24.8 C
Talca
InicioOpiniónPASADAS PA´ LA PLUMA: MUJERES QUE NO CONOCEN EL SILENCIO por Franco Caballero...

PASADAS PA´ LA PLUMA: MUJERES QUE NO CONOCEN EL SILENCIO por Franco Caballero Vásquez

Las normas mantienen la norma y no se actualizan solas, ya lo sabemos desde la política, sin embargo, en la cultura general existe cabida para ello, sobre todo en su versión artística cuando la expresión es transgresora permitiendo de esta manera el movimiento. La literatura, principalmente, transgrede toda norma, traspasa los límites, se pasa pa la punta. La pluma y la literatura, gramaticalmente femeninas, se tornan subversivas en el gesto de convocar un festival literario únicamente de autoras y es que “hay mujeres que no conocen el silencio” (verso de Silvia Rodríguez: SR), que les urge expresarse y manifestarse mediante la escritura y las estéticas en general, y que, en su conjunto como distinción única de mujeres, ya de por sí se transforma en un discurso, en una palabra, crítica y reformadora. Ya lo hemos dicho, nuestra región es literaria, quizás la más literaria de todas, inmanente y proclive a este encuentro que no se agota en un solo fin de semana, sino que además emana actividades paralelas en torno a las artes literarias que una vez más respiran en nuestras tierras el goce fundacional por lo que hoy se tiene que decir. Emerge entonces una nueva palabra, con nuevas autoras que se abaten en la historia de la sororidad por aquellas baluartes maulinas que enanchan nuestra lectura de poesía.

Pasarse pa la pluma es todo lo que podríamos rescatar de la subversión más bella y pacífica, la del arte, porque como dice Walter Benjamin “es que no existe un documento de la cultura que no lo sea a la vez de la barbarie”, barbarie en el sentido de D. F. Sarmiento, como concepto político en cuanto contestación ante un sistema o status quo. Pasarse pa la punta, excederse en la insurrección de la poesía que libera la palabra, democratiza la voz y esta se hace música con las notas de un verso hablado. El arte nos salva, nos recuerda que podemos sentir el mundo, sentir la vida, la espesura de los días. Nos libera de la indignación cuando hay otras pasadas pa la punta con harta menos clase, propia del afano y el vicio capitalista, muy diferente a pasarse pa la punta con la letra, el teatro y el arte en sí, mucho más elegante, noble y necesario.

El festival “Pasadas pa la pluma” que se realizará este 11, 12 y 13 de octubre, no solo favorece el encuentro cultural en medio de este nuevo potenciamiento artístico en el país, sino también atiende la reconstrucción social y cívica del ser universalizado de la “hembra simple, quebrada [y] reconstituida. Ignorada, hecha polvo [pero, nuevamente] reconstituida” (SR) como ser ontológico que se recompone una y otra vez, como Chile, como Talca, como la vida de barrio. Y es que este festival, además, rescata la afluencia barrial, en el corazón de la comuna de la Florida en la capital maulina, para llevarse a cabo con la alegre diligencia de un espacio y un tiempo que se abren propensos para todo lo nuevo que se tenga que decir, leer y escribir.

Luego tenemos el coraje, antagonista del miedo, un sentimiento del que se ha dicho mucho, y ya se entiende como un defecto. El miedo es una ausencia diría el marketing filosófico, pero es cierto, le falta coraje, es un carente de valor, de osadía, a diferencia del espíritu que contiene este festival que surge del atrevimiento y el compromiso que supo reconocer el fondo de cultura nacional, que permitió actividades complementarias que iniciaron el 14 de agosto con taller gratuito, justamente, de nuestra poeta citada Silvia Rodríguez y taller de historietas por nuestra también, Paz Ahumada, en las mismas dependencias de la Biblioteca La Florida. Así, se dará frente, se dará cara a los poderes constituidos que se perpetúan a costa de las injusticias. Pasarse pa la pluma, tiene carácter fundacional, porque tiene actitud de quiebre, de rebosar la copa, de revolución consciente. Pasionalmente diluida en el ritmo de los versos que como dice Carl Rogers, no son un vagón de municiones, sino que un rifle, porque la realidad se construye en base al argumento que abre nuevos caminos para invocar el conjunto que falta, la democracia que amerita, la equidad que se requiere.

Franco Caballero Vásquez

Mantente Informado
17,641FansMe gusta
7,861SeguidoresSeguir
2,501SeguidoresSeguir
1,130SuscriptoresSuscribirte
Noticias Relacionadas