Patricio Avilés y César Muñoz -dos avezados políticos en el Maule- repasan el desarrollo de comicios históricos y también abordan cómo han cambiado las campañas políticas (por Patricio Moraga con video y fotografías de Luis Casanova)
En medio del desarrollo de un nuevo proceso de elecciones, que debería marcar todo un récord en cuanto a participación por sus más de 15 millones de electores en el padrón nacional y con votación obligatoria-, Patricio Avilés (PS), economista y asesor político, y César Muñoz (UDI), ingeniero, exalcalde y consejero regional, comparten sus miradas retrospectivas sobre los comicios desarrollados en las últimas décadas y desclasifican una serie de historias de aquellos años.
Además, analizan cómo ha cambiado en el tiempo la forma de hacer campañas políticas. A continuación, parte de la conversación sostenida por Avilés y Muñoz con Diario Talca, la que se puede revisar en forma íntegra escaneando el código QR o bien visitando el canal de YouTube de Diario Talca TV.
Ad portas de un nuevo proceso eleccionario presidencial y parlamentario, queremos tener una mirada en el tiempo, conocer quizás algunas historias de lo que ha pasado en los comicios. Y vamos a partir con el plebiscito del Sí y el No, del 5 de octubre de 1988, y que marcó el camino del retorno a la democracia. Hay momentos claves en esto, como cuando el general Fernando Matthei, a eso de la una de la mañana, al ser citados a La Moneda, dice que ha ganado el No. También está la imagen muy latente del subsecretario del Interior, Alberto Cardemil, cuando en esta demora en la entrega del resultado, finalmente termina haciéndolo a las 2 de la mañana. Y por otro lado, el recuerdo de la portada del diario Fortín Mapocho que dice “Corrió solo y llegó segundo”.
César, ¿qué recuerdos tiene de ese proceso? ¿Estaba en Talca?
César Muñoz: “Sí, estaba en Talca. Un proceso que marca todo lo que vivimos después en los gobiernos democráticos, y haber terminado ese proceso de 17 años del gobierno militar. Tiene un significado histórico, importante. Muchos de los que estábamos por el Sí, y trabajé por eso, estaba convencido de que era una buena opción en esa época poder seguir en ese proceso de crecimiento del país, estaba siendo bastante fuerte en la economía, y por lo tanto un 43% de la gente votó que sí. Es cierto, fue insuficiente para haber ganado, pero sin duda que tenía un sentido el por qué muchos de aquellos votamos por el Sí. Un candidato presidencial como Augusto Pinochet, que pudo ir a las urnas, no es lo mismo que lo que pasaba en Cuba o Venezuela, con algunos dictadores antiguos, y en otros países de Latinoamérica que había muchas dictaduras, que no fueron a las urnas. Fue una elección democrática donde la izquierda hizo una campaña tremendamente innovadora, interesante, con las canciones, con los colores y eso también marcó una diferencia sustancial en el tema de esa época”.
Patricio, ¿estaba en Santiago en esa época? ¿Cómo lo vivió? ¿Fue muy tenso?
Patricio Avilés: “Había cosas bien tensas. Primero hay que señalar que el desarrollo del proceso plebiscitario no es un acto casual desde el punto de vista de la voluntad de un dictador. La dictadura ya estaba demasiado aislada para poder tratar de mantenerse un tiempo más largo y al punto que nosotros manteníamos una buena relación. Poca gente recuerda que ese día en la noche lo de Matthei no es una casualidad, fue hecho porque Camilo Escalona, secretario general del Partido Socialista, habló con Allamand (Andrés) y él habló con Sergio Onofre Jarpa y Jarpa habló con Matthei. Esa es la vuelta para poder lograr hacer esto porque era obvio que desde el punto de vista de la oposición al régimen teníamos dos opciones: o concurríamos a este proceso y ganábamos, o el paso siguiente era una guerra civil. No había alternativa intermedia, porque el país mayoritariamente buscaba un cambio de régimen sustantivo. Ese día incluso fue muy tenso porque hay que recordar que se había convocado a las Fuerzas Armadas a la plaza Baqueano y lo que desinfló esto fue la acción de Matthei y después incluso se salió a la calle. Recuerdo que era súper impresionante ver que la gente abrazaba a carabineros porque fue como destapar una olla que estaba a punto de explotar, pero costó mucho, fue mucha negociación. Matthei certificó después que Pinochet tenía un discurso preparado y escrito para rechazar el resultado. Entonces no es sólo buena voluntad, no es un acto de voluntarismo”.
