¿Cuál fue el rol del SAG en las relaciones comerciales con otros países que reciben exportaciones nacionales, especialmente, de productos agrícolas?
“A nivel internacional, el rol del SAG es hacer convenios o acuerdos que impliquen que Chile pueda dar garantías al mundo que lo que se produce y exporta está sano. Nosotros no promovemos negocios”.
Usted viene llegando de una gira por Asía. ¿Qué novedades hay con China?
“Con China teníamos un compromiso pendiente que era firmar el acuerdo para que Chile pudiera exportar algunos carozos, en particular, duraznos y damascos. Y eso se firmó. Ese fue el gran mérito de este viaje. Pero, además, firmamos un segundo convenio que fue para comercializar productos orgánicos, lo cual es muy importante para el pequeño productor, de nicho y del ámbito más saludable. Y, el tercer acuerdo, era una certificación electrónica que permite minimizar la burocracia al momento de exportar”.
¿Se abordaron temas que afectan a otras industrias de alimentos?
“También logramos que se reconociera la zonificación de Chile para el caso que rebrote la influenza aviar o bien aparezca la peste porcina, esta última, inexistente actualmente en Chile, pero con un brote a nivel mundial”.
¿Qué significa la zonificación?
“Quiere decir que, si se compromete alguna región, las otras regiones de Chile pueden continuar exportando a China sin interrumpir sus embarques. Esto corre en particular para la carne de ave. Es muy relevante”.
¿Cuál aspecto se destaca por su innovación en ampliar la relación comercial con China?
“Uno de los avances es la apertura de esos mercados para subproductos de ave. Hay un producto que ellos compran que es la garra o la pata del pollo. En Chile es casi un desecho que es muy caro. Pero allá se compra, cumpliendo con toda la regulación sanitaria internacional y de trazabilidad. Para ello, es vital que el SAG firme un acuerdo que acredite que estamos libres de influenza aviar. En eso estamos muy adelantados”.
¿Y en el caso de Corea y Vietnam?
“Allí tuvimos un trabajo muy importante en cuanto a las exportaciones de carne de ave, cerdo y cordero. Y en Vietnam comenzamos a trabajar en la comercialización del kiwi chileno, lo cual también es una demanda muy relevante”.
¿Cuál fue el rol del sector privado en estas giras?
“Ellos acompañan. Ocurre que el sector privado no puede entrar en las conversaciones. Es invitado, pero no opina. En este viaje, quedaron muy satisfechos porque avanzamos en todos los temas que eran relevantes”.
¿Cuál es la situación en Chile con la influenza aviar?
“Es importante aclarar ese punto. Chile se encuentra libre de influenza aviar en el traspatio o gallineros en domicilios y en la industria, es decir, en los grandes productores de carne de ave y huevos. Pero el virus sigue presente en la fauna silvestre, es decir, en aves y en algunos mamíferos como lobos marinos. Por ello, estamos haciendo innovación buscando detectar el virus y conocer el movimiento migratorio de las aves”.
¿Por qué es relevante este último punto?
“Recordemos que nosotros recibimos el virus en diciembre del año pasado por las aves que venían del norte, buscando dónde comer o anidar. Algunas se contagiaron y murieron, pero otras lograron volver y el virus se quedó en Chile. Ahora viene un nuevo ciclo de migración y tenemos que estar preparados para afrontar lo que puede pasar”.
¿Cómo fue la irradiación del virus?
“El virus se propagó en la fauna silvestre, en gallineros de las casas y en la industria. Pero también hubo un caso de contagio humano. A pesar de ello, logramos manejarlo bien y así lo reconocen desde otros países, donde piden conocer la experiencia del SAG en el control de esta enfermedad. Es cierto que tuvimos problemas, pero estamos en pie y pudimos seguir exportando, lo cual no es menor, porque un 40% de la carne de ave que se produce en Chile se exporta”.
¿Qué pasó con la industria del huevo?
“Hubo un cierto impacto, pero limitado, por el control de las aves contagiadas. Pero también detectamos el ingreso ilegal de muchos huevos desde el extranjero, lo cual es riesgoso para nuestro país y para el consumidor”.
¿Qué se pide a los pequeños productores de huevos?
“Queremos que los criaderos desarrollen medidas de bioseguridad, es decir, que estén cerrados y techados, porque las aves ya no pueden estar en el medio libre. Eso quedó como experiencia mientras tengamos esta plaga”.