Se cumplen dos meses y medio desde el inicio de la Convención ConstitucionaL y el balance del camino recorrido es más que favorable. Lo cierto es que han sido semanas arduas de trabajo, pero también han surgido situaciones polémicas y que de una u otra forma han salpicado a la instancia.
Los días que se vienen no serán distintos, y en medio de esta vorágine, el convencional maulino, Christian Viera, conversó con Diario Talca para abordar la puesta en macha, el funcionamiento y los pasos a seguir por el órgano constituyente.
Hoy la Convención Constitucional es una realidad, desde su óptica ¿cómo se evalúan estos meses desde la puesta en marcha?
“En general el balance es positivo. No ha sido fácil en todo caso, porque los ritmos de trabajo han sido muy extenuantes y es que nos hemos exigido a límites que no son muy razonables. En término personales ha sido muy exigente para todas y todos, pero los resultados son favorables (…) El 28 de agosto se presentaron los cuerpos normativos y la próxima semana votaremos en particular los reglamentos definitivos; por lo tanto, a fines de la próxima semana ya tendremos los reglamentos en marcha y ahí sólo queda funcionar con las comisiones temáticas para trabajar en lo sustantivo, que es para lo cual fuimos electos”.
Meses de avance, pero ¿por qué hay una mirada crítica y una sensación ciudadana de que se ha hecho poco?
“No comparto el a priori de que la gente no valora. Los únicos instrumentos que hoy tenemos para percibir cómo es el apoyo hacia la convención son de ciertas encuestas de dudosa credibilidad. Pero concediendo que esta pregunta se funda en el a priori de aquellas encuestas, uno mira el último estudio de opinión y se menciona que, de todas las instituciones, salvo las universidades, la convención tiene un alto nivel de confianza.
Confianza que debe protegerse…
“Hablamos de un apoyo, que por cierto es frágil, y es que también nosotros hemos dado algunas razones para que esa confianza pueda bajar. Hemos tenido episodios que han sido muy complejos que nos pueden costar la confianza de la ciudadanía”.
Casos como el del convencional Rodrigo Rojas Vade, pueden ser gatillante para esa pérdida de crédito.
“Eso lo comparto plenamente. El episodio de Rodrigo pudo haber afectado la credibilidad, porque es un hecho gravísimo y que surge de una figura icónica, que lo que intenta es mostrar la distancia frente a las prácticas políticas que entraron en crisis. Lo que sucede es que esas prácticas políticas, también al interior de la convención siguen existiendo; como es la mentira y el abuso a la fe pública (…) Claramente eso no sólo le pega a él, también nos pega a todos y todas”.
¿Ahí entra el discurso de los convencionales que buscan marcar una diferencia con la política tradicional y sus malas prácticas?
“Creo que lo intentamos hacer y no siempre funcionamos del todo bien es tomar una distancia de las prácticas políticas que nos llevaron a la crisis. En el caso mío, no tomar una distancia del sistema de partidos o de las reglas de representatividad, y ahí hay que ser muy finos en el diagnóstico, porque la única manera con la cual avanzar es por medio de las instituciones, con algunas reglas nuevas de mayor participación e incidencia. Lo que deben mutar son las prácticas políticas y en eso estamos”.
Instalación primero y ahora aprobación de reglamentos, ¿será octubre un mes decisivo para comenzar a debatir los contendidos constitucionales?
“Con toda seguridad en octubre comenzamos a discutir los contenidos. Pero una aprehensión es que no hemos tenido una semana territorial (…) Por eso octubre será también el mes de la convención en sus territorios. Será el inicio de la discusión sustantiva, pero también el comienzo con el contacto ciudadano en términos formales”.
Cuando hablamos del inicio del debate, algunos anuncian que se estará frente a una discusión técnica, pero la convención en sí es un ente político y el debate ira en esa línea.
“Hace algunos días un convencional de derecha decía que esto sería un debate jurídico y no político. Eso es un error, porque toda la discusión constitucional, es, antes que nada, política. De hecho, los nombres que reciben estos textos son constitucionales políticas; y aunque por cierto terminan en un texto jurídico, las decisiones jurídicas están atravesadas, previamente, por una profunda discusión política. Lo que tendremos que hacer junto a la secretaría técnica, es intentar traducir en normas jurídicas lo que es el debate político”.
Y en ese debate, la ciudadanía mayoritariamente pide que la convención llegue a acuerdos para asegurar un trabajo exitoso.
“Efectivamente eso es lo que espera la ciudadanía. Tenemos que conversar, llegar a acuerdos e incluso ceder en nuestras propias posiciones, si eso permite llegar a acuerdos que satisfacen a las amplias mayorías. Eso es lo adecuado y comparto ese diagnóstico ciudadano”.
Avance en el trabajo convencional, pero en el camino aparece este fantasma de los 2/3. ¿Es tema para inquietarse?
“Los 2/3 es más bien una preocupación interna de la convención que de la ciudadanía. Mi opinión, es que esta discusión nos puede o no gustar, pero éste es el quorum que tenemos y nosotros como constituyentes no tenemos la facultad para modificarlo. Si se quiere cambiar lo tendrá que hacer el órgano que lo creo (…) Tarde o temprano esta discusión va a tener que estar zanjada”.