por su parte, Morín Contreras le da tarea a quien hoy tiene el mandato popular como la máxima autoridad regional, “y es que a éste no le será indiferente la composición del CORE, por tanto, la gobernadora regional, debiera ser la principal interesada en potenciar la difusión, educación, conocimiento e incluso la elección de los consejeros”.

Más allá va Patricio Avilés, para quien es fundamental empezar “por casa” y que sean, en primer término, los propios candidatos, quienes se interioricen y conozcan respecto de sus tareas y responsabilidades.

“Uno mira las campañas y siguen siendo campañas de oferta de proyectos, en circunstancias que el CORE cumplirá una función similar a la que desarrolla el Parlamento; en el entendido de discutir partidas presupuestarias. Esto es importante saberlo, porque si los candidatos no lo entienden, es bien complejo que la ciudadanía comprenda el nuevo rol, y pueda así tomar una decisión vinculada a esa nueva función que van a asumir”, puntualizó.

Juan José Vega

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