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SALUD MENTAL Y DESAFÍOS PARA LA CRIANZA por Gabriela Carreño

 

El 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una fecha que busca generar conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y así movilizar esfuerzos para su abordaje. En este contexto, resulta especialmente valioso visibilizar el profundo impacto que estos problemas pueden tener en las familias y en muchos casos en la crianza.

 

Ser madre, padre, cuidadora o cuidador de una niña o niño es una de las experiencias más significativas de la vida, pero también una de las más desafiantes. Con frecuencia se resalta lo gratificante que resulta la crianza, y ciertamente lo es, sin embargo, pocas veces se habla de las dificultades que conlleva, especialmente cuando la persona a cargo enfrenta un problema de salud mental.

 

Si bien hoy existe mucha información y consejos respecto de lo que sería una “buena crianza”, las familias muchas veces se sienten desorientadas frente a tanta información.  En ocasiones, incluso, pueden despertarse sentimientos de frustración si como madres, padres o cuidadoras/es se percibe lejos de ese “ideal”.

 

De igual modo, la crianza se ha vuelto cada vez más solitaria. Antes, las y los abuelos, vecinas/os e incluso la comunidad educativa eran parte activa en la vida de niñas y niños. Hoy esa red se ha debilitado y la carga recae de manera importante en las y los cuidadores.

 

Lo anterior puede aumentar el desgaste emocional de quienes cuidan, sobre todo cuando se suman dificultades de la vida cotidiana como pérdida de empleo, teletrabajo con niñas y niños en casa, falta de apoyo social y redes, entre otras. Todo ello puede derivar en lo que se ha denominado “estrés parental”, es decir, una gran tensión psicológica que se experimenta al sentirse sobrepasadas/os por las demandas de la crianza.

 

¿Cómo se manifiesta este “estrés parental”?

 

Puede manifestarse como sentimiento de agobio, agotamiento y una percepción negativa sobre sí mismas/os y/o también sobre las niñas o niños. Si el estrés parental se vuelve crónico puede afectar negativamente la salud mental de quien cuida y la dinámica familiar. En ocasiones, puede dar paso a conflictos de pareja, negligencia, patologías de salud mental e incluso maltrato hacia niñas y niños.

 

Ante esto, es importante considerar la presencia de señales de alerta como Irritabilidad constante, grandes sentimientos de culpa, alteraciones del sueño, dificultad para concentrarse en tareas simples, menor paciencia, sentimientos de desconexión emocional, entre otros.

 

Si la pregunta es “¿qué hacer?”, lo importante será mirar la parentalidad con realismo, reconociendo tanto lo gratificante como lo difícil. Buscar espacios de autocuidado, pedir y aceptar ayuda y recordar que niñas y niños cuentan con menos herramientas emocionales que las adultas y adultos, por lo que requieren un acompañamiento amoroso y respetuoso en su desarrollo y crecimiento. También será clave buscar apoyos comunitarios y evaluar si se necesita atención profesional.

 

Apoyarse en otras personas y pedir ayuda profesional son pasos que pueden marcar la diferencia. La crianza no debería ser una tarea en soledad, sino un camino acompañado.

 

Si tienes dudas respecto a este tema o a algún otro relacionado con la crianza o el bienestar de niñas y niños, puedes contactarte con Fonoinfancia de lunes a viernes, de 8:30 a 19:00 horas, llamando de forma gratuita al 800 200 818 o ingresando al chat disponible en www.fonoinfancia.cl. Un equipo de psicólogas y psicólogos expertos en crianza, niñez y familias está disponible para acompañarte.

 

Gabriela Carreño

Psicóloga

Programa Fonoinfancia

Fundación Integra

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