¿Cuáles fueron las palabras del Presidente?
Tras el resultado del plebiscito, el Presidente de la República, Gabriel Boric, realizó el siguiente discurso y reflexiones:
«Hemos tenido, como es habitual, una ejemplar jornada eleccionaria que ha sido tranquila y expedita.
Chile puede, una vez más estar orgulloso de sus instituciones. Quiero agradecer al Servicio Electoral, a los efectivos de las Fuerzas Armadas que resguardaron los locales de votación, así como a los vocales de mesa, apoderados y apoderadas, y a todos quienes han hecho posible que el plebiscito se llevara a cabo en orden y calma.
Y, por supuesto, a los principales protagonistas, esto es, el pueblo de Chile que concurrió a las urnas de manera pacífica, ordenada y ratificando su compromiso con la democracia.
La soberanía popular ha expresado de manera clara su voluntad y la mayoría ha votado en contra del texto constitucional que se le ha propuesto.
Con esto, quiero ser claro, durante nuestro mandato, se cierra el proceso constitucional. Las urgencias son otras.
Es el momento de reconocer el resultado alanzado, a quienes levantaron la opción EN CONTRA, pero sin olvidar que una parte importante de quienes concurrieron a las urnas, votaron por la opción A FAVOR. No podemos volver a cometer el mismo error de los plebiscitos anteriores.
El país lo hacemos todas y todos. Y quienes triunfan en una elección no pueden prescindir ni ignorar a quienes son parcialmente derrotados. Nuestro país seguirá con la Constitución vigente porque luego de dos propuestas constitucionales plebiscitadas, ninguna logró representar ni unir a Chile en su hermosa diversidad.
El país se polarizó se dividió y al margen de este contundente resultado, el proceso constitucional no logró canalizar las esperanzas de tener una nueva Constitución redactada para todos.
La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile. Y esta deuda se paga logrando soluciones que los chilenos y chilenas necesitan y nos exigen que alcancemos. Está claro. No me cabe duda que la ciudadanía demanda mayor capacidad de diálogo, de consenso y, sobre todo, de acción, de resolución, de abandonar la trinchera y soluciones parciales para poder concentrarnos en dar solución a los problemas más apremiantes que enfrenta los chilenos y chilenas en su vida diaria y que siguen causando un legítimo malestar que está presente en nuestro pueblo y que no podemos obviar.
Le quiero hablar al trabajador de la patria que se levanta temprano para obtener el sustento. A la mujer emprendedora que, muchas veces, sin apoyo, ha tenido que cargar sobre sus hombros a toda su familia. A los jóvenes que creen posible construir un mundo mejor, pero no encuentran las oportunidades necesarias. A las personas mayores que han construido Chile y no tienen el suficiente reconocimiento que merecen.
A ustedes compatriotas nos debemos.
Ahí está concentrada la acción del Gobierno, como lo hemos demostrado durante todo este año y este énfasis ahora se redoblará. El proceso estaba destinado a traer esperanza y, finalmente, ha generado frustración y hastío en una parte relevante de la ciudadanía y eso no podemos ignorarlo. La política está al debe y es necesario que este resultado traiga un efecto inmediato, enfocando el trabajo de todas y todos en los acuerdos que Chile necesita en materia socil, económica y de seguridad, sin mas demora.
Somos un país hermoso, con un enorme potencial que no podemos desaprovechar.
Fue un proceso donde las legítimas diferencias no se expresaron de manera constructiva y donde, por uno u otro motivo, se impidió la generación de consensos. Se intentó convencer a los electores con campañas del terror y algunos hasta pretendieron hacer de esta elección un plebiscito sobre el Gobierno.
Lo que la ciudadanía ha señalado es un mensaje transversal de que esa forma de hacer política no la representa. Así el resultado de este plebiscito, más que una celebración, es un fuerte llamado de atención. Si quien ostenta la mayoría circunstancia se pone en su trinchera e intenta negar la existencia del otro, jamás lograremos construir acuerdos para avanzar en materias que no pueden seguir esperando.
Es que, compatriotas, la Patria no se reinventa de un día para otro. Para hacer las cosas bien, debemos reencontrarnos y hacer las cosas bien. Por eso, lo digo con mucha convicción. Ni celebración ni arrogancia. Humildad y trabajo. Mucho trabajo.
Como Presidente, he mandatado a mi gabinete a retomar, cuanto antes, el trámite legislativo de la reforma de pensiones y el pacto fiscal de redistribución más justa de la riqueza. A redoblar los esfuerzos de gestión de seguridad en todas sus dimensiones, para ganarle la batalla ala delincuencia, al narco y al crimen organizado.
Para emparejar la cancha entre hombres y mujeres y asegurarles a las mujeres que todos sus logros conseguidos a lo largo de años de esfuerzo y lucha no sufran retrocesos. Y a desplegarse con especial intensidad para hacer más digno y con oportunidad el acceso a derechos iguales para todos, como la salud, la vivienda, la educación y las pensiones.
Estas son las prioridades de los chilenos. Y, por lo tanto, son también mis prioridades y del Gobierno. Y espero que sean de todos los sectores políticos. En particular, la refoma de pensiones, porque ya no se puede seguir esperando. Nuestra propuesta está sobre la mesa y hemos estado abiertos a ceder con el ánimo de llegar a acuerdos para avanzar.
El fin del proceso constitucional debiera permitir avanzar en un mejor clima para este entendimiento y para eso convoco a todas las fuerzas políticas. Si más dilaciones.
Para financiar esta reforma, necesitamos un financiamiento estable en le tiempo. Necesitamos un pacto fiscal que incluya el crecimiento, porque Chile va a despegar. Un pacto fiscal es para recaudar de manera más justa, para que seamos implacables contra quienes eluden el pago de impuestos. También debemos ser implacables con la corrupción, venga de donde venga.
Le hablo a quienes votaron por la opción mayoritaria y quienes esperaban un resultado diferente. Chile somos todas y todos. Reitero qeu nuestro país tiene enormes oportunidades y grandes fortalezas. Nuestra economía nos puede transformar en líderes a nivel mundial. Estemos orgullosos de nuestra democracia.
Desde nuestras legítimas diferencias los invito a construir juntos una nueva etapa para Chile, de justicia social, de seguridad ciudadana. Encontrémonos en la gran tarea de forjar una convivencia donde predomine el diálogo y no la intransigencia. Donde prime la confianza y no el miedo. La solidaridad por sobre el egoísmo. Trabajemos pensando en el bien superior de Chile.
Pa patria necesita de todos y todas»