En los últimos tiempos he vuelto a revisar aquellos proverbios y refranes que expresan, mejor que un tratado de filosofía, los saberes y verdades que son tan necesarios en tiempos revueltos. La sabiduría popular, menos libresca pero más certera, examina y concluye en una frase, lo que a graves analistas toma cientos de páginas. Por eso, recomiendo al Lector el ejercicio de recordar viejos dichos y aforismos, muchos de origen campesino, y advertir lo irrebatible de esos adagios.
Uno de esos refranes a que aludo, dice lo que pongo en el título. Ud., al igual que yo, más de una vez ha tenido la agudeza de arrojarlo sobre aquel que hoy, borra con el codo lo que escribió ayer con la mano (otro refrán estupendo). Inconsecuencia le llaman. Inconsistencia fundamental entre el decir y actuar de un momento pasado y lo dicho y obrado en el presente. No se trata de defender la pertinacia ni la tozudez. La porfía no tiene que ver con la perseverancia. Se trata de criticar los cambios de actitud antojadizos, acomodaticios y complacientes de aquellos que hoy adoran lo que antes quemaron (parte de una frase histórica que daría para Columna).
La larga perorata introductoria a propósito de lo que ha dicho, esta semana, el Primer Mandatario, en gira por el norte, asolado por el narcotráfico, la delincuencia, la inmigración ilegal y la inseguridad en todas las esferas sociales.
Con motivo de los últimos atentados en contra de personal de Carabineros, con el dramático resultado de otro mártir más en la institución, el Presidente Boric ha señalado que su gobierno no va a permitir ofensa ni malos tratos a personal de esa institución. Y que ordenará aplicar todo el peso de la ley a quienes intenten hacerlo. “Carabineros tiene todo nuestro respaldo para fiscalizar el cumplimiento de la ley y el que agreda a Carabineros, se va” en directa alusión a inmigrantes. Y a propósito de los inmigrantes, ha dicho y escrito en su red social preferida, que estos están tan sujetos a la ley como cualquier chileno. Y que, si infringen nuestra normativa legal, serán expulsados por la vía administrativa, más que judicial.
¿Cuántos de los Lectores recuerdan las frases escritas por el Primer Mandatario cuando era dirigente estudiantil, en contra de las fuerzas policiales? ¿Cuántos recordamos sus votos, en la Cámara, oponiéndose a dar más atribuciones, en el control del orden público, a Carabineros? ¿Cuántos no han olvidado las imágenes del ahora Mandatario, increpando a policías y azuzando a manifestantes que arrojaban bombas incendiarias, piedras y ácido a esos mismos Carabineros que hoy defiende? ¿Puede hoy el Presidente abusar de la mala memoria de los chilenos y erguirse en el paladín de la legalidad y defensor del estado de derecho, cuando lideró la asonada anarquista que, tristemente, recordaremos la semana que se inicia? ¿Le cree el Lector al Primer Mandatario cuando señala que “Vamos a ser unos perros en la persecución de la delincuencia”? ¿Cuál delincuencia? ¿La que quemó estaciones de Metro o iglesias? ¿La que hasta sacaba pedazos de las veredas para arrojar a Carabineros? ¿La que saqueaba supermercados, botillerías o farmacias, hace 3 años? ¿La “primera línea? ¿Se actuará con la fiera determinación de “unos perros” contra todos ellos o, por el contrario, se les concederá indultos y pensiones de gracia?
El refrán del título critica a quienes en el pasado afirmaron algo muy diferente a lo que declaran hoy día. Y basta tener un poco de buena memoria (o manejo del buscador en internet) para constatar que el Presidente decía hace pocos años algo muy diferente a lo que hoy señala, urgido por las demandas ciudadanas y por el peso de una realidad que, poco a poco, se impone por sobre las consignas intolerantes y los eslóganes exaltados.
Quién lo iba a decir: el promotor del estallido social, hoy transfigurado en el adalid del orden y de la mano dura. Quien te ha visto y quien te ve.
Juan Carlos Pérez de La Maza
Licenciado en Historia
Egresado de Derecho
