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ENTREVISTA: “Me quedo en el Maule hasta que el Presidente lo disponga”

Así lo afirmó la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, refiriéndose a cuántos días pasará en la región en calidad de “enlace” para colaborar en todas las gestiones que sean necesarias desde el sector público para hacer frente a los incendios forestales (por Hernán Espinoza con fotografías de Luis Casanova)

¿Cuál es el escenario a nivel regional en materia de incendios forestales?

“El jueves estuvimos recorriendo Curepto y Pencahue, pero durante la noche seguimos en Frutillar Chico, en Itahue, cerca de Río Claro y Molina, porque allí se había reactivado un foco de incendio. Hoy (viernes) estuvimos en la base de CONAF de Maqui Uno con el subsecretario del Interior, Manuel Monsalve, para visualizar los focos de mayor preocupación.

El principal sigue siendo El Ajial, porque involucra tres comunas de Curepto, Pencahue y Sagrada Familia, con cercanía a viviendas, esto es, con riesgo para las prioridades en el combate a incendios, como son las casas y las familias. Ahora bien, el incendio que se denomina Casablanca 3 Maule y que venía de Ñuble, fue contenido gracias al excelente trabajo coordinado entre CONAF, SERNAPRED, Bomberos y la comunidad de Cauquenes. Es decir, en tres días no logró avanzar, por lo cual, ahora el punto de atención está en la cola de este incendio que se radica en Ñuble.

Y, en tercer lugar, aunque no tiene lugares habitados cerca, no deja de ser de gran preocupación el incendio de Río Blanco, en Longaví, porque es de muy difícil acceso. No sirven los aviones en esa zona y tenemos ventanas de tiempo muy cortos durante el día, debido a la condición meteorológica. Además, por tierra no se puede llegar. Por ello, hacia allá se dirigió la brigada de 27 voluntarios que llegó a Chile y al Maule desde Colombia, por cuanto tienen especialidad en estos terrenos. De hecho, se están acercando desde el Achibueno, justamente, para proteger ese activo natural y ambiental muy importante para la provincia de Linares”.

¿Qué otra labor se está realizando?

“No solo nos preocupamos de esos focos de incendios, sino también estamos trabajando en conjunto con todas las instituciones, para seguir previniendo que se generen nuevos casos”.

¿Qué hacer para afrontar la condición de riesgo que implica el fenómeno de ola de calor que, con el paso del tiempo, se hará cada vez más constante durante los veranos?

“Está claro que la crisis climática no se terminará en un año o dos. Pero, en este momento estamos centrados en tres tareas fundamentales. Primero, en apagar el fuego en todo el país. En segundo lugar, darlas primeras ayudas tempranas a la comunidad afectada. Y, en tercer lugar, la reparación y reconstrucción, lo cual es para los próximos meses. En paralelo, después que se termine la emergencia, todas las instituciones que trabajan integradamente en la gestión de emergencia, incluyendo al sector privado, podamos conversar en torno a las lecciones aprendidas en esta pasada”.

¿Qué le dice la gente pensando más en el mediano y largo plazo?

“Reitero que ahora no es un buen momento para dar recetas, sino que es el momento en que se debe actuar. Y, en ese sentido, la región del Maule es un muy buen ejemplo, porque producto de lo que ha vivido, es una región que tiene una cultura de la prevención muy fuerte. Una experiencia para transmitir a todo el país y que hemos aprendido en esta región es la cultura de apoyo. Aquí producto d e lo que ha pasado en años anteriores, las organizaciones de la sociedad civil y las comunidades saben muy bien cómo ayudar, sabiendo que cerca del fuego deben estar las instituciones expertas, mientras el resto tenemos que ayudar a cómo facilitamos su tarea. Eso se nota en las brigadas comunitarias, en las mujeres. A diferencia de otras regiones, la gente está lejos de la línea de fuego”.

¿Qué responde a algunas críticas que han surgido?

“Se ha dicho que no nos anticipamos, lo cual es falso. El Gobierno previno tanto que hoy enfrentamos con cien brigadistas más esta temporada de incendios forestales. A su vez, hubo metas de construcción de cortafuegos que se superaron ampliamente en esta región, tanto así que el objetivo era de 400 kilómetros y se llegó a poco más de 1.000 kilómetros, esto, con la labor coordinada del gabinete regional y todas las instituciones que participaron en esa campaña. Todo esto demuestra que hubo un trabajo preventivo muy importante”.

