Destacado La vida es tan azarosa como para que un italiano de la provincia de Trento terminé viviendo en Talca y descubra que unos coterráneos protagonizaron en el Maule, en la década del 50 del siglo XX, un olvidado proyecto migratorio. Un relato que entronca con el inicio de otro que ha marcado, y lo sigue haciendo, un hito de atrocidades, muerte e impunidad en la historia de Chile.
Porque el fracaso de la idea de instalar a italianos en un predio cerca de Parral, fue la oportunidad para que Paul Schafer y sus secuaces adquirieran las tierras donde desarrollarían su nefasto imperio del horror.
Stefano Micheletti Dellamaria, docente de la Escuela de Sociología de la Universidad Católica del Maule, llegó a Talca el 2008. Luego de pasar el encantamiento de los primeros años, tuvo un momento de duda que logró superar justamente al enterarse de los detalles de esta historia y proponerse contarla.
“Descubrir la colonia trentina en el Maule fue un salvavidas porque pude comenzar a pensarme como parte de una historia colectiva”, señala Micheletti en la introducción. Integró entonces su propia historia al relato central de la experiencia de la colonia de San Manuel de Parral. “Me pareció importante contarle al lector cómo nació está investigación y cómo se fue desarrollando, conectarlo también a una experiencia más íntima y actual. Desde ahí se pueden establecer lecturas, conexiones, reflexiones propias”.
Stefano Micheletti acaba de publicar “Los italianos de Parral. La colonia antes de Colonia Dignidad”. Un libro que, necesaria e inevitablemente, nos lleva a plantearnos: ¿Qué hubiese pasado si la experiencia de los italianos en el Maule no hubiera fracasado? ¿Habría existido la Colonia Dignidad? ¿Se habría instalado Paul Schafer en Parral? ¿Se habría evitado el horror que vivieron tantos niños y adultos?
En el resumen de tu libro, se señala que los italianos que llegaron a la región eran “centenares”, ¿cuántos fueron exactamente?
“Los italianos que llegaron a San Manuel de Parral en el año 1952 fueron inicialmente 150 aproximadamente; eran parte de un proceso de colonización más grande, organizado por el estado chileno y el estado italiano con fondos del Plan Marshall, y la mayoría (cerca de 1.000 personas) se instaló entre La Serena y Coquimbo. Con el tiempo, las dificultades que se vivieron en San Manuel de Parral llevaron a muchas familias a abandonar el proyecto, y en su reemplazo se trasladaban núcleos procedentes de las colonias del norte, que también estaban viviendo serios problemas. En total, entre colonos, obreros y administradores, deben haber transitado por San Manuel entre 250 y 300 personas”.
¿De dónde venían, quiénes eran…? Puedes hacer una breve caracterización de ellos…
“La mayoría venía de dos regiones italianas: el Trentino, en los Alpes del norte, y el Abruzzo, en la zona central de los Apeninos. Era gente que había sufrido los embates de la Segunda Guerra Mundial, esencialmente campesinos, obreros, artesanos; las mujeres eran dueñas de casa, algunas se empleaban como domésticas o en fábricas textiles. En general, vivían en pobreza”.
¿Cómo se concreta su llegada después de la Segunda Guerra Mundial?
“El proceso de inmigración se concreta gracias a un conjunto de recursos puestos a disposición por el Plan Marshall de EE.UU., y a las gestiones de los gobiernos de Gabriel González Videla en Chile y de Alcide De Gasperi en Italia, a principio de los años ’50. Para administrar las colonias se constituyó la Compañía Chileno-Italiana de Colonización S.A. (CITAL), conformada por instituciones públicas de ambos países (CORFO y Caja de Colonización en Chile, ICLE en Italia). Para las autoridades, el objetivo era disminuir la presión de la masa cesante en Italia, y contribuir a la conformación de una clase de agricultores pequeños y medianos en Chile, con el objetivo de volver productivas tierras sub-explotadas por los latifundistas”.
¿Y por qué llegan al Maule, a Parral? ¿A quién pertenecía el terreno?
“Una misión técnica viajó desde Italia para seleccionar terrenos aptos para el proceso de colonización. San Manuel era un fundo de 31.000 hectáreas, la mayor parte improductivas, y se encontraba bastante aislado de los mercados de venta, a cerca de 40 km de Parral. Por qué decidieron formar ahí la colonia sigue siendo un misterio, dadas estas condiciones”.
Entiendo que en esa época existía en Talca una colonia de italianos asentada…¿No hubo alguna relación con ella?
“Los colonos vivían bastante aislados, porque no tenían muchos medios de locomoción; con el tiempo algunas familias abandonaron la colonia y se radicaron en distintos lugares del valle central. Ahí se produjo el proceso de integración en la sociedad chilena, y las primeras conexiones que establecieron, sobre todo a nivel laboral, fueron con inmigrantes italianos que ya estaban aquí”.
