A inicios de esta semana se hicieron públicas las cifras de la última proyección de crecimiento para la economía global realizada por la OCDE, las que muestran un ajuste al alza para el PIB mundial con que cerraremos este 2021, ubicándolo en +5,8%, cifra que contrasta notablemente con el 4,2% anteriormente estimado y la contracción del 3,5% observada al cerrar 2020.
Cabe consignar que si bien estas cifras son alentadoras, considerando los devastadores efectos de la pandemia, estas mejores perspectivas incorporan ciertas indicaciones o advertencias respecto a los riesgos que persisten en el ambiente y que rodean de cierta fragilidad a estas proyecciones, riesgos que subyacen a la efectividad de las campañas de inoculación de la población, así como al diseño e implementación de políticas en materia de salud pública ad hoc, lo que da cuenta de una “recuperación fuera de lo común” como lo plantea la OCDE, en que seremos testigos de disímiles desempeños entre países pues, por ejemplo, para China, el denominado gigante asiático, se espera un PIB de 8,5%, mientras que para Japón solo un 2,6%.
La variabilidad en los resultados pareciera, a juicio de lo expuesto en el reporte de últimas perspectivas económicas OCDE (vol.2021, N°1), estar en directa relación con el éxito de las campañas de vacunación, cuyos efectos son múltiples pues minimizan tanto la vulnerabilidad ante nuevas variantes como los riesgos de mortalidad para la población, lo que a la larga y manteniendo los protocolos de autocuidado debieran favorecer la recuperación del ritmo e intensidad de la actividad económica de manera paulatina pero consistente.
A nivel regional, en materia de expansión para este 2021, el informe prevé que Brasil crezca un 3,7%, México un 5%, Argentina 6,1%, Chile 6,7% y Colombia 7,6%. Se destaca, además, que la proyección sobre la economía chilena es mayor a las estimadas hasta ahora por el FMI (6,5%) y el Banco Mundial (5,5%), y se prospecta que en 2022 el producto debiera empinarse sobre 3,5%.
El reporte, además, releva, en el caso de nuestro país, el esfuerzo realizado a nivel fiscal, monetario y financiero, comprometiendo recursos equivalentes al 13% del PIB de 2020 y 2021, lo que se ha traducido en las transferencias directas a hogares, planes de apoyo al empleo, subsidios a la contratación, apoyo a las pymes, entre otras medidas; adicionalmente, la política monetaria liderada por el instituto emisor ha sido nítidamente expansiva, manteniendo las tasas de interés en mínimos técnicos históricos.
Con todo, y reconociendo las múltiples fuentes de riesgos derivados del incierto fenómeno que estamos viviendo, debemos estar más conscientes que nunca que el camino a la ansiada recuperación exige también del compromiso de cada uno de nosotros y en que “cuidarnos para cuidar a los demás”, más allá de la vacunación, será una de las variables clave para avanzar en el combate a la pandemia y transitar a mayores niveles de normalidad.