¿Está sensibilizada la gente para poner en práctica la cultura de la prevención en materia de incendios o bien habrá que avanzar en medidas restrictivas, como en cuanto al uso de bidones para comprar bencina o la política de “faena cero” en la agricultura al momento de mayor calor?

“Quiero aclarar que ‘Faena Cero’ es un acuerdo voluntario con los privados. En el Maule hay un excelente trabajo con la CORMA, pero hemos insistido mucho en que no son las grandes empresas las únicas que deben aportar. También un pequeño contratista que está construyendo en una parcelación y que está soldando o una familia que está haciendo un asado No olvidemos que un asado nos costó más de dos mil hectáreas destruidas en Cauquenes. Todo eso forma parte de la cultura de la prevención. Ahora bien, la idea no es restricción por siempre, sino que asumir que bajo ciertas condiciones meteorológicas como las que se registraron esta semana, todos tenemos que aportar con nuestro granito de arena. Y en el Maule es casi un deber patriótico aplicar todo ese sentido práctico de la emergencia. Acá lo saben bien porque les tocaron los incendios de 2017, especialmente, en Las Máquinas. Ahora, a nivel nacional, tenemos unos seis focos de ese tipo. Por lo tanto, nuestro trabajo como enlace es apoyar al Delegado Presidencial Regional y reforzar la labor preventiva, particularmente, en puntos de mayor preocupación en infraestructura o cercanía con viviendas. Eso se traduce en reforzar los patrullajes, por ejemplo”.

¿Está descartado por ahora el estado de excepción constitucional para el Maule?

“No. No está contemplado para el Maule porque, en este momento, aunque todo puede variar, el estado de excepción constitucional se estudia como decreto dependiendo de cómo avancen los acontecimientos. Pero aquí, gracias al buen trabajo de las instituciones, se han contenido los focos de incendios. Entonces, no ha sido necesario. Pero ello no quiere decir que no se vayan a recibir ayudas para los damnificados. Los bonos de apoyo vienen a continuación de la ficha de registro, para lo cual, se están realizando coordinaciones. Y, en segundo lugar, los formularios de apoyo del programa de mejoramiento urbano y mejoramiento de barrios, servirán para infraestructura y aplicará para el Maule, aunque no se ha decretado estado de excepción”.

Las ciudades crecen ocupando zonas rurales sin importar los riesgos. ¿Qué políticas se puede corregir o reorientar?

“Acá en la región del Maule tienen experiencia al respecto. Poco antes de que comenzara la temporada de incendios, Constitución dictó una ordenanza municipal para que las parcelaciones también cumplan deberes en cuanto a la limpieza de sus terrenos. Ahora, el Gobierno ha tenido una agenda activa en esto, aunque no estén todos de acuerdo. No olvidemos que el ministro de Agricultura, Esteban Valenzuela, impulsó una política de regularización de los loteos de terrenos agrícolas, no porque queramos obligar a la gente a vivir en otros lugares, sino porque este tipo de emergencias nos demuestran la importancia de observar ese fenómeno”.

¿Cuál es su mensaje para la ciudadanía en el Maule?

“Yo solo tengo palabras de agradecimientos, en primer lugar, para las y los bomberos, así como las y los brigadistas. Son cabros y cabras que vivieron el terremoto como niños, luego, el 2017 como adolescentes y, ahora, están afrontando los incendios forestales, en condiciones muy extremas y emocionantes. Eso habla muy bien de una generación que quiere mucho a su región y la cuida”.

¿Y qué ocurre con el Ministerio de la Mujer y Equidad de Género?

“Estamos todos muy involucrados en esta tarea. Con la seremi, Claudia Morales, asumimos la coordinación de los albergues, con los municipios. La idea es aplicar de mejor forma nuestra pauta de prevención de episodios de violencia en estos espacios, así como para liberar a Desarrollo Social de esta tarea, para que puedan abocarse a ejecutar los catastros a los damnificados, para que la ayuda llegue lo más rápido posible a las personas. Esto habla de un esfuerzo del Gobierno que expresa que no vamos a dejar a nadie solo o sola”

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