¿Por qué fracasa el proyecto de la colonia de San Manuel de Parral?
“Por un conjunto de situaciones: las bajas aptitudes productivas del terreno, la escasa inversión en infraestructura, maquinaria y herramientas, la lejanía de los mercados de ventas, los problemas financieros de la Compañía de Colonización y una administración de la colonia muy discutible, también a nivel de relaciones humanas”.
¿Cómo llega Paul Schafer a adquirir esos terrenos?
“En realidad, el terreno fue adquirido en 1961 por ‘palos blanco’ de Schafer: Hermann Schmidt y Rudolf Collen. Venían huyendo de la justicia de Alemania, con el núcleo originario de la secta y un grupo de niños y adolescentes prácticamente secuestrados, porque tenían en contra de su líder una denuncia por abuso sexuales sobre menores. En algún momento se produce el contacto con la Compañía Chileno-Italiana de Colonización y se concreta la venta de 3.000 hectáreas de lo que era la colonia San Manuel. No cuento más para evitar muchos ‘spoilers’”.
No puedo dejar de pensar qué hubiera pasado si el proyecto de los italianos hubiese tenido éxito… ¿No has fantaseado con la idea de que posiblemente la tragedia de la Colonia Dignidad no hubiese ocurrido? Tal vez hubiese ocurrido igual, pero en otra parte, aunque eso no lo vamos a saber nunca…
“Yo también lo pensé; eso escribí en el libro: ‘tal vez habría sido posible liberar a la región del Maule y su gente de algunos espantos si esa venta no se hubiera concretado. Tal vez en otros lados los jerarcas se habrían encontrado con autoridades locales menos ‘sensibles’ a los encantos culinarios centroeuropeos y más propensas a fiscalizar las actividades ilegales. Tal vez, en otro pueblo, un grupo de padres se habría movilizado para recuperar a sus niños. Tal vez los colonos se habrían fugado masivamente. Suposiciones, conjeturas. Pero siempre quedará la duda”.
¿Se puede sacar algo en limpio de la fracasada experiencia de la colonia San Manuel de Parral?
“No sé si algo se pueda sacar ‘en limpio’; esta historia es tan compleja, tan extensa en el tiempo, tan poblada de actores individuales y colectivos, que cada cual podrá encontrarle su sentido. Yo creo, y esa fue mi búsqueda, que lo importante era rescatar la experiencia del olvido y entregársela, sobre todo, a la comunidad regional y a la sociedad chilena en general. Es una manera de fortalecer lo local, densificarlo”.
¿Qué pasó con los colonos italianos? ¿Volvieron a Italia? ¿Se quedaron en Chile, pero en otras zonas? ¿Lograste contactar a alguno de ellos o a familiares?
“Algunos volvieron a Italia, sobre todo en los años 70 y 80, otros se quedaron en Chile y ahora viven en el Maule y en la zona central del país. Sí, logré contactar con algunos, y en el libro están también tres testimonios directos”.
¿No hubo nada ilegal en el traspaso del terreno a la sociedad encabezada por Schafer? ¿Qué antecedentes lograste recabar sobre esa transferencia?
“El acto de venta, según los antecedentes que recabé, no fue ilegal. Sin embargo, creo que sobre la Compañía Chileno-Italiana de Colonización pesa la responsabilidad moral y política de haber favorecido la instalación de Colonia Dignidad en la Región. La embajada alemana en Santiago debía tener en su Fahndungsbuch (el registro de personas requeridas por la justicia alemana e internacionalmente) el nombre de Paul Schäfer. Pero además fue el mismo embajador chileno en Alemania que facilitó la llegada de la secta al país. En 1961, entonces, los antecedentes ya existían. La CITAL tenía que saber a quién le estaba vendiendo y, si no supo, pecó de desidia, viendo una oportunidad para deshacerse de un problema (el fracaso de la colonia italiana) y recuperar parte de la inversión con la venta”.
¿A qué fuentes recurriste para realizar la investigación?
“Trabajé sobre los libros de actas del Directorio de la Compañía Chileno-Italiana de Colonización, conservados en la Scuola Italiana Alcide De Gasperi de La Serena. También con documentos del ARNAD y del CEDOC del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Tuve acceso a más de 100 entrevistas realizadas en 1992 a colonos de San Manuel, La Serena y Coquimbo, y conservadas en el Archivo Provincial de Trento. También trabajé con 3 testigos directos (uno pidió conservar su anonimato), que me contaron su historia de vida”.
¿Qué es lo que más te sorprendió de toda la información que lograste rescatar?
“Desde el punto de vista personal, el descubrimiento de una colonia conformada en su mayoría por gente del Trentino fue un hallazgo importantísimo. Desde un punto de vista investigativo, sin duda la conexión de San Manuel de Parral con Colonia Dignidad”.