La FAO afirma que, a lo largo de su vida, los árboles urbanos pueden proporcionar unos beneficios que valen dos o tres veces más que la inversión en su plantación y cuidado. De hecho, un estudio en la ciudad de Toronto (Canadá) reveló que el mero hecho de tener diez árboles más en una manzana de la ciudad mejora la percepción de la salud de sus habitantes. Y lo hacía de un modo comparable a un aumento de 10 mil dólares en los ingresos personales, o a sentirse siete años más joven.
Pero lo que vemos en nuestras ciudades es muy distinto. Son cientos de árboles intervenidos brutalmente, con copas diminutas, mutilados y deformados. Enfermos y débiles. Vemos también largos trechos de veredas sin árboles. Al mismo tiempo, el sol pega cada día más fuerte y seguirá así por el resto de nuestras vidas y de las vidas de las generaciones que vendrán. Cuando las temperaturas son más altas que nunca, estamos debilitando al único ser vivo capaz de protegernos, el árbol ¿Cómo entender esta situación?
Buscamos ayuda en dos personas que están trabajando en el tema. Una de ellas es Isabel González Bustos, paisajista y viverista, amante del bosque nativo y socia fundadora del Club del Árbol de Talca desde el año 1993, organización de la cual es actualmente presidenta. El otro es el Dr. Mauricio Ponce Donoso, Ingeniero Forestal, ex académico de la Universidad de Talca, quién se ha dedicado por cerca de 15 años a temáticas asociadas a la arboricultura urbana. Es fundador de la Sociedad Chilena de Arboricultura (SOCHAR) y recientemente creó la empresa Arbologia, desde donde realiza asesorías en la temática, especialmente en la evaluación de árboles.
Mauricio ¿cuál es la contribución que el arbolado urbano hace a la vida en la ciudad? y ¿Qué significado tiene ese aporte en contexto de crisis climática?
“El árbol y bosque urbano no es solo un mero actor asociado al ornato de la ciudad. Es un ser vivo que en su desarrollo ha venido aportando una serie de servicios ecosistémicos, muchos de ellos vinculados al medio ambiente, y por consiguiente coadyuvantes en esta crisis climática, como por ejemplo, reducir las islas de calor y amortiguar los eventos asociados a olas de calor, incluyendo la reducción de la temperatura y aumento de la humedad relativa. Reduce los eventos extremos asociados a las precipitaciones, mejorando además la capacidad de infiltración del agua en el suelo y mejora las condiciones de salud asociadas a enfermedades no transmisibles, entre otros. De hecho, el árbol y bosque urbano tiene un rol relevante asociado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible que impulsa Naciones Unidas, conocidos como ODS 2030”.
Y dada la enorme importancia que tienen los árboles ¿cómo calificarías el estado actual y la gestión que se hace del arbolado urbano en Talca?
“Considero que si bien ya no vemos las mutilaciones anuales que vimos hasta hace no muy poco, se llega a intervenir el arbolado tarde y mal. Tarde porque no hay podas de formación en los años iniciales, se plantan árboles que son inadecuados para el espacio disponible; y mal, porque se poda sin aplicar técnicas modernas. En resumen, si bien hay cambios, considero que llevamos un rezago de más de 25 años. Ahora, cuando vemos lo que hacen las distribuidoras eléctricas, seguimos observando prácticas que son inapropiadas, que degradan los árboles y generan riesgo a las personas y bienes, tanto en espacios públicos como privados”.
Según la Ley Orgánica Constitucional de Municipalidades es la municipalidad la responsable del arbolado urbano ubicado en los espacios de uso público. ¿Por qué entonces es la CGE la que interviene los árboles?
“Así es, el municipio es el último responsable. Las compañías de distribución eléctrica, como CGE, tienen la obligación de proveer la energía y en esa misión deben intervenir los árboles para evitar conflictos con el arbolado. Estas compañías deben informar al municipio respecto de sus intervenciones, y el municipio debería observar respecto de las prácticas que se llevarán a cabo. Sin embargo, esta revisión no se hace como es debido, sino no observaríamos tantas mutilaciones y prácticas inadecuadas. Si bien la ley eléctrica obliga a asegurar la provisión de energía a la población, se ha señalado claramente, que ello no da la libertad para hacer lo que se quiera con los árboles, como ocurre actualmente. Nuevamente estamos frente a prácticas abusivas, mal ejecutadas, y faltas de toda técnica: acá no hemos avanzado en nada”.
