Las percepciones que poseen los diversos agentes de una economía son consideradas como una de las variables relevantes para el desenvolvimiento de esta. Ello pues inciden de manera considerable en las acciones de consumo, si se trata de las familias, o de inversión, para el caso de las empresas. Es por ello que su monitoreo, a través de diferentes índices, es siempre foco de atención de economistas y autoridades relacionadas con las políticas públicas.
En este contexto y referente a la confianza de los consumidores, todos los meses se levanta el CCI (Índice de Confianza del Consumidor) en 28 economías del mundo, incluyendo la de Chile. La trayectoria de los resultados obtenidos nos entrega luces respecto a las expectativas de las familias nacionales, bajo el actual y complejo escenario económico y social (el CCI oscila entre 0 y 100, siendo 100 el puntaje más optimista).
Si bien en junio la confianza se mantiene aún en terreno pesimista (38,5 puntos), su recuperación supera los registros de diciembre del 2019 y marca una tendencia en ascenso desde junio del 2020, cuando anotó su menor resultado (24,5 puntos). Lo anterior se justifica por una mejor percepción relativa a la actual y futura estabilidad laboral, y en menor medida por una mejor apreciación respecto a las expectativas presentes e inmediatas de la economía chilena.
En un plano internacional aún nuestro país no logra alcanzar los registros de otras economías, ubicándose en la posición 23 (de las 28), y su resultado se asimila bastante con lo que se observa en Latinoamérica (con un promedio de 38,9 puntos), región que sigue representando la zona más golpeada por la pandemia. El promedio mundial de este indicador ascendió a 47,3 puntos, empujado principalmente por países de Europa, en particular por aquellos con un mayor avance en los procesos de vacunación y levantamiento de restricciones.
Por ello, es de esperar que nuestro país pueda continuar progresando con las medidas ya implementadas para combatir la pandemia, acciones que deben ir necesariamente de la mano del comportamiento responsable de nuestra sociedad.