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“Muchas de las personas que estaban con teletrabajo me las encontraba en supermercados”

Gerardo Bernales, ex presidente de la Corte de Apelaciones de Talca, detalla los hitos de su gestión al frente del Poder Judicial del Maule durante 2022 (por Hernán Espinoza con fotografías de Luis Casanova)

¿Qué cambios relevantes se vivieron en los tribunales del Maule durante 2022?

“En lo que es funcionamiento de la Corte de Apelaciones y los tribunales de la jurisdicción, hubo bastantes cambios en relación a lo que se venía haciendo. Evidentemente, la situación de la pandemia varió, aunque seguimos con alerta sanitaria, porque es evidente que en la calle, salvo excepciones, no se ven mascarillas y tampoco hay control de límite de acceso a espacios cerrados. Y esta situación tampoco podía ser tan lejana al Poder Judicial. Uno va a todos los servicios públicos y ve que están todos funcionando a plena capacidad. Por ello, para nosotros era difícil reinsertarnos en una rutina cotidiana como la que se tenía antes de la pandemia. Pero tampoco era admisible seguir en las circunstancias que particularmente se encontraba el Poder Judicial, esto es, con el teletrabajo y las restricciones de acceso del público a los tribunales”.

¿Porqué era difícil el cambio?

“Ocurre que somos una región eminentemente rural y, en esa calidad, no podemos desatender lo que es nuestra realidad. Y la persona que no tiene una formación letrada va a ir al tribunal para consultar por sus causas. Los abogados no lo van a hacer porque saben tramitar a través de los sistemas digitales y telemáticos. Pero el ciudadano, es decir, aquel que va a un tribunal porque es usuario y está afectado por un contrato de arrendamiento o su pensión de alimentos que no se paga, quiere una respuesta en el tribunal. Y frente a ello, que no reciba una respuesta atingente y que, además, empática de parte de quien está en el tribunal, a mí me parece que no corresponde. Y eso quedó demostrado desde un principio”.

¿Cómo fue eso?

“En el segundo día de presidencia hicimos una visita a todos los tribunales de la jurisdicción. Nos demoramos cinco días…”.

¿Y cuál fue el panorama en ese momento?

“En ese momento me encontré con tribunales cerrados, dos de ellos, con cadenas en las puertas y rejas. Además, encontré muy pocos jueces con labores presenciales, a pesar que se les pidió que las jefaturas tenían que estar presentes. Había funcionarios que no aparecieron en todo el año por el tribunal,  Pero, también, con casos en contrario, por ejemplo, una funcionaria que era la única que iba presencial a trabajar. Es decir, una serie de irregularidades”.

¿Es decir, hubo gente que nunca estuvo presencial y otra que nunca faltó a su trabajo en el juzgado?

“Exactamente. La gente que no estuvo a la altura fue muy poca, pero se hizo notar. Eso porque genera conflictos internos, ya que aquel que estaba en el tribunal, hacía un doble trabajo. Y eso es muy injusto. Pero lo que más me molestó es que muchas de estas personas que estaban con teletrabajo por riesgo, me las encontraba en supermercados, en el cine o en multitiendas. Y estaban sin mascarillas. Entonces, uno piensa que si no van físicamente al trabajo porque tienen miedo de contagiarse con COVID, pero son capaces de ir incluso a un concierto o viajar al extranjero. Pero son incapaces de ir un solo día al tribunal”.

¿Hubo gente que viajó al extranjero?

“Claro. Y lo que es más insólito, es que la respuesta del funcionario en cuestión es justamente que estaba de vacaciones, como sin en ese tiempo no se fuera a contagiar. Entonces, eso es lo que a mí me incomodó, en forma particular. Yo fui secretario en Parral, juez en Cauquenes, Linares y finalmente en Talca. Por lo tanto, conozco lo que hace cada funcionario y uno se da cuenta cuando alguien no está presente. Además, en el Poder Judicial se han dado todas las condiciones, partiendo por la vacunación y medidas de seguridad. Tanto así que no tenemos contagiados en lugares de trabajo. De hecho, la primera persona contagiada de COVID en la región, fue una funcionaria que todavía no vuelve a trabajar presencial”.

¿Las situaciones anómalas detectadas dieron lugar a investigaciones internas?

