Cada Navidad trae consigo muchos sueños e ilusiones de parte de los más pequeños que son los que esperan una muestra de aprecio a través de un obsequio. Tradición que hemos replicado porque así lo vivimos desde nuestra niñez.
Pero esta fecha nos invita a buscar el verdadero sentido e importancia de tener regalos bajo el árbol de navidad, y a no confundir que el cariño se mide a través de la cantidad o calidad del obsequio.
Nuestros niños pequeños si bien esperan un juguete también es importante entregarles momentos de interacción efectiva, diversión en conjunto, unión familiar, transmitir y ofrecer alegría, felicidad, agradecimiento por estar juntos, comunicar cariño, y amor.
Pero también es propicio para ir potenciando los valores de la bondad generosidad el amor y la amistad desde temprana edad.
Eduquemos a las nuevas generaciones para valorar lo más importante que es disfrutar del tiempo compartido con la familia, recibiendo a los más pequeños, reconociendo los esfuerzos de los mayores proveedores, manifestando y reconociendo la gran labor de nuestros adultos mayores, con el propósito de realizar un cambio de mentalidad y de nuevas prácticas relacionadas con la ganancia en el vínculo afectivo.
¿Qué hacer en esta semana a la espera de la nochebuena?
Algunas de las recomendaciones son: preparar el momento de poner al niño Jesús en medio del pesebre, enfatizando en la historia real de los hechos; buscar aquellos pasajes bíblicos sobre el nacimiento de Jesús o narremos algunos cuentos o historias relacionadas con enseñanzas valóricas; ver una película y comentemos algunos aprendizajes.
También podemos confeccionar un calendario de adviento con materiales reciclados con nuestro propio sello familiar; escribamos bienaventuranzas para nuestros seres queridos, amigos y otros cercanos; O preguntemos a los más pequeños qué les gustaría hacer en Navidad, y aquellas ideas pueden servir para una propia y única tradición familiar.
“Las opiniones vertidas en esta columna son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Universidad Católica del Maule”.
Dra. Sandra Castro Berna
Académica de la Escuela de Educación Parvularia
Universidad Católica del Maule (UCM) en Curicó