Todos los días Patricio González viaja a la Universidad de Talca desde Villa Alegre. Trabaja en el Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (Citra). Frecuentemente lo llaman de distintos medios de comunicación para preguntarle sobre el agua caída y las olas de calor. En paralelo, desde inicios del nuevo siglo, comenzó a realizar documentales, en un intento por rescatar el tiempo que no volverá, el agua que se ha ido secando, la temperatura que no para de crecer…Hasta que se contagió de Covid y estuvo ingresado grave en el Hospital de Linares. Se recuperó y volvió al Citra. Pero no ha vuelto a filmar. Los documentales están en pausa…mientras el cambio climático sigue sin freno, irremediable, sin vuelta atrás (Texto y fotografía: Rodrigo Contreras Vergara)
Si Patricio González Colville fuera una película sería, sin duda, un documental. Jamás una película de desastres naturales, al estilo “El día después de mañana”. Y mire usted que Patricio González sabe de desastres naturales. Si viene advirtiéndonos del cambio climático desde los 90 y de la mega sequía que nos acecha hace 15 años. Pero seguimos haciéndonos los tontos como si aquí no pasara nada. Seguimos drogándonos con palomitas, alcohol y celulares.
Patricio González, en todo caso, es mucho más que una poca lluvia y una ola de calor. Es un pródigo documentalista al rescate de la maulinidad. Un niño chapoteando en el Loncomilla. Un fanático del cine arte. Un sobreviviente de la pandemia.
Escena 1/Villa Alegre
“Siempre he vivido en Villa Alegre. Un pueblo muy tranquilo, muy agradable, muy colonial, muy silencioso (…) Viajo todos los días a Talca…Villa Alegre es un pueblo muy bueno para vivir…todavía mantiene esa tranquilidad bucólica del campo, del aire puro…Talca no…Nunca me ha gustado Talca…trabajo sí en la universidad y creo que paso más tiempo en Talca que en mi casa, pero para vivir Villa Alegre, es más tranquilo y la tranquilidad en la actualidad es un gran valor”.
Escena 2/La niñez
“Nosotros hasta el año 1971 aproximadamente vivimos en una casa de campo grande que estaba en Villa Alegre, esa casa tenía un gran patio, en que había un huerto frutal y además colindaba con una viña, una inmensa viña…Yo viví mucho en relación a eso, con el campo, con las viñas, con los ríos, con los canales…íbamos a pescar a los canales me acuerdo con mis hermanos…Estuve prácticamente hasta los 9 años sin ir a la escuela…Mi papá me enseñó a leer, a escribir y matemáticas…Entré a la escuela porque un día se me ocurrió decirle a mi mamá que me llevara y me llevó y entré a tercero básico, nunca pasé por primero, segundo, nada…estuve en la escuela de Villa Alegre dos años, y de ahí pasé al Liceo Abate Molina en ese tiempo, Valentín Letelier hoy día, ahí hice toda la básica y secundaria…Siempre desde Villa Alegre, viajando a Linares, al liceo, y posteriormente viajando a la universidad, entonces…hasta el día de hoy he vivido siempre en ese mundo rural del río Loncomilla, de todo lo que significa el río Putagán, toda la parte vegetacional que tiene Villa Alegre, que no tienen otras ciudades…”.
Escena 3/La profesión
“Estas cosas nacen, tienen una motivación que yo creo viene desde los genes…dedicarse a una profesión…así como hay gente que nace para ser médico, abogado, etcétera…a mí me interesó siempre la naturaleza, pero la naturaleza relacionada con el hombre, no la naturaleza física como tal, sino cómo la naturaleza impactaba en el hombre, y en este caso la agroclimatología se prestaba porque nosotros trabajamos con los agricultores, que siembran, que cosechan, que riegan y ellos dependen mucho de las condiciones climáticas… Más en una zona del Maule donde el clima es fundamental para generar alimentación porque es el rubro principal”.