“Por supuesto. Hubo investigaciones sumarias, se dio cuenta a la Corte Suprema. De hecho, varios de los cambios se debieron a estas denuncias. A la vez, hubo un reestudio de las condiciones. Eso significó cambios en octubre, las cuales se hicieron presentes en esta Corte de Apelaciones a partir de noviembre de 2022, donde se acordó el fin del teletrabajo, quedando solo para personas con riesgo declarado y los mayores de 65 años”.

¿Y cómo evolucionó la situación de presencialidad?

“Evidentemente que todo mejoró. De hecho, después de esa primera visita que hicimos en marzo de 2022, ya estaban todos preparados en los otros tribunales”.

Lo complicado es que haya tenido que ir el presidente de la Corte de Talca a chequear en terreno. ¿Qué piensa de ello?

“Lo relevante es hacer las visitas sin avisar. Cuando uno va a un tribunal y quiere conocer realmente lo que está pasando, mi opinión es que no se puede avisar con anticipación, aunque mis colegas pueden discrepar y están en su legítimo derecho. Pero si uno avisa, ocurre que está todo perfecto. En cambio, cuando uno no avisa, encontré tribunales que estaban cumpliendo ton doto y otros en una situación inaceptable”.

¿Y cuando usted era juez le avisaban las visitas o a veces no?

“Siempre me avisaban, pero mi tribunal estaba al día, así que no tengo duda en eso. Uno no puede tener temor de una autoridad que lo controle o fiscalice, cuando ha hecho bien su pega. Estar avisando, como una medida de caballerosidad… pero no entiendo cuál puede ser su fundamento. Las fiscalizaciones no deben ser avisadas y lo voy a seguir haciendo así”.

¿La orden de volver a la presencialidad como fue recibida por el personal del Poder Judicial?

“Hubo dos gremios que vinieron a hablar inmediatamente conmigo, peor yo les manifesté que no podíamos tener a algunos tribunales en presencialidad y otros no. Porque la gran mayoría quería volver y muchos judiciales estuvieron a la altura. Pero esos pocos que no tuvieron a la altura de las circunstancias provocaron resquemores con los demás. Entonces, dos gremios manifestaron su preocupación. Yo pregunté si eran todos los tribunales y me dijeron que no, que en seis o siete tribunales, a sus funcionarios no les gustó la medida. Pero era un tema de sentido común y la instrucción de la Corte Suprema fue de un 50% mínimo en presencialidad y, en esta jurisdicción, lo cumplimos. De hecho, hoy tenemos un 95,7% de presencialidad”.

¿Qué ocurre con el retraso en el agendamiento de las audiencias?

“Se han adoptado medidas que ayudaron, como es la designación de los ‘Jueces COVID’, pero el problema se ha dado principalmente con aquel tribunal que tiene un déficit histórico de dotación, como es el Tribunal Oral en lo Penal de Talca. Ahí es muy difícil ponerlo al día, porque si bien le duplicamos el número de jueces, igualmente ya viene un atraso. Lo otro es que no existen jueces habilitados que quieran trabajar en la jurisdicción. Muchos salen de la academia y se quieren quedar en Santiago, porque es más cerca de sus domicilios y les dan mejores condiciones. Es decir, le garantizan un año de trabajo continuo, pero acá puede ser un mes en un lado y una semana después en otro, pero no es muy estable y no ha habido disponibilidad. Incluso en la Corte de Apelaciones hemos tenido que recurrir a funcionarios letrados de planta o contrata que lo están haciendo por el mismo sueldo de sus tribunales”.

¿Qué pasa con Laboral y Familia que son temas sensibles para las personas?

“Con el Juzgado del Trabajo de Talca, en específico, han contado hasta con cuatro jueces. Yo no podría hablar de atrasado, pero hay temas urgentes que se deben resolver y, en ese sentido, en el Juzgado de Familia de Talca hemos tenido dificultades. Pero, curiosamente, en Familia es donde tenemos el mayor número de funcionarios con teletrabajo. Entonces, los más atrasados por la urgencia de sus materias son Familia, en Talca, Linares y Curicó, los mismos que tienen más funcionarios en teletrabajo. Hay una coincidencia entre ambos factores. Los demás, al contrario, yo creo que han avanzado en base audiencias. Yo recibí la Corte de Apelaciones de Talca con causas año 2019 y la estoy entregando con causas casi exclusivamente 2022. Es decir, pusimos la Corte de Talca al día”.

