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Mujeres afrodescendientes: dignidad y justicia racial

Hoy 25 de julio se conmemora el Día Internacional de la Mujer Afrodescendiente, también conocido como Día de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora. Esta fecha tiene como objetivo visibilizar a las mujeres afrodescendientes y promover políticas públicas que ayuden a mejorar su calidad de vida, erradicando el racismo y la discriminación.

La fecha fue escogida como celebración del primer congreso de mujeres afrodescendientes de América Latina y El Caribe realizado en República Dominicana en 1992, en el cual participaron más de 400 mujeres provenientes de 32 países. Allí discutieron las múltiples discriminaciones que sufren ya sea por el sexismo, la pobreza y por supuesto la discriminación racial.

Y es que “el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia se manifiestan en forma diferenciada para las mujeres y las niñas, y pueden ser factores que llevan al deterioro de sus condiciones de vida, a la pobreza, la violencia, las formas múltiples de discriminación y la limitación o denegación de sus derechos humanos” (Conferencia de Durban, Sudáfrica en 2001).

Por ello, y considerando estos elementos, los objetivos de la lucha contra la discriminación que viven las mujeres negras que se conmemora en este día son: Enfrentar el racismo y el sexismo que aboca a las mujeres afro a situaciones de pobreza y marginalidad; combatir los estereotipos y los prejuicios que pesan sobre las mujeres negras; promover la participación de las mujeres afrodescendientes en la vida pública y en la toma de decisiones en distintos ámbitos de la comunidad; y demandar a los países el impulso de políticas a favor de la integración de este colectivo.

Recordemos además que nos encontramos en medio del Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes 2015-2024 declarado por las Naciones Unidas. En este decenio se ha promovido la erradicación de todas las injusticias sociales heredadas tras el colonialismo y la esclavitud, ocurridas tras la trata transatlántica de personas provenientes de África hacia América Latina entre los siglos XV y XVIII, la más grande migración forzada de la cual se tenga registro. Se estima que, en esos trecientos años, entre 10 y 14 millones de personas africanas fueron secuestradas y esclavizadas en las Américas, viviendo hoy, más de 200 millones de personas latinoamericanas que descienden directamente de las sobrevivientes de esta violencia sin precedentes.

Es por esto que luchar contra los prejuicios y la discriminación racial, promoviendo y protegiendo los derechos humanos de los sobrevivientes de esta violencia, es un acto insoslayable que tienen todos los estados en el mundo, incluido Chile. 

Así, el día 16 de abril de 2019 se promulgó la ley 21.151, que otorga reconocimiento legal al pueblo tribal afrodescendiente chileno, señalando que “los afrodescendientes chilenos son aquellos que se identifican como tal y comparten la identidad de los descendientes de la trata transatlántica de esclavos africanos traídos a Chile entre los siglos XVI y XIX”.

Sin embargo, este reconocimiento no llegó de la nada. Más de dos décadas pasaron desde cuando los grupos de afrodescendientes en Chile se organizaron para demandar su reconocimiento, hasta que se aprobó la ley. De ahí que sea inaceptable que se haya votado en contra de su incorporación en la convención constituyente, a través de escaños reservados; hecho que contraviene las convenciones internacionales ratificadas por Chile, para la erradicación de toda forma de discriminación racial.

Pero las luchas del pueblo afrochileno existen y resisten a la negación histórica de una sociedad que se ha construido bajo la idea de un país “blanco”. Además, hoy existen comunidades migrantes afrolatinas que están poniendo en discusión sus reivindicaciones y sus procesos de resistencia por la dignidad y la justicia racial. Y en ese contexto, las mujeres afrolatinas, afrocaribeñas y de la diáspora, nos invitan a pensar y reflexionar en este día, cuánto sabemos del mundo afro en Chile, cuántas personas sabemos que descendemos también de esos hombres y mujeres esclavizados y cómo poner de manifiesto la necesidad de construir un país digno para todas las personas que habitan en este territorio.

Hoy saludo muy especialmente al Colectivo de Mujeres Afrodescendientes Luanda, de Arica, porque gracias a ellas sabemos que, en Chile, también existimos lxs afrodescendientes.

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