Los minutos en la TV, tanto de los noticieros como de los matinales y otros faranduleros, se hicieron pocos, para resaltar, con, no poca rabia, a varias decenas de jovencitos irresponsables, a bordo de las lanchas (por cierto, compradas por papi o mami) las que, en total juerga, no cumplían ningún protocolo sanitario.
No me llamó la atención la fiesta, ni las lanchas, ni la irresponsabilidad. Me llamó la atención la forma que los medios televisivos levantaron el tema, quizás porque evidentemente eran niñitos “hijitos de papá y papá de billete”. Fue noticia en todos los canales y en suma fueron más de 150 minutos de cobertura (el valor de esa cantidad minutos en TV, superan con creces el valor de varias lanchas).
No se ha visto la misma ebullición periodística televisiva, en las fiestas diarias, de decenas de barrios de la capital, ni en los buses del transporte público, los viernes de la ex Plaza Baquedano o el paseo Ahumada, ahora bastante concurrido, con la nueva política de venta ambulatoria. ¿Qué pareciera nos muestra la TV? Que si la fiesta la hace alguien que pudiera evidenciar algo de recurso, es reprochable.
No obstante, a mi modo de ver la agenda noticiosa de la semana, hubo otro hecho que, por lejos, debería haber sido el más relevante y al que se le debería haber dedicado atención.
Se evidenció que más de 300 localidades del Maule podrían verse obligadas a racionar el agua para el sustento diario. Una nota (de tan solo 3 minutos y 5 segundos en TVN) mostró la realidad de la localidad de Potrero Grande (Curicó), en que familias deben estar como promedio 11 horas diarias sin agua, lo cual se podría replicar para varias otras decenas de localidades maulinas, al menos unas 300. El tema es muy serio y por lejos debería ser un asunto de primerísima prioridad. Chile lleva 14 años de sequía y las expectativas son sumamente claras: la sequía llegó para quedarse, igual que en las regiones de más al norte.
Simplemente no hay agua, porque no hay, ni habrá lluvia. Pareciera que no se entiende la gravedad del asunto.
La historia de la humanidad es clara en este aspecto, muchas civilizaciones antiguas, se extinguieron en sus lugares de origen, debido a períodos largos de sequía (se entiende como periodo largo 30 o más años). En centro américa se han evidenciado periodos de sequía de sobre 70 años, lo que evidentemente alteró el comportamiento de los humanos de esa época, abandonando sus emplazamientos o muriendo.
Nuestro país no está inmune a una gran catástrofe ambiental y humana, por falta de agua, lo que nos debería, no solo llamar la atención con el real calibre del tema, sino que con visión objetiva, altura de miras, desideologizadamente y buscando como unir todas las variables de conducta, comportamiento y uso rural y urbano, que nos ayudarían a mitigar el daño.
Perdón, me olvidaba: La noticia relevante: ¿Pucón o Potrero Grande?
Leonardo Vergara