14.6 C
Talca
InicioEconomíaREPORTAJE: Operadores turísticos del litoral sacan cuentas alegres

REPORTAJE: Operadores turísticos del litoral sacan cuentas alegres

Diario Talca recorrió la costa de las comunas de Vichuquén y Licantén para conocer cuál es el balance que realizan al finalizar la temporada de verano (texto y fotografía Claudio Aguilar Bulnes)

Un positivo balance realizan los operadores turísticos, declarando que ha sido una temporada muy parecida a lo normal antes de la pandemia.

Gastronomía, hotelería y diversión son parte de los atractivos que ofrecen los operadores turísticos de la costa de las comunas de Licantén y Vichuquén, después de un periodo de incertidumbre y nula actividad.

La pandemia los ha afectado de manera diferentes, porque algunos debieron desprenderse de sus principales fuentes de ingreso y reinventarse temporalmente, para ahora regresar; mientras otros vieron esta crisis sanitaria como una oportunidad para comenzar a formarse un futuro a orillas del mar.

A pesar de las diferencias y rubros, el balance es positivo y, por sobre todo, los emprendedores observan que podrán continuar ofreciendo sus servicios desde marzo en adelante, dependiendo siempre del comportamiento de la pandemia en la región

LIPIMÁVIDA: REGRESAN LOS PASEOS A CABALLO

Marcelo Bravo regresó a los paseos a caballo por las playas de Lipimávida en la costa de Vichuquén.

A sus 50 y tantos años, pero en fecha reciente, Marcelo Bravo pudo retomar su principal actividad económica en las playas del sector de Lipimávida en la comuna de Vichuquén.

Por 17 años se ha dedicado a brindar entretención a los visitantes de la localidad costera, a través de los tradicionales paseos a caballo a orillas del Pacífico, bajo la tranquilidad que ha caracterizado a la zona en las últimas décadas y que la han transformado en un destino familiar y de descanso para miles de personas, provenientes de distintos puntos del país.

No fue fácil para Marcelo regresar a su actividad tradicional. Hace poco más de un año y medio, cuando la pandemia avisaba que sería para largo, decidió vender sus caballos, porque sabía que, al no tener visitantes, tampoco habría recursos para mantener a sus animales.

Ahora, después de 20 meses y observando que existían más libertades para desplazarse, la consecuente llegada de turistas desde octubre del 2021 lo llevó a tomar la decisión de volver a los paseos por la playa, por lo que se puso en campaña para ahorrar lo suficiente para comprar otros caballos.

Los paseos a orillas de la playa podrían mantenerse durante todo el año si la temporada estival se mantiene con una alta concurrencia de visitantes.

Así regresó a la arena el 11 de enero de este año y, desde entonces, se instala a partir de las 11 de la mañana en el sector conocido como Infiernillo, junto a los demás paseadores de temporada, ofreciendo sus servicios a turistas y familias completas.

Marcelo explica que “cuando saben cabalgar, las personas van solas, pero cuando no, yo los acompaño, para que no tengan problemas y así se queden con un bonito recuerdo de su paseo. Con los niños depende si quieren ir en caballo o en el Poni, porque si van a caballo, yo los guío con otro caballo, pero cuando es en el Poni, los papás son quienes lo llevan a dar una vuelta”, explicó.

“Ahora tengo la misma cantidad de caballos que tenía antes de la pandemia. Pero ha sido bueno, la verdad, más que bueno. Por eso es que, durante el invierno, si esto sigue así, trabajaré los fines de semana, porque llega turista también en esas fechas. Pero si llueve, no salgo, porque no hay mucho trabajo para los caballos, pero como ha estado hasta ahora, es mejor de lo que esperábamos. Podremos tener a los caballitos durante todo el año si todo sigue así”, agregó.

HOSTERIA SAN DIEGO Y SU HISTORIA DE OPORTUNIDADES

Pamela Hernández reconoce que, pese a las dificultades con el terremoto y la pandemia, han sabido transformarlas en oportunidades, junto a su familia.

Hace unos 14 años que Diego Beltrán Correa decidió dar un giro a su actividad económica que lo acompañó por muchos años. Junto a su esposa Pamela Hernández. Así tomaron la determinación de cambiar de rubro, por lo cual, se desprendieron de todo lo que lo ligaba a la pesca artesanal y al buceo, para encontrar un nuevo horizonte comercial.

El siguiente paso fue arrendar un local en Iloca, comuna de Licantén, para instalar su primer restaurante, aprovechando los dotes culinarios de Pamela, cualidades que la llevaron a ser conocida en toda la zona y, lo que es mejor, por muchos de los visitantes que, cada vez que regresaban al sector, la buscaban para degustar sus preparaciones.

“Mi marido era pescados y buzo, pero llegó un momento en que Diego dejó esa actividad y vendió todo lo que tenía, por lo que comenzamos a ver otras opciones de trabajo. Y vimos que era una actividad atractiva la de venta de alimentos, por lo que nos pusimos a trabajar. Primero arrendamos un local en Iloca y nos gustó este rubro, por lo cual, comenzamos acá, en este lugar que era nuestro, teníamos este terreno y nos instalamos” recuerda.

La Hostería San Diego es un claro ejemplo de cómo hay que sobreponerse a las adversidades.

Ella se refiere a un terreno ubicado en el sector de Huapi, en la localidad de Iloca. Allí contaban con una casa antigua que habilitaron como restaurante y, debido a la excelente reputación que había conseguido anteriormente, no les costó mucho para tener el local lleno, continuando con el éxito que habían logrado en Iloca.

Pamela recuerda que el negocio de la gastronomía iba muy bien, con altas proyecciones, hasta que se registró el terremoto y maremoto del 27 de febrero de 2010. “Antes era solamente restaurante y se llamaba La Picá de San Diego. A nosotros no nos afectó el agua, porque estamos en altura, pero sí el terremoto. Nuestra casa era antigua y se nos cayó, quedó destrozada, pero eso no nos detuvo, por lo que optamos por hacer este edificio donde incorporamos habitaciones -en total son doce- que tienen baño privado y televisión. Acá abajo tenemos -por la pandemia- tres comedores habilitados para nuestros clientes”, agregó.

Pero no fue fácil enfrentar la pandemia para el rubro de la gastronomía ligada al turismo. Mientras otros en las ciudades se reinventaban con el Delivery, en el litoral no era una alternativa, por lo cual, Pamela y Diego optaron por cerrar la hostería y el restaurante en la temporada baja del 2020. Ya en el 2021 pudieron trabajar por etapas.

“El año pasado pudimos trabajar hasta el 17 de febrero -que fue en temporada alta- porque luego entramos en cuarentena. Luego abrimos en octubre, pero solo los fines de semanas. Y a partir del 1 de enero comenzamos a abrir todos los días. De ahí no hemos parado. Nos ha ido bien, ha estado muy buena la temporada para nosotros, porque nos han visitado muchos clientes y todos se van muy contentos, porque les ha gustado la atención y las habitaciones. De hecho, muchos de ellos han regresado. Puedo decir que ha estado igual que un año normal”, afirmó.

UNA APUESTA CON MIRAS  A LA REACTIVACIÓN

Sofía Zúñiga, junto a su familia, emprendieron la aventura de ser sus propios jefes y ser parte de la gastronomía de Duao en Licantén.

Con el espíritu de emprendedora que la ha caracterizado durante su vida es que Sofía Zúñiga decidió embarcarse en otra aventura durante esta temporada estival. Lo conversó con su familia, quienes la apoyaron desde un comienzo y se pusieron en campaña de ahorrar lo suficiente y así arrendar el restaurante ubicado en el acceso al camping Las Trupas, en la localidad de Duao comuna de Licantén.

Trabajaron en la temporada de frutas, cosecha y empaque, en todo lo que les permitiera ahorrar algún dinero. Fue así como a fines de enero se instalaron con la cocinería Los Hornitos, donde la primera acción fue hermosear el lugar, entregarle identidad casera y, sobre todo, un buen ambiente para el visitante, aprovechando a los usuarios del camping.

Sofía Zúñiga explica que decidió tomar su destino y apostarlo todo en el emprendimiento culinario, donde fue su familia quien le dio el empujoncito que necesitaba para atreverse.

Agrega que “durante el 2021 con mi hermana juntamos el dinero para instalarnos acá, arrendar este local y poder aprovechar la temporada. Invertimos en el arriendo, en las mesas, para que se viera bonito, porque todo entra por la vista. Y acá estamos… No nos ha ido mal, tampoco como pensábamos, pero pretendemos quedarnos todo el año y venir todos los fines de semana”.

Pese a no llegar con el inicio de la temporada veraniega, la cocinería “Los Hornitos” aprovecha a los visitantes del camping Las Trupas.

A diferencia de muchos de los locales que se han instalado en el borde costero de la provincia de Curicó, en la cocinería “Los Hornitos” la actividad comienza muy temprano, para ofrecer sus tradicionales desayunos. Tienen muchas ideas para mantener sus clientes y ser un lugar de visita frecuente durante todo el año, por lo que pronto se incorporará un “food truck” que será para los almuerzos, y dejar la segunda cocina como la estación del sándwich, con la incorporación de los hornos de barros para las empanadas y los costillares.

Con el apoyo de su hermana, su hijo y su madre, es que Sofía apuesta a que la segunda quincena de febrero la actividad mejore. “Ojalá que con este recambio de veraneantes de esta semana llegue más personas, tomando en cuenta que se acaba febrero. Pero esto no termina, porque las personas siguen viviendo los fines de semana de marzo. Nosotros el año pasado veníamos acá a comprar pescados en marzo y siempre veíamos mucha gente, por eso, yo creo que tan mal no nos va a ir”, destaca Sofía Zúñiga.

Mantente Informado
17,807FansMe gusta
8,022SeguidoresSeguir
2,501SeguidoresSeguir
1,130SuscriptoresSuscribirte
Noticias Relacionadas