¿De qué se trata?
La Fundación Unión Autismo y Neurodiversidad (FUAN), la Federación Nacional de Autismo (FENAUT) y la Mesa Interregional Ley de Autismo (MILA), realizaron un llamado a las autoridades para que se regule sobre esta materia, a fin de que todo evento de pirotecnia legal sea realizado en el marco del uso de fuegos artificiales sin estruendos.
¿Qué se busca?
Ante el incremento de uso de fuegos artificiales ilegales, estas organizaciones buscan que se regule la fabricación, distribución, venta y depósito de todo artículo pirotécnico con estruendo, para que también quede prohibido su uso de menor escala, ya que igualmente genera contaminación sonora y potenciales daños físicos y materiales. Esta materia ya ha sido regulada en países europeos y en Argentina.
¿Qué dijeron desde esas organizaciones?
“Esta propuesta la venimos socializando desde el año 2020, cuando solicitamos que se modificaran las bases de licitación de los fuegos artificiales, para exigir a las empresas proveedoras que redujeran al 75% los ruidos provocados por la pólvora. Diversos municipios a nivel nacional han expresado públicamente que asumirán el compromiso de tener fuegos artificiales de bajo ruido en sus actividades de fin de año, fomentando el uso de luces y drones. Esperamos que estas declaraciones públicas se transformen en acciones concretas de respeto y empatía social, que propicien la pirotecnia cero. Regular esta materia resulta fundamental, ya que en los últimos años se ha evidenciado el uso de pirotecnia ilegal, impactando en la calidad de vida de cientos de miles de personas neurodivergentes con percepción y sensibilidad agudas”, señaló Gabriela Verdugo Weinberger, presidenta de FUAN.
¿Cómo proteger los derechos de las personas autistas?
Chantal Garay, presidenta de FENAUT, indicó, “siempre vamos a abogar por los derechos de las personas autistas y no podemos avalar un acto pirotécnico con altos decibeles de ruido, insoportables para muchas personas de la comunidad autista. Como Fenaut esperamos que en todas las ciudades, por respeto a las personas que no toleran los ruidos por sensibilidad auditiva, se pueda implementar un show en base a luces, con drones y a la vanguardia como ha sido en otros países. Esperamos que prontamente se pueda disfrutar de la fiesta de año nuevo sin excluir a nadie, porque celebrar de alguna forma a costa del sufrimiento de otros no debería ser normalizado.”
¿Qué obligaciones tiene el Estado de Chile?
María Fernanda Ibacache, representante integrante de MILA, precisó que “históricamente se han excluido de las celebraciones a muchas familias por no considerar las discapacidades en todo su espectro. La convención sobre los derechos de las personas con discapacidad, ratificada por Chile el 2008, dice que se debe respetar la integridad de las personas. Es por ello que, hacemos un especial llamado a los municipios que aún no cambian la forma de celebración en año nuevo y los invitamos a ser creativos y aprender de las experiencias de otros países para poder celebrar sin excluir. Se puede potenciar el turismo con lo novedoso y así abrir puertas a visitantes que hoy no tienen acceso. Recordemos que es un deber del Estado de Chile el respetar todos los tratados internacionales ratificados.”
¿Qué dice la normativa internacional?
Por recomendación de la Organización Mundial de la Salud, el ser humano no debería exponerse a sonidos que sean superiores a 140 decibeles de presión sonora en adultos y 120 dB en la niñez. Los fuegos artificiales pueden generar hasta 190 dB.
¿Qué opina un fonoaudiólogo?
“Dentro de las medidas preventivas podemos mencionar el uso de protección auditiva, en caso de que haya fuegos artificiales con ruido. Los tapones que venden en farmacias son una alternativa. Si tolera auriculares sobre sus oídos, también son una buena opción, incluso los que sirven para escuchar música aíslan parcialmente el ruido ambiental”, detalló Daphne Marfull, Directora Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Valparaíso.
¿Qué otros daños causan la pirotecnia?
Cabe señalar que la pirotecnia además cada año provoca que personas heridas deban ser atendidas en centros de salud por quemaduras, molestias auditivas o daño ocular. A esto debe sumarse el daño que se provoca en animales y aves que sufren consecuencias auditivas severas, así como afecciones cardíacas que pueden poner en riesgo sus vidas.