¿Eso se logró con la sala especial en la tarde?

“Principalmente, integrando el presidente y los dos fiscales judiciales, la mayor cantidad de veces. Porque con dos salas ordinarias es imposible ponernos al día, atendido el gran número de causas penales y recursos de amparo. Entonces, pudimos avanzar con tablas solamente con la tercera sala y esta sala extraordinaria de las tardes. Creo que vimos más de mil causas que se fallaron en esa instancia”.

¿Cuál fue el ingreso de causas durante 2022?

“Tuvimos más de 20 mil causas, lo cual jamás se había visto. Y, de hecho, en civil eran más de dos mil, duplicando lo normal. Eso ocurrió en muchas otras materias”.

Le correspondió a usted resolver un caso bastante ingrato relacionado con un juez de garantía de Curicó que fue detenido en flagrancia por un delito de hurto. ¿Qué resolvió la Corte Suprema respecto a este magistrado en cuanto a la sanción administrativa?

“Se hizo una investigación tanto en la parte penal como administrativa. En este último punto, la Corte de Apelaciones de Talca aplicó la máxima sanción que era la suspensión por cuatro meses y la remisión a la Corte Suprema para que se decidiera allí la posible apertura de un cuaderno de remoción. La Corte Suprema resolvió no ha lugar a esa sanción, Pero estamos esperando si hay alguna otra decisión como, por ejemplo, algún tipo de traslado, pero eso no depende de nosotros”.

¿Qué opina de este caso?

“Como judicatura quedamos bastante consternados. No nos imaginamos. Está la versión del magistrado cuestionado y nos parece increíble. Frente a este tipo de situaciones, sea la versión de él de que fue una omisión o la versión de los denunciantes, todavía no lo creemos. Ha sido un hecho doloroso porque era un colega que nunca fue motivo de ninguna medida. Por lo tanto, sorprende la persona y mucho más el hecho. Frente a eso, estuvimos por decidir lo que ya todos conocen y estimamos que procedía, como fue la suspensión del cargo. Sea cual sea la causa, el hecho ante nos afecta de manera dolorosa par nosotros y crítica para la comunidad”.

¿En lo concreto cuál es la situación actual de este juez?

“Está con la suspensión del cargo y, en el intertanto, estuvo con traslado temporal, aprobado por él, ya que no se puede hacer de otra forma, hasta ahora que tenemos la medida disciplinaria confirmada. Por ello, estuvo en el Juzgado de Familia de otra ciudad y solamente con despacho, sin audiencias. Eso hasta ahora que se confirmó la suspensión en la Corte Suprema”.

¿En su aspecto más personal qué significa haber llegado a la Corte de Apelaciones de Talca y a la presidencia del máximo tribunal regional?

“Me correspondió como juez investigar causas de derechos  humanos y, ahora, en mi presidencia en la Corte de Apelaciones, se instruyó que toda causa relacionada, ya sea penal o civil, se pusiera en tabla de inmediato. Y tengo entendido que hoy si queda alguna causa pendiente no es por decisión nuestra, si no porque las partes han suspendido. Yo creo que hay un tema de orgullo, en el sentido de que soy talquino, nací en Talca, me formé en escuelas públicas, como las ex Concentradas y el Liceo Abate Molina. Poder hacer, luego, una carrera judicial solo en esta región Y creo que soy el primer juez nacido en Talca con su carrera judicial en el Maule y que llega directamente a la Corte de Apelaciones. Yo amo esta ciudad y esta región y, en ese sentido, nunca me quise ir y tampoco estaba dispuesto. Entonces, llegar acá como ministro en medio de un momento bastante complejo, como fue la pandemia y sus consecuencias, además, con la misión poco grata de poner en funcionamiento toda la máquina judicial, lo cual no era grato para todos. Así que era difícil, pero desafiante. Y en ese sentido, cuesta darse oportunidades. Yo no vengo de ninguna elite y tampoco del mundo de los abogados. Esto ha sido con cl esfuerzo personal y el apoyo de gente que me ha conocido haciendo mi trabajo. Entonces, puedo sentirme tranquilo, pero todavía inquieto en todo lo que se puede hacer en la Corte de Apelaciones de Talca. He podido observar desafíos que todavía quedan por resolver”.

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