¿De qué se trata?
La Justicia Restaurativa es una forma de solución de los conflictos penales a través de procedimientos alternativos de mediación, que buscan la reparación a la víctima y la asunción de responsabilidad de parte del ofensor.
¿Existe en el sistema judicial chileno?
Un tema que en Chile se aplica solo cuando el sistema procesal penal permite salidas alternativas, como son la suspensión condicional del procedimiento o el acuerdo reparatorio, explicó el académico de Derecho Penal de la Universidad de Talca, Raúl Carnevali, quien está organizando un seminario internacional sobre esta temática y que se realizará en Santiago los días miércoles 30 de noviembre y jueves 1 de diciembre.
¿Cuál es la definición de una experta?
“La Justicia restaurativa es una manera de hacer partícipe a la ciudadanía de la justicia. Tiene un componente democratizador, porque entre todos nos hacemos responsables y partícipes, A través de la mediación se sientan en una misma sala la víctima, el ofensor y un mediador para buscar una solución a un conflicto penal, que se logra mediante encuentros y acuerdos entre las partes”, explicó el especialista, quien precisó que en nuestro país se puede aplicar a los delitos que no superen los 3 años de pena, delitos de escasa gravedad, como los patrimoniales, amenazas o lesiones menos graves.
¿Cuál es el objetivo final?
Carnevali planteó que, el objetivo final de este proceso es que la víctima se sienta satisfecha y reparada. “La diferencia que existe con el sistema judicial regular es que se le concede una particular consideración a la víctima, lo que no ocurre en el sistema tradicional, donde el conflicto se centra entre el Estado, a través del Ministerio Público, y el autor del hecho, lo que hace que todo el esfuerzo esté orientado a la imposición de un castigo”, señaló el académico.
¿Cuál es el principal avance en materia penal?
Uno de los efectos positivos en la justicia restaurativa es que los fiscales disponen de mayor tiempo de dedicación a los casos más graves, mientras que otros se solucionan en centros de mediación. Otra consecuencia, y que ha sido documentada a nivel internacional, es que genera una alerta temprana. “El ofensor, al asumir su responsabilidad frente a la víctima, al escucharla y empatizar con ella, puede reducir las tasas de reincidencia, es decir que no vuelva a delinquir, especialmente en la población penal juvenil”, valoró.