Vamos a la elección del año ‘89, donde vence Patricio Aylwin (Concertación de Partidos por la Democracia). Los otros candidatos eran Francisco Javier Errazuriz y Hernán Büchi. ¿Hay recuerdos de la elección de Patricio Aylwin (DC)?
PA: “Esa elección tuvo varias particularidades. Quisiera recordar cuando Büchi se fue a meditar, desapareció de la campaña, se fue a la montaña a meditar, que fue una cosa bien simpática, que incluso afectó aquí. Nosotros teníamos una buena relación particularmente con gente de RN (Renovación Nacional) y el local de Curicó no se podía financiar porque con la ida de Büchi, dejó de fluir el recurso para el arriendo. Entonces le prestamos el local para que se juntaran. Se dio en un escenario donde había un clima de cambio en general y yo creo que nosotros logramos optar con un buen candidato que siempre es determinante en estas cosas”.
Pero el día mismo, Patricio ¿lo vivió como un día tenso de todas maneras?
PA: “No tanto, porque nosotros desde el plebiscito habíamos construido un sistema de seguimiento de los resultados. Aparte de tener apoderados en mesas, teníamos estafetas que llevaban los resultados a un centro propio de recuento. Yo ya estaba aquí, hicimos proyección de resultados y con las 20 primeras mesas ya sabíamos cómo venía el resultado de esta región. Ahí se empezó a introducir la tecnología, un poquito más de materia gris en el sistema, se trabajó con diseño. El sistema empezó a tener una forma más profesional”.
¿Qué recuerdos tiene César también de ese proceso del año ‘89?
CM: “Viene un poco la ola del proceso anterior. La izquierda en Chile tenía una fuerza un poco mayoritaria. Estaba complicado el tema. Yo estaba de alcalde de Pencahue. Era fines de junio o principios de julio, me llama Jaime Guzmán y me dice estimado César, quiero que seas candidato a diputado, (le digo) pero Jaime yo llevo recién nueve meses de alcalde de Pencahue, me conoce poca gente y es difícil, yo creo que voy a perder. (Me contesta) yo voy de candidato por Santiago Occidente y probablemente voy a perder, pero había que dar la pelea buscando votos con poca posibilidad. Por lo tanto, partíamos en desventaja por así decirlo y asumimos la responsabilidad de ser candidato. Yo fui candidato en el Distrito Rural de esa época (38). Fui candidato junto con el papá del actual gobernador, estábamos en un sistema binominal, éramos dos por la lista con Renovación Nacional y la UDI. Pedro Álvarez Salamanca había sido alcalde de San Clemente más o menos unos 10 años, era un hombre bastante conocido y competimos en ese distrito con Jaime Campos que salió electo y con un señor Cerda. Logramos con Pedro Pablo que no nos doblaran, pero pisando el 33%, con mi votación que fue bastante alta y con la de Pedro Pablo, fuimos muy cercanos uno y el otro y logramos que no nos doblaran. Y teníamos a Hernán Büchi arriba, que era el candidato presidencial, un tremendo candidato que venía saliendo como Ministro de Hacienda del país que tenía un crecimiento económico bastante alto”.
¿Ustedes creían que podía tener posibilidades frente a la Concertación?
CM: “Cuando uno parte una campaña cree que puede ganar y por eso trabaja todo el día. Ahora la gran desventaja para mí era que Hernán Büchi era primo hermano o en segundo grado de Pedro Álvarez Salamanca, tenían una relación más cercana. Hernán Büchi venía a Talca y dormía en la casa de Pedro Pablo. Era más difícil para mí”.
Saltemos al año ‘99 cuando Ricardo Lagos vence a Joaquín Lavín en segunda vuelta y desde ahí en adelante se da esta situación del balotaje, ¿por qué pasa esto Patricio?
