Sabíamos que este invierno sería más complicado en materia sanitaria. Se puso fin a las cuarentenas, se volvió al trabajo presencial y los niños a clases, lo que provocó una mayor circulación viral y exposición.
Ante esta situación, el Gobierno actuó así:
Paso 1: Disminuir la comunicación de riesgos
Fuera las mascarillas, aumentaron los aforos y el distanciamiento social ya no era tan importante. Quedó la idea en la ciudadanía de que la pandemia estaba terminando, y no se trabajó para revertir ese pensamiento. Las personas se relajaron y la vacunación dejó de ser urgente.
En el Maule, solo el 5% de los niños entre 3 y 5 años cuentan con la tercera dosis, y entre 6 y 11 años recién se alcanza el 50%. En la población adulto, entre 18 y 39 años, no se ha todavía no se alcanza la mitad de la población objetivo con cuarta dosis.
Paso 2: No prevenir la falta de camas críticas
A pesar de la experiencia de los últimos años, no se han visto avances para evitar la tensión que hoy vive la UCI pediátrica. Durante el tiempo más duro de la pandemia, en la región, se llegó a cuatriplicar el número de camas críticas. Con el apoyo de privados y capacitando profesionales, se logró fortalecer el sistema hospitalario. Hoy estamos ante una situación grave, con una evidente falta de camas críticas.
Paso 3: No considerar la realidad de las comunas
Se perdió la focalización comunal. Un ejemplo, el pasado jueves retrocedió toda la Provincia de Talca a fase de mediano impacto sanitario. Me pregunto, ¿La realidad de la comuna de Talca es igual a la de Pelarco o Empedrado? Talca tiene más de 220 mil habitantes, mientras que Pelarco y Empedrado 7 mil y 4 mil, respectivamente. Además de las diferencias en el acceso a los servicios de salud, avance de vacunación, entre otros factores a considerar.
La falta de planificación conlleva medidas improvisadas que no mitigan el problema, por el contrario, crean nuevos; como fue el extender las vacaciones de invierno. En el Maule, la circulación viral no es en escolares, sino que es en menores de 4 años, por lo que no se justifica la suspensión de clases. La hospitalización de camas UCI, el 88% corresponde a niños de edad preescolar, donde el 75% son menores de 1 año. Esta es una medida sin respaldo que no consideró las consecuencias en las familias, en la salud mental, en las mujeres y en los estudiantes.
Hoy urge que se entregue el detalle de la situación sanitaria, el número de camas críticas disponibles, una planificación que responda a la realidad regional, que se potencie la vacunación de refuerzo, y que se retome la comunicación de riesgos.
Juan Eduardo Prieto C.
Exintendente de la Región del Maule