Todos los meses, el Banco Central de Chile realiza la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE) a ejecutivos, consultores o grupos de académicos del área. Su importancia radica en que las proyecciones que los encuestados avizoran para el futuro, basados en la variada información por ellos disponible, constituyen los escenarios que con mayor probabilidad se materialicen dentro del mediano plazo en nuestro país.
Uno de los aspectos consultados en la EEE se refiere al crecimiento de la actividad económica (variación del PIB) y en este mes se apreció nuevamente un incremento para el resultado del período 2021, ubicándolo en +11,2% (muy por sobre el +5% o el +7% de lo esperado en enero y junio, respectivamente). No obstante, para 2022 otra vez el ajuste fue a la baja, proyectando un magro +2% (muy por bajo el +3,2% o el +3,1% de enero y junio). Finalmente, y por tercer mes consecutivo, las cifras para 2023 se mantuvieron en +2%.
Respecto al valor del dólar, las expectativas se siguen sosteniendo en registros similares, proyectando una cotización de la divisa norteamericana en torno a $811 para dos meses más, $800 dentro de 11 meses y $780 a 23 meses, es decir, no se estarían apreciando, por el momento, cambios que nos lleven a disponer de un dólar entre $600 y $700 como los observados en los años 2016 a 2019.
Finalmente, y siendo quizás una de las variables más cuidadosamente observada, la variación del IPC estimada para noviembre y diciembre es de +0,5%, con lo que dentro de 11 meses se espera tener una inflación anual de +4,8%, dentro de 23 meses de +3,5%, para recién en 35 meses más alcanzar la cifra de +3% (la cual corresponde a la meta del Banco Central).
En resumen, no se aprecian en el mediano plazo cifras muy alegres en el plano económico, con un crecimiento bajo (para el desempeño histórico de nuestra economía), un dólar elevado (por lo que el precio de todos los bienes adquiridos en el extranjero, incluido obviamente los combustibles, nos resultarán elevados) y con una inflación por sobre lo que normalmente hemos estado acostumbrados en las últimas dos décadas.