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¿OTRA VEZ LA GUITARRA? por Juan Carlos Pérez de La Maza

El refrán de la guitarra ya nos tiene harto cansados. Todos sabemos, de sobra, que las cosas son diferentes cuando se toca el mentado instrumento. Por eso, no hay necesidad de andarlo repitiendo a cada rato. A menos, eso sí, que alguien nos ofrezca la oportunidad inmejorable para citarlo, otra vez más.  Como ahora, que el gobierno ha decidido aplicar la Ley de Seguridad Interior del Estado a los organizadores del paro de un sector de los transportistas.

Esta Ley es, seguramente, uno de los mejores parámetros con los que medir la diferencia abismal que separa la actitud que se tiene cuando se está en la oposición, comparada con la que se adopta cuando se está en el Gobierno. Porque la Historia nos enseña que todos los gobiernos chilenos, desde que se promulgó la citada norma, la han aplicado más de una vez durante su mandato, argumentando que es la única manera de garantizar el orden público, la libertad y la democracia. Pero, a la vez, la Historia política chilena nos demuestra que esos mismos sectores políticos, cuando fueron oposición a algún gobierno, criticaron fuertemente la aplicación de aquella Ley, considerándola un atentado a la democracia y una herramienta totalitaria.

La Ley en cuestión (N°6.026) fue dictada el 12 de febrero de 1937, durante en el segundo gobierno de Arturo Alessandri. Las razones que tuvo aquel Mandatario para hacerlo tienen relación con su deseo de garantizar el orden y la estabilidad del país, que había sufrido en los años previos un período extremadamente convulsionado. Además, un efecto de la Norma fue calificar al Partido Comunista como una asociación ilícita, lo que le obligó a disfrazarse con otro nombre en las siguientes elecciones. Más tarde, el 18 de octubre de 1948, otra Ley (N°8.987) de Defensa Permanente de la Democracia, aprobada con los votos de la derecha, más radicales y socialistas, declaró la proscripción del Partido Comunista. Habrá que esperar que Carlos Ibáñez, en su segundo mandato, la derogue mediante la promulgación de una nueva Norma, (N°12.927), que es la actual Ley de Seguridad Interior del Estado, aunque con algunas reformas y adiciones introducidas por el régimen militar en 1975.

Así, desde 1937 y hasta la actualidad, todos los gobiernos, los democráticos y el otro, han aplicado esta normativa cuando han debido enfrentar lo que consideran alguna grave alteración del orden público, por estimar que podría estar en riesgo la seguridad interior del país. El listado de personas y organizaciones acusadas de infringir esta Norma podría ser demasiado extenso y poco aconsejable como lectura de domingo. No obstante, constituye un verdadero “cuadro de honor” de la acción política, gremial, estudiantil y social de nuestro país. Una suerte de “Quién es quien” de los prohombres (y mujeres) públicos chilenos. Acusados de infringirla han desfilado futuros Presidentes de la República, Senadores, Diputados, Ministros, Alcaldes, dirigentes gremiales de variados sectores (transporte, comercio, minería, magisterio, empleados públicos, etc.) líderes estudiantiles universitarios y secundarios, representantes de pueblos originarios, de organizaciones vecinales y hasta artísticas. Todos ellos, señalados como organizadores, instigadores o promotores de acciones que ponen en riesgo el orden público o la seguridad interna del país, según las autoridades del momento.  Puede que esté demás agregar que los acusados, todos, han esgrimido en su defensa valores como la libertad de opinión, de organización y hasta de conciencia, respaldando su accionar en el legítimo derecho a disentir y a defender sus parciales intereses sectoriales.

Por todo lo anterior, recomiendo encarecidamente atender, en las demandas que el actual gobierno interpondrá por estos días, quienes son los acusados. Digo esto porque, nuevamente apelando a nuestro devenir histórico, entre los acusados podría estar un futuro Presidente de Chile. O, por lo menos, algunos futuros diputados, senadores o ministros. Más de alguno dirá, como Gabriel Boric en 2019 “… amenazar con aplicar ley de Seguridad del Estado, criminalizando a tod@s quienes protestan en vez de tratar de entender el problema de fondo y dialogar para buscar soluciones, es un ejemplo de manual para profundizar una crisis.” No obstante, esta semana se ha vuelto a aplicar esa Ley. Es que, ya se sabe, otra cosa es con guitarra.

Juan Carlos Pérez de La Maza

Licenciado en Historia

Egresado de Derecho

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