
Dicen que las glorias pasadas están destinadas a ser olvidadas y acumuladas en polvo en los rincones de las casas de aquellos que lograron hazañas únicas, para un país que se caracteriza por contar con pocos triunfos deportivos. Todo esto empeora si los logros fueron realizados por deportistas paralímpicos, ya que, en muchos casos ni siquiera son conocidos por el escaso interés público.
Quizás sea el mejor prólogo para Mary Toloza, la excampeona mundial de natación paralímpica que abandonó el deporte hace años y que hoy, a sus 51 años, desde si casa em Talca, lucha contra una compleja condición de salud, donde su disciplina y conquistas deportivas vuelven a ser su motivación para salir adelante.
“Yo me ahogaba mientras dormía”. Así relata Mary Toloza su compleja condición de salud que no le permitía descansar y que le aquejaba hace meses. “Mi problema de respirar lo tenía hace mucho rato, a raíz de que perdía constantemente el equilibrio, por lo cual, me caí muchas veces y me golpeaba la nariz, tanto así que me costó mucho tiempo asimilar que comía y respiraba por la boca. En un principio, pensé que era un problema al corazón, porque cuando yo dormía, el corazón se ponía a mil. Acudí al cardiólogo, donde descubrí que mi problema era respiratorio”, afirmo.
UN ACCIDENTE QUE MARCÓ SU VIDA
A los 2 años de vida, Mary fue atropellada, accidente que derivó en secuelas en su lado izquierdo con pérdida de movilidad del brazo. Esto la llevó a ser parte de Teletón hasta los 21 años, una etapa que recuerda con mucho afecto, ya que, según sus palabras, los médicos y el personal de estos centros logran hacer “magia”.
A pesar de esto, su infancia no fue sencilla y estuvo marcada por el acoso de sus compañeros de colegio, donde abundaban comentarios como “Frankenstein”, debido a una cicatriz en su rostro. Esta situación la llevó a pasar su niñez migrando entre 14 colegios entre primero y cuarto básico.
“Mi mamá convirtió una época muy difícil para mí en algo mágico y hasta el día de hoy se lo agradezco, porque fue una guerrera con mi familia, luego de quedar viuda con tres hijos chicos. Pero siempre estuvo ahí conmigo. Ella me decía: tú tienes que volar y volar lejos, siempre estaba conmigo, en cirugía más cirugía y tratamientos, hasta que todo mejoró cuando llegué a la Escuela El Edén, donde mi profesora jefe me hizo creer que podía llegar lejos. En este colegio nunca hicieron diferencias”, recordó emocionada.
LA NATACIÓN SU GRAN AMOR
En la Teletón le recomendaron comenzar a nadar y, sin saberlo, este fue el principio de una serie de éxitos deportivos que la llevarían a convertirse en la única chilena en lograr un campeonato mundial paralímpico de natación. Mary recuerda esa época con orgullo y agradecimiento de aquella profesora que la acompañó en sus primeros acercamientos a la natación.
“Fue mi profesora jefe, María Victoria Zúñiga, quien me llevó a la piscina del Liceo de Hombres. Y fue una etapa muy bonita en mi vida, porque yo llegué a los paralímpicos de Atlanta ‘96 y Sídney 2000, además de los panamericanos y un mundial de natación. Soy la única chilena que tiene una medalla de oro en un mundial de natación paralímpico en el ‘99 y creo que, en su momento, no fue reconocido. Hoy veo a más deportistas paralímpicos y ojalá que tengan las mismas posibilidades de un nadador normal, ya que mi época eso no existió”, explicó Mary.
EL PRESENTE Y SU DIFÍCIL VIDA COTIDIANA
Su dificultad de respirar y descansar afectaba su vida personal, porque se cansaba más rápido, debía comer sin poder cerrar la boca, con ronquidos en las noches incomodaba a su familia. Todo eso, más el dolor que la inmovilizaba durante las noches, la llevó a buscar ayuda profesional que pudiese mejorar su calidad de vida y volver a disfrutar de algo tan básico como dormir.
Fue así como, tras acudir a un cardiólogo, llegó al reconocido cirujano maxilofacial, Doctor Pablo Reyes; y al otorrinolaringólogo, Doctor Álvaro Ortega, quienes desarrollaron un plan de intervención en Mary.
El Doctor Reyes comentó que “producto de su traumatismo que afectó al maxilar le impidió un crecimiento normal de sus huesos por y quedó más pequeño que la mandíbula”. Añadió que “el hecho que su maxilar no creciera suficiente provocaba que la vía aérea (ya con una nariz fracturada) y faringe que también era estrecho lo que impedía que el correcto paso del aire, por lo que al avanzar el maxilar nos trajimos toda la musculatura lo que hace que aumente el espacio de su vía aérea, lo que hace que su respiración sea más eficiente y de mejor calidad”.
Mary lleva 15 años como funcionaria de la empresa sanitaria Nuevosur, donde -según comenta- se siente como en casa, ya que le han permitido desarrollarse luego de dejar la natación. De hecho, la operación no está cubierta por el sistema de salud pública y el costear una intervención de aproximadamente 7 millones de pesos era una problemática que la atormentaba. Fue en ese momento que decidió acudir a sus empleadores para solicitar los fondos, lo que resulto todo un éxito, pese a que reconoce que tendrá que pagar el crédito hasta que jubile y más allá.
“Me da rabia y pena que nadie pueda ayudarte con estas operaciones, porque creen más encima que son estéticas, que son para verme mejor, pero no entienden que esto es algo funcional, algo que me permita descansar en las noches y poder tener una vida más normal. Fonasa no lo cubre ni nadie ayuda y este problema, como yo lo tienen muchas personas que también han estado en Teletón, y que más encima no logran llegar a estas operaciones” aclaró Mary.
Y LLEGÓ EL DÍA
Fue un lunes 27 de junio que Mary logró lo que espero por años y se sometió a esta cirugía en el Centro de Salud San Rafael de Cauquenes, donde el equipo fue liderado por cirujano maxilofacial, Doctor Pablo Reyes; el otorrinolaringólogo, Álvaro Ortega; la cirujana maxilofacial, Doctora Valentina Chávez; y el Anestesiólogo, Doctor Arnaldo Mejías. Todos ellos realizaron exitosamente una doble intervención que consistió en una cirugía ortognática y una rinoplastia que duró seis horas en pabellón.
Ha pasado un tiempo desde la operación y Mary se encuentra en medio de su recuperación, donde manifestó su satisfacción por los resultados y el cambio que significó en su vida. “Mi mayor miedo era saber cómo iba a quedar despues de la operación, sabía que mi carita iba a cambiar y estaba muy ansiosa, pero ya a casi un mes de la operación puedo respirar bien. Hoy en día puedo dormir por las noches, ya no siento esa presión en mi cuerpo de no poder moverme. Estoy muy feliz porque esto me cambió y mejoró mi calidad de vida”, destacó la luchadora Mary Toloza.