PA: “Yo creo que hay que mirar en general el padrón electoral inicial que era alrededor de 6 millones en el país, estaba determinado porque la inscripción era voluntaria y el voto era obligatorio y eso durante un largo tiempo no se modificó, por tanto, por ejemplo en Talca, todas las primeras mesas eran de derecha porque cuando se abrió la inscripción al padrón electoral, partieron los adeptos al gobierno y la Fuerzas Armadas mandaron a los conscriptos a inscribirse. Por ahí por la mesa 60, 70, recién empezaba a matizarse un poquito el sistema. Lo de Lagos era complejo, primero porque era la primera vez desde Allende que había una figura de izquierda que podía instalarse como opción presidencial y de hecho la primera vuelta hay que recordarse que el margen fue escasísimo, mínimo, y después en la segunda yo creo que la gran habilidad de Lagos fue el discurso de la noche en que dijo hemos escuchado al país y generó una idea de recambio, de discurso y de relato, entendiendo que el periodo del voto es un voto de nicho a diferencia de ahora. Alteró la vía política del país en la medida que entró una figura de izquierda como presidente, eso fue el gran quiebre político del país que ya había cambiado y donde el diálogo político se hacía bastante”.
CM: “Yo diría el quiebre básicamente del electorado, las fuerzas políticas con un candidato como Lavín a la presidencia, cambió el escenario estadístico que tenía la derecha frente a la izquierda. En Talca nos doblaban siempre los parlamentarios y logramos por fin tener un diputado en Talca instalado con voto en el año 2000. Lavín levantó a muchos candidatos de la coalición para poder instalarse como electos, tanto senadores como diputados, y ese nuevo estilo nos devolvió un poco la esperanza de que podíamos. Perdimos por un voto por mesa decíamos nosotros, 33.000 votos no era una gran cantidad, nos faltó algo, pero lo tuvimos ahí porque ya venía una sociedad que estaba cambiando, que ha seguido en las siguientes elecciones. Pudimos tener mucha más fuerza, instalarse en la región con Juan Antonio Coloma como senador de derecha de la UDI, teníamos dos diputados, teníamos a Hernán Larraín en la zona sur. Empezamos a tener más fuerza y Lavín yo creo que fue parte importante de ese triunfo electoral para la gente de derecha y fundamentalmente para la gente de la UDI”.
Después de la elección de Ricardo Lagos, tenemos a Michelle Bachelet dos veces, Sebastián Piñera dos veces y el actual Presidente Gabriel Boric. Los quiero llevar ahora a una mirada de cómo son las elecciones hoy versus lo que pasaba antes.
PA: “Lo que hay que entender es que así como el país cambia, las campañas electorales también y cambian brutalmente. Yo fui de las campañas donde uno pintaba con paletas de tuna. Mira un dato importante es que con el voto obligatorio este escenario cambió entero, o sea vale decir, de las elecciones donde la gente iba a votar, llegamos a elecciones donde tú tienes que ir a capturar el voto que son dos concepciones. En esta elección se espera que voten el doble de la primera elección”.
CM: “Las campañas anteriores fundamentalmente las parlamentarias, eran binominal, y también tienen una gran diferencia con las actuales elecciones. Había tres bloques: centro, derecha e izquierda muy marcados, donde la derecha y la izquierda llevaban el predominio. Eran muy marcados los pactos electorales, en la derecha con Renovación Nacional y la UDI, y en la izquierda cuatro partidos. Entonces no había muchas listas y sí pocos cupos, no había tanta gente aspirando a un cupo parlamentario, eran menos candidatos, muchos más voluntarios en la calle ayudando y mucha calle”.
Y la forma de hacer campañas porque antes había concentraciones, pero hoy es más en el auto en la esquina y además redes sociales muy fuerte.
PA: “Las elecciones tienen hoy varios componentes que tienen que ver con la profesionalización de las campañas, vale decir, hoy en día no hay campañas sin medir, encuestas, no hay campañas sin diseño. Ninguna de estas cosas que uno mira están hechas al azar, están pensadas, colores, tipos de gráficas etc. Hay estrategia. Lo mismo pasa en la incorporación de las redes sociales. Yo tengo la opinión de que hay una sobrevaloración. No estoy diciendo que no se use. Las campañas son una combinación de redes y zapatos”.
Tienen que ser ambas cosas, no es suficiente una.
¿Su mirada, César?
CM: “En algún minuto de la campaña de antes Jaime Guzmán decía: tienen que tener un 10% de inspiración y un 90% de transpiración, porque efectivamente la campaña antigua tenía mucho de eso, mucha calle, demasiadas actividades, cosas buenas y cosas malas. Eran campañas muy distintas donde la publicidad que hoy en día tenemos a través de redes sociales y medios de comunicación en general, en ese momento no había, no se escuchaba la radio en Curepto o en San Clemente arriba, había que hacerlo de otra forma, se rayaban las murallas que había. La comunicación visual cambió del cielo a la tierra absolutamente y las campañas en general”.