Diversos municipios han denunciado las malas prácticas de la CGE. Recientemente lo hizo la alcaldesa de Molina. En tu columna “Los árboles urbanos y las podas de servicios eléctricos” publicada el 11 de marzo de este año, indicas que la CGE está incumpliendo la ley en varias formas. ¿Podrías explicarnos esta afirmación?
“Esta compañía no incumple la Ley, lo que ocurre es que la ley no es clara, porque señala que “las prácticas deben ser las apropiadas para no dañar los árboles”, pero no indica qué prácticas. Si bien hay circulares adicionales que buscan obligar mejores prácticas, esto sigue siendo letra muerta. Considero que acá lo único que queda es que el responsable del arbolado urbano, es decir, el municipio, asuma como corresponde sus obligaciones que están en la LOCM. Veo que es muy difícil que las prácticas de las compañías de distribución eléctricas migren a praxis modernas y necesarias para todos, sin la debida intervención del municipio, el que también se encuentra en falta, máxime si consideramos los beneficios que proveen los árboles por sobre los problemas que podamos argumentar en su contra”.
Isabel, Talca tiene una ordenanza de arbolado urbano, construida de manera participativa. Viendo la manera en que la CGE interviene los árboles, y la inacción de la municipalidad al respecto, ¿qué sentido tiene esta ordenanza? ¿Cómo podría hacerse efectiva?
“Esta ordenanza está operativa desde el año 2021 gracias a un trabajo participativo que buscó representar a los ciudadanos. A simple vista no se está aplicando en muchos de sus artículos, como en la cobertura de 70% de especies nativas, manejo de podas y el tipo de especies para clima mediterráneo y bajo consumo hídrico. Es difícil que los ciudadanos podamos hacer efectiva la ordenanza y fiscalizar el trabajo de la Municipalidad, creo que debiera existir un organismo fiscalizador donde la ciudadana pueda hacer sus denuncias y evitar que se siga mutilando muchos de los árboles bajo las líneas de la CGE o plantando especies inadecuadas”.
Entiendo que ustedes estuvieron en una reunión con la CGE hace un tiempo. ¿Cuál fue la recepción a sus planteamientos?
“Sí, sostuvimos una reunión en el mes de Julio de este año con el abogado y funcionarios de la CGE, además de personal de la Municipalidad de Talca. Nos informaron que la ley los faculta para limpiar líneas y no les exige que el trabajo de cortes sea realizado por equipos de profesionales en poda o en fechas de receso vegetal. Pero en la ordenanza se indica algo diferente. La Unidad de Arbolado Urbano es la encargada del cuidado y bienestar de los árboles y en diferentes artículos se mencionan las exigencias de poda adecuadas, realizadas por personal calificado y en las fechas que no dañe el desarrollo de los árboles. Pero a simple vista por las diferentes denuncias de los ciudadanos, vemos que estas indicaciones no se aplican”.
Mauricio ¿Cómo debería ser un proceso de poda adecuado? ¿Es posible hacerlo con los recursos con que cuenta el municipio?
“Las podas son técnicas muy simples, y sus objetivos son muy precisos; el único desafío que podría haber es respecto de cómo hacerlo en una especie u otra, o individuo y etapa de vida. Tengo la impresión que el único problema que tienen los municipios en la actualidad es contar con profesionales y técnicos que sepan de arboricultura por una parte, y por otra, la más importante, es tener autoridades comprometidas con el espacio público, donde el árbol tenga una función cada vez más relevante, considerando los desafíos asociados al cambio climático”.
El otro día pasó un equipo de la CGE interviniendo los árboles en mi barrio. Los estaban cortando por debajo de la altura de los cables. Yo salí a conversar con los trabajadores para explicarles el daño que hacen. Su argumento fue que los árboles son un peligro para el cableado. Muchos vecinos y vecinas también le temen a los árboles que están a la altura del cableado. ¿Podríamos tener árboles altos y frondosos en toda la ciudad sin que sea peligroso?
“Podemos y tenemos que tener árboles altos y frondosos, lo importante es que el árbol correcto sea establecido en el sitio correcto, y lamentablemente eso no está ocurriendo en la actualidad. Se ha de tener en consideración que los árboles no están exentos de riesgo, pero hay que tener claro que si valoramos los beneficios que nos aportan, la balanza se inclina por lejