“Historia de Chile”, de José del Pozo, es una lograda síntesis de la evolución histórica nacional, desde su poblamiento por los pueblos originarios hasta el presente. Una mirada crítica, controvertida, en momentos que la sociedad chilena necesita un diálogo profundo (Mario Rodríguez Órdenes)
El historiador José del Pozo Artigas (Viña del Mar, 1943) estuvo recientemente en Santiago para el lanzamiento de su libro “Historia de Chile /la construcción de una sociedad desigual” (LOM Ediciones, 2023) un aporte a la historiografía nacional, en momentos complejos de la sociedad chilena, que requiere fecundo diálogo para superar sus profundas contradicciones. La desigualdad es el eje articulador de esta investigación e intenta comprender sus orígenes, sus cambios y continuidades.
Con una fecunda estadía en la Universidad de Quebec en Montreal, donde hizo clases de historia latinoamericana, entre los años 1974 y 2014, José del Pozo Artigas ha mantenido su vinculación e investigaciones con la historia de Chile. Entre sus libros destacamos: Rebeldes, reformistas y revolucionarios. Una historia oral de la izquierda chilena en la época de la Unidad Popular (Documentas, 1992), Historia del vino chileno (Editorial 1998), Historia de América Latina y del Caribe (LOM, 2002), Exiliados, emigrados y retornados. Chilenos en América y Europa, 1973 – 2004 (RIL, 2006), Allende: como su historia ha sido relatada (LOM, 2017) y Diccionario histórico de la dictadura – cívico militar en Chile (2018).
José, ¿qué explica escribir una nueva historia de Chile?
“Soy un historiador chileno que vive en Canadá desde hace casi cincuenta años, producto del golpe de Estado de 1973. Mientras vivía en Chile hice mis estudios para obtener el título de profesor de Estado en historia y geografía en la Universidad de Chile, entre 1961 y 1965. Poco antes del golpe había comenzado a enseñar a nivel universitario. Después de la tragedia de 1973, pude retomar mi carrera en la Université du Québec (UQAM) en Montreal, gracias a lo cual he podido escribir bastantes libros, la gran mayoría dedicados a temas chilenos. El último de ellos fue ‘Diccionario histórico de la dictadura cívico-militar en Chile’, aparecido en 2018, bajo el sello de LOM. Fue esta editorial la que me pidió que escribiera una historia de Chile, indicándome que debía ser una obra de carácter de síntesis, que expusiera en un número razonable de páginas nuestra historia desde sus comienzos hasta la actualidad”.
Un gran desafío considerando que la historia de nuestro país ha sido tratada en múltiples ocasiones…
“Acepté el desafío. Me pareció un hermoso desafío intelectual. Escribir una nueva historia de Chile implicaba ofrecer algo que fuera un tanto distinto a las ya existentes, con otras perspectivas. Evidentemente, las informaciones básicas son las mismas que en otros estudios, ya que los hechos no se pueden cambiar. Lo que sí cambia es el enfoque y la manera de entregar la información. De partida, el libro tiene un subtítulo: La construcción de una sociedad desigual. Esto en sí mismo era novedoso y le daba un carácter, una orientación, ya que el conjunto de los hechos era analizado en función de esa característica que, desgraciadamente, marca la historia chilena desde la conquista española hasta hoy”.
¿Cuál es la tesis del libro?
“Creo haberla fundamentado al explicar las consecuencias de la conquista, con las prácticas dirigidas al sometimiento de la población indígena, que dejó profundas huellas en nuestra sociedad. No es por nada que Chile fue la única de las colonias españolas donde la esclavitud de los indios persistió largo tiempo, y lo mismo ocurrió con la encomienda, aquella institución de trabajo forzado para los indígenas, que continuó hasta el siglo XVIII, pese a que ya había desaparecido en el resto de la América española. En fin, y esto es clave, desde la conquista comenzó el proceso de apropiación desigual de la tierra, dando lugar a la formación paulatina de latifundios, práctica que continuó tras la independencia, durante todo el siglo XIX. Tales fueron las bases de la sociedad desigual, que se perpetuó hasta hoy. Hubo naturalmente cambios a través del tiempo, con el proceso de urbanización, los progresos en materia de educación y la emergencia de una clase media, pero la distribución siempre desigual de la riqueza y la mentalidad clasista y racista ya habían impregnado la sociedad”.
¿Qué metodología utilizó para escribir el libro?
“Por una parte, hice constantemente comparaciones con respecto a otros países latinoamericanos, además de mencionar la influencia de los principales hechos de la historia mundial para Chile. Por otro lado, utilicé una forma de escritura donde voy haciendo constantemente una relación entre el pasado y el presente. Fue una idea que me inspiró un historiador francés, Gérard Noiriel, autor de una ‘Histoire populaire de France’. Así, por ejemplo, en el primer capítulo, sobre los pueblos autóctonos, destacando que sus lenguas ancestrales, aun las que han desaparecido, como el kunza, han dejado huellas hasta hoy, en ciertos apellidos frecuentes en el Norte chico, como Sulantay. En un capítulo sobre la época colonial explico que los “pueblos de indios” donde los españoles buscaban concentrar a los indígenas, si bien han desaparecido, sobreviven hoy en los nombres de pueblos y ciudades, como Quilicura, Melipilla, Vichuquén y Loncomilla, por mencionar algunos. En el capítulo sobre la independencia, al hablar de la muerte de Manuel Rodríguez, planteo si se le puede considerar el primer detenido-desaparecido de la historia chilena, ya que si bien el gobierno de O’Higgins admitió su responsabilidad en el hecho (aunque no totalmente), los restos del guerrillero no fueron encontrados hasta un siglo más tarde, y aún hoy no existe la certeza de que sean verdaderamente los de él. En fin, en el capítulo sobre el siglo XIX hablo del general Baquedano y su papel en la guerra del Pacífico, pero también destaco que participó en la represión contra los mapuches en esa misma época, lo que motivó a los que protestaron contra su estatua en la revuelta social de octubre de 2019”.
¿Qué ha buscado comprender de la historia de Chile con esta nueva publicación?
“Creo que la lectura del libro permite comprender por qué, pese a que ha habido progresos en el último siglo, especialmente desde 1920, siempre existe en Chile la sensación de que hay sectores privilegiados y de que no somos todos iguales ante la ley. En este presente sembrado de dudas, los que están por cuestionar seriamente el modelo neoliberal tendrán que buscar nuevas fórmulas, luego del rechazo del proyecto constitucional. Pero ya nadie –o muy pocos– creen en los cambios radicales; y sí muchos protestan ante el peso de las desigualdades, otros parecen tener un cierto conformismo con lo heredado del pasado reciente. Si este libro ha aportado elementos para una mejor comprensión de las raíces de la situación actual, a la vez compleja y promisoria, entonces su objetivo se habrá cumplido”.
Próximamente se cumplirán 50 años del golpe militar de 1973. Sucintamente, ¿qué balance hace?
“El golpe de 1973 y la dictadura chilena, trajo como consecuencias, el haber borrado o hacer menos efectivos muchos elementos que habían empezado a hacer disminuir las desigualdades en la sociedad chilena, como la existencia de liceos públicos de buena calidad y la gratuidad universitaria (que benefició a los jóvenes de mi generación, ya que nací en 1943) y la formación de sindicatos. En ese sentido, las huellas del 11 de septiembre de 1973 se hacen sentir hasta hoy, y los gobiernos elegidos desde 1990 no han cambiado fundamentalmente la herencia de la dictadura. Se recuperó la democracia, aunque con bastantes limitaciones, que todos conocen. A ello contribuyó, el hundimiento del llamado ‘campo socialista’ en la ex Unión Soviética, y los países de Europa del Este que, junto a Cuba, parecía constituir una opción que podía inspirar a los que deseaban que hubiera cambios profundos en Chile. En ese contexto, el mantenimiento de la constitución heredada de la dictadura y de la política económica implantada por la dictadura parecieron ser justificadas, y el neoliberalismo ganó sus adeptos, trayendo beneficios para varios sectores. Pero tuvo un costo humano elevadísimo, algo que las nuevas generaciones no deberían olvidar fácilmente, y perpetuó las desigualdades. Superarlas será un proceso largo, de muchos años, pero habría que comenzar por tener la voluntad colectiva de hacerlo, y no estoy para nada seguro de que esa actitud existe, como se vio en el resultado del plebiscito de septiembre de 2022”.
¿Por qué no existe una voluntad colectiva para hacer los cambios?
“Creo que no existe claridad respecto a las ideas que permitan analizar los problemas de Chile, y eso se debe al enorme control que los sectores de derecha ejercen en la opinión pública a través de los medios de comunicación. El Museo de la Memoria es una de las más importantes realizaciones para recordar a los chilenos lo que pasó en esa época oscura, cuyo significado no todos comprenden cabalmente. Espero que este libro (y otros míos) contribuya a identificar las raíces de ese gran problema que ha marcado la historia del país: la desigualdad y la intolerancia, y que permitan buscar pistas para enfrentarlo”.
¿Piensa volver a residir en Chile?
“Seguiré viviendo lejos de Chile, pero siempre atento a lo que sucede, y buscando aportar algo, a la distancia”.