No piense que esta Columna está atrasada y que aún no me entero del resultado de la elección del domingo pasado. Todos conocemos las cifras y sabemos que fue electo el candidato de Apruebo Dignidad y el Partico Comunista, que obtuvo una sólida e incuestionable ventaja frente a su contendor. Eso lo aceptamos y asumimos con responsabilidad democrática.
Entonces, ¿por qué la pregunta del título? Porque mi intención es diferenciar el simple conocimiento de la identidad del próximo Mandatario, Gabriel Boric, respecto de aspectos más sustanciales de su figura como político, a la luz de su reciente devenir electoral. Porque, el Lector estará de acuerdo conmigo, si atendemos a lo dicho por el candidato en la campaña de primera vuelta y lo comparamos con él mismo, pero a partir del 22 de noviembre, y más aún, con lo declarado tras el 19 de diciembre, la diferencia es enorme. Y eso que la evolución a que aludo se acota a la campaña presidencial y deja fuera lo dicho por Boric antes que ganara la primaria.
Todo lo anterior, por si acaso, no lo digo desde la candidez e inocencia de quienes creen que lo dicho por un candidato en campaña le comprometa en algo siquiera, tras haber triunfado. Porque no se sabe de algún candidato que haya cumplido con todas sus promesas de campaña. Entonces, partiendo del supuesto, empírico, de que quien ganó la elección tiene bastante amplitud para decidir qué le compromete y qué olvidará no más asumir el cargo, vuelvo a repetir lo dicho: ¿quién nos gobernará a partir del 11 de marzo próximo?
¿Gobernará el país aquel candidato que prometía que ningún inmigrante será expulsado del país, sea cual haya sido la manera en que ingresó? ¿O, por el contrario, nos gobernará quien ahora señala que hay que regular y ordenar el ingreso al país y hacer cumplir la ley de inmigración (que estipula la expulsión de aquellos que ingresan violando nuestra normativa)? ¿Cuál de los dos personajes (porque la persona es la misma, pero el personaje puede variar) será nuestro Primer Mandatario el próximo año? Y sobre el mismo particular ¿habrá derecho a vivienda para todos los inmigrantes, en iguales condiciones que las exigidas a chilenos?
En otro ámbito, en el que también se aprecia diferencias sustanciales entre un instante y otro del candidato: ¿cuál será la actitud frente a las personas procesadas por delitos cometidos durante los incidentes de octubre y meses siguientes de 2019? Los mal denominados “presos de la revuelta”, ¿serán indultados (lo que conlleva un error conceptual, puesto que el indulto supone condena y estos están siendo procesados aún), como prometió en la campaña de la elección primaria? ¿Lo conversará con los Tribunales (lo cual podría configurar una presión indebida a un Tribunal de Justicia), como señaló en la campaña de segunda vuelta? ¿Lo conversó con las familias, como dijo en el discurso de celebración del triunfo la noche del domingo pasado? ¿Lo analizará caso a caso, como ha dicho hace 3 días?
Por último y más fundamental aún que lo anterior ¿cuál será su actitud en relación con las conductas terroristas en La Araucanía? ¿Se atreverá a llamar terrorismo a la quema intencional de 31 casas en la comuna de Contulmo? ¿Se atreverá a calificar como organización terrorista al grupo Resistencia Mapuche Lavkenche, que reivindicó dicho atentado como una suerte de represalia por la condena a quienes asesinaron a golpes a Eleodoro Raimán (dueño de un camping que se resistió a la toma de su propiedad por miembros de esta organización)? ¿El Mandatario electo insistirá en justificar estas acciones en la “injusticia histórica” de que habría sido víctima el pueblo mapuche, como señaló en la campaña de primarias? O, por el contrario, ¿buscará dialogar con la organización y con todos, como declaró antes de la segunda vuelta? O, por último, ¿aplicará la ley y permitirá que el Ministerio Público y los Tribunales hagan su trabajo, como ha dicho estos últimos días, a propósito de estos incidentes?
Entonces, ¿quién gobernará Chile a partir de marzo?