De forma recurrente escuchamos en las noticias el concepto Fake News, más aún en estas últimas semanas de trabajo de la Convención Constitucional, donde han circulado una serie de informaciones, hechos o sucesos que se presentan como verdaderos, pero luego se demuestra con el correr de los días que son derechamente falsos. Por ejemplo, los reos podrán postularse a cargos de representación popular, los fondos de pensiones serán expropiados o que el Estado proveerá de educación y desaparecerán los colegios subvencionados. Pero las noticias falsas no son un fenómeno que nace con la contingencia política de la Convención o con los gobiernos de turno.
Recientes estudios nos demuestran que este es un fenómeno reciente, ha ido evolucionando junto a las redes sociales, en tan solo los últimos 10 años han pasado de ser descritas como “la mejor herramienta de la democratización” que habían desarrollado nuestras sociedades, a ser consideradas como una gran amenaza para los sistemas democráticos. Esto debido a la cantidad de información que circula en las RR.SS. por ende, hoy es prácticamente imposible controlarla. Hoy le creemos más a lo que dice el vecino en el chat de la junta de vecinos, que a un experto en comunicaciones. Por ello se entiende que la amenaza de una información manipulada y sesgada sea real. Noam Chosmky señala “la propaganda o la información desatada es en la democracia lo que la violencia es en la dictadura”. Claramente la información sin control, propaganda política o ideológica, es tan violenta como la represión policíaca.
Existe una primera clasificación: está la falsedad y la clara intención de dañar.
Misininformation: errores involuntarios, como pies de foto inexactos, fechas, estadísticas, traducciones o cuando la sátira se toma en serio.
Desinformation: contenidos audiovisuales fabricados o manipulados deliberadamente. Teorías o rumores de conspiración creados intencionalmente.
Malinformation: Publicación deliberada de información privada para el interés personal o corporativo en lugar de interés público. Cambio deliberado del contexto, fecha u hora del contenido genuino.
Pero también podemos identificar desde el periodismo lo que puede ser considerado como noticia falsa, es así como se presentan los siguientes criterios.
Sátira: no visto como noticia, por ejemplo, la parodia o aquello que está pensado para causar risa o burla.
El mal periodismo: aquel que es superficial, incorrecto y sensacionalista.
Propaganda: contenido hiperpartidista, política mentirosa y manipuladora.
Publicidad: avisos pagados, repetitivos, invasivos y molestos.
Noticias Falsas: esencialmente son noticias fabricadas con una motivación maliciosa.
¿Se puede hacer algo desde la escuela y el aula?
Teniendo claro el fenómeno de las Fake, sería interesante que la educación se detuviera un momento a reflexionar y además sopesar sus consecuencias.
Como ya lo planteaba anteriormente, es tal el caudal de información con el que hoy conviven los ciudadanos (también niños y adolescentes) que la escuela debe hacer un esfuerzo por educar al respecto. Los niños particularmente no poseen un criterio totalmente formado y es fácil creer en todo lo que ven y leen en las RR. SS. Aún más, cuando la familia tampoco es capaz de discriminar entre lo real de lo que es falso. Sin duda es preferible alfabetizar a los estudiantes para que sean ciudadanos críticos respecto de lo que ocurre en la sociedad en la que viven, uno de los espacios para lograrlo es el aula, un espacio altamente democratizador.
Por último, cómo identificar una noticia falsa:
- Estudie la fuente, investigue más allá.
- ¿Quién es el autor? Es real, es fiable.
- Fuentes adicionales, visite los enlaces sugeridos.
- Compruebe la fecha.
- ¿Es una broma? ¿Una sátira? ¿Un meme?
- Considere su sesgo.
- Consulte a un experto, un profesional o web de confianza.
Dr. Alejandro Espinoza Guzmán
Académico del Departamento de Formación Inicial Escolar
Facultad de Ciencias de la Educación
Universidad Católica del Maule