Escena 4/El cambio climático
“Es bastante doloroso (el cambio climático)… yo noto que ya ni siquiera el cielo tiene la misma característica. Recuerdo que el cielo que daba hacia el sector del secano costero…el cerro Upo, que yo lo veía desde un árbol que tenía como diez metros, era un cielo de azules…incluso de color calipso completo…una degradación de calipsos muy bonito…Y ahora lo veo rojo en la tarde…rojo por el hollín en suspensión, por los incendios forestales…un color rojo que yo nunca había visto…que nunca vi en mi infancia… En cambio ahora veo estos cielos rojos, producto de la contaminación que ha llegado hasta Villa Alegre…En ese sentido es muy doloroso ver que el campo que uno conoció en la actualidad está tan intervenido, está tan deteriorado, y tenemos olas de calor, que llegamos a los 38, 39 grados, cuando en ese tiempo no se superaba los 34. Uno podía ir al río Loncomilla, nos bañábamos toda la tarde y nunca nos quemábamos…En cambio uno va al río ahora y prácticamente queda lleno de ampollas si no se protege, porque la temperatura, la radiación, ha cambiado totalmente. Entonces, el mundo ecológico, un poco de cuento, ha ido desapareciendo producto de este drama que tenemos del cambio climático que es mundial…Estamos en un punto de no retorno, un punto de inflexión, al que llegamos por ahí por el 2015, 2016, no vamos a poder volver en el planeta y en Chile, a tener el clima que teníamos en el siglo XX…porque ya el hombre no hizo nada por reducir la contaminación…He llegado a ser un poco pesimista…yo creo que (los gobiernos) entienden que esto ya no tiene vuelta…lo único que queda es lo que yo llamo la resistencia climática o también lo que se llama sumisión climática. Qué significa eso, que tenemos que esperar lo que el clima nos dé como extremos, porque el clima está en estos momentos generando solo extremos climáticos, sequías extremas, lluvias extremas, temperaturas extremas, olas de calor extremas…o sea, el clima ya no está en la media, sino que está oscilando en forma extrema y eso genera daños… Tuvimos la oportunidad en los años 90, cuando yo daba a conocer todos estos cambios que se estaban produciendo…tuvimos la oportunidad de poder haber hecho una acción tan fuerte a nivel mundial como se hizo con la pandemia…en dos años tuvimos una vacuna, o sea…cuando la humanidad es capaz de ponerse de acuerdo y enfrentar una adversidad, una amenaza, lo hace…Por qué lo hizo con la vacuna…porque se estaba muriendo gente, estaba detenido el país, la economía, había que tener toque de queda…prácticamente la gente no podía salir de sus casas. Ahí hubo una reacción porque la economía se estaba dañando…El cambio climático no, el cambio climático es lento, afecta a los países en desarrollo, a los países subdesarrollados, no tanto a los países desarrollados, ellos tienen la plata, entonces, no se ven muertes tan grandes…”.
Escena 5/El Maule
“La Región del Maule tiene una situación compleja ahora con la mega sequía, que llevamos 15 años, esa ya es una situación de impacto. En 15 años la región no ha podido lograr niveles normales de lluvia, siempre queda con un 40 por ciento, 45 por ciento de déficit, 70 por ciento en algunos años, este año con un 40 por ciento…Y eso ya es un cambio climático, las sequías en el siglo XX duraban dos años, después volvían las grandes lluvias, las grandes nevazones, en diez años había dos años que eran secos, o tres años, después volvían las grandes lluvias, acá no…El otro impacto que vamos a tener fuerte son las altas temperaturas que han ido subiendo a partir del año 2005 en adelante, cada vez tenemos extremos de 35, 36 grados, de repente llegamos a 37…hemos llegado hasta 38 grados en Talca en enero o febrero, ahora se adelantó…37.5 en noviembre…eso quiere decir que el verano va a empezar en noviembre…vamos a tener casi cinco meses de verano, y esas altas temperaturas pueden generar problemas de salud, pueden generar estrés térmico en los cultivos, estrés hídrico…Si pudiéramos graficar cómo están los agricultores en este momento, yo creo que en una gran incertidumbre frente al tema hídrico futuro…futuro estoy hablando del año 2023, 2024, 2025…es decir, ahora…”.
Escena 6/Imágenes en movimiento
“En Villa Alegre hay un teatro municipal en que veíamos muchas películas francesas, europeas, norteamericanas, siempre a mí me gustó mucho el cine, como arte, como hacer cine…desde niño cuando iba a ver las películas de Walt Disney…en ese tiempo llegaban muchas revistas…Supermán, Batman… Disneylandia… Pero ir a verlas al cine, verlas en movimiento…para mí fue un gran descubrimiento…Más adolescentes empezamos a ver muchas películas de Antonioni, de Bergman, de Bertolucci…este cine europeo, cine intelectual, también películas norteamericanas, de John Ford, del oeste…entonces nosotros veíamos esos paisajes y lo asimilábamos mucho a Villa Alegre…al río, las viñas…jugábamos mucho al estilo cowboy que se veía en las películas…Entonces, ese gusto por el cine a mí se me desarrolló…Empecé a juntar todas las películas antiguas que habían en el Maule, estamos hablando del año 1998, por ahí, 99, y me compré una cámara Canon de 8 milímetros digital…La primera película que hice fue sobre Villa Alegre, ‘Historias de aldea’, el año 2005…”.
Escena 7/Por qué…
“¿Por qué hago películas…? Estamos en una sociedad que olvida muy rápido, tiene memoria de corto plazo, la idea mía es que toda esta tradición que formó el Maule, desde los años pretéritos hasta la fecha, se pueda guardar en película que la gente, no ahora, sino en el futuro, pueda ver y pueda saber cómo era la identidad maulina, cómo se formó el campo, cómo eran las trillas, cómo era la gente, cómo era el modo de vida, cómo también lucharon por un ideal en su simpleza, es decir, ver todo lo que nos formó como región, y eso se estaba perdiendo…”.
Escena 8/Pausa pandémica
“Yo tuve Covid, estuve muy grave, crítico, en el Hospital de Linares, en febrero del 2021, y quedé con dos proyectos a medio hacer, uno sobre Villa Alegre, y otro sobre el año 1958, de un viaje que se hizo en balsa desde Constitución a Tahití… eso quedó a medio hacer, porque necesito ir a Perú, buscar los vestigios que hay ahí de los diarios, necesitaba ir a Tahití a ver cómo había sido la llegada, y en la actualidad soy reacio a salir mientras la pandemia no termine…Fue una cosa imprevista (el contagio de Covid) y lamentable también y creo que sí, cambió mi perspectiva…antes yo me preocupaba de cosas que las veo que son inútiles porque después de esa gravedad yo creo que lo más importante es estar vivo, la vida es lo más importante. Y a veces uno la descuida de tal manera o no le da importancia, es más, es tan frágil, que en cualquier momento uno se puede morir, entonces aprendí que ahora hay que vivir la vida bien y cuidar la vida y no preocuparse de tonteras…Fue bastante doloroso para todos, para la familia, para mí, fue una enseñanza, y eso me ayudó a ver la vida en la belleza de lo que es…no en lo que uno pueda querer, lo que pueda comprar…Lo que lamento sí, es no haber podido seguir haciendo cine como yo quería, porque para hacer cine uno necesita libertad, mucha libertad, de desplazarse, de moverse, de interactuar…”.
Epílogo/Sonambulismo existencial
“En el mundo se genera una adicción por las cosas materiales por la parte tecnológica y nos hemos olvidado de la naturaleza, de integrar la naturaleza, de ir a un río, de ir a un bosque, de ir a un prado, de ir al campo y ver los elementos de la naturaleza que son muy hermosos. Además, nos hemos urbanizado a tal nivel que vivimos dentro de la ciudad en un torbellino de trabajo, no tenemos tiempo, prácticamente la semana pasa volando, las cosas como que se aceleran y de repente te mueres y nunca gozaste de nada de la vida, nunca viste nada de lo que era realmente la vida, la cosa simple, el tiempo que uno puede darse en la naturaleza. En el siglo XXI la gente perdió la capacidad de admiración…quizás por la globalización, porque lo vemos en la televisión, lo vemos en los celulares y vemos noticias tremendas… que caímos en una especie de sonambulismo existencial, que ya nada nos puede conmover…Entonces yo creo que quienes sí tuvimos la experiencia de haber pasado por esta crisis de vida, por este riesgo tan alto, valoramos las cosas de otra manera…”.