Héctor Bustos peleó con Martín Vargas. Lo hizo tambalear. Pero Martín le apuntó ese golpe tan característico al estómago que lo dejó con conteo de protección. El “Manzana” siguió, pero el triunfo fue para Vargas. Hoy Bustos, a los 70 años, sigue dando la pelea (texto y fotos: Rodrigo Contreras Vergara)
Flaco. Peso mosco, diría un conocedor de jabs, ganchos y uppercuts. Mirada atenta, atenuada eso sí por los años. Porque Héctor Bustos, el “Manzana” Bustos, tiene 70 años. De lejos, cuando entré al gimnasio del Vanguardia Unida, parecía arriba del ring un boxeador más, uno quizás adulto, pero nunca de 70. Ágil entrenando con su sparring. Luego, frente a frente, advirtiéndome serio que cobraba por las entrevistas, uno podría imaginárselo esquivando golpes en la esquina, pero nunca besando la lona.
Uno podría verlo enfrentando a Martín Vargas, el mismo del “pega Martín, pega”, en un nacional amateur el año 1971, en la categoría “mosca”, disputado en el mítico Caupolicán. Un teatro repleto en una de las épocas más destacadas del boxeo chileno, con Vargas como estandarte.
Esa noche en el Caupolicán el “Manzana” tuvo a Martín a tiro de nocaut, tambaleándose. Hasta que Martín saca un golpe duro y seco al estómago de Bustos. Lo siente el “Manzana”. Conteo de protección. Pero se recupera y la pelea sigue hasta el tercer y último asalto. Los jueces dan por ganador a Martín. Algunos comentaron que debió ganar el ”Manzana”.
Al año siguiente, en Punta Arenas, el “Manzana” Bustos fue campeón nacional, y Talca campeón por equipos. Torneo al que no asistió Martín Vargas. Tiempo después Martín vino a Talca a pelear una exhibición. Querían que se enfrentaran nuevamente, pero Bustos no aceptó.
El ”Manzana” hizo toda su carrera en el ámbito amateur, entre nacionales y torneos de barrios, con cerca de 40 combates y solo tres derrotas. Su mejor época fue cuando se trasladó a trabajar a la mina El Teniente y peleó por el Club Sewell de Rancagua que pertenecía a la minera. Recuerda a Domingo Rubio, Mario Molina, Alfonso Rojas, Guillermo Velásquez, Omar Reyes, al “Mono” Clavería, la mayoría con títulos sudamericanos. Entrenó con Godfrey Stevens, uno de los nombre propios del boxeo nacional.
Héctor Bustos creció en el barrio Oriente. A los 15 años se metió a pelear por primera vez. A los 17 fue campeón de Talca, peso mosca, representando al Club Bernardo O’Higgins, desde donde salieron Hugo Guerrero, Jaime Moya, campeón chileno, y Fernando González, los dos últimos ya fallecidos.
“EL BOXEO ESTÁ BOTADO”
El ”Manzana” se retiró en 1977 o 1978, no está seguro. Siguió vinculado al boxeo, ahora como entrenador. Comenzó junto a Hernán Fuentes. Nunca ha sido dirigente, pero lo llamaban para que apoyara en algunas actividades. Conoce entonces la realidad del boxeo talquino. Pasó la buena época. Esa de torneos en los barrios en gimnasios llenos, con campeones nacionales y sudamericanos. Hoy la Asociación de Boxeo de Talca no tiene personalidad jurídica, por lo tanto, no puede postular a proyectos. Los boxeadores, acusa el “Manzana”, deben salir a representar a otras ciudades. “El boxeo está botado en Talca”, argumenta desilusionado. Y está “apagado”, acota, “porque los dirigentes son malos”. Hay talento y hay público que apoya, pero no hay organización.
Recuerda que en una ocasión le pidieron ayuda para organizar una velada de boxeo. Llevó todo el papeleo, repartió entradas a los clubes y después se encontró con boletos fotocopiados.
En la actualidad están activos algunos clubes, como el Independencia, el Alacrán de Las Américas, Vanguardia Unida y el Dragones Rojos. Y de boxeadores, el más reconocido hoy es el “King” Norambuena, profesional, con peleas en Estados Unidos.
El ”Manzana” Bustos no pertenece a ningún club. Entrena de manera particular a universitarios interesados en el boxeo, a jóvenes y adultos que lo practican más como una buena actividad física. El boxeo, asegura, puede sacar a los jóvenes de la droga, además de hacerlos pensar, de que estén atentos. Incluso, en estos tiempos violentos de encerronas y asaltos, puede servir de defensa personal.
No sé si un puñete o la agilidad que aporta el boxeo pueda hacer mucho ante un tipo violento con un arma. Quizás pueda servir, como dice el “Manzana”, para pensar con claridad y saber cuándo hay que tirar la toalla.
FERNANDO VALENZUELA
Fernando Valenzuela es amigo de Héctor Bustos. Se juntan en el gimnasio del Vanguardia Unida. Bustos es técnico y en su juventud practicó boxeo amateur en la categoría medio mediano. Disputó 27 peleas.
Talquino del sector Carlos Trupp, comenzó tarde en el ring, recién después del servicio militar, en el club 21 de Mayo que en esos tiempos tenía rama de boxeo. De su época menciona a Eduardo Luna, al “Pollo” Bravo, Felipe Carvallo, al “Loco” Hernández. Y de los actuales, a Miguel Véliz, medallista de bronce panamericano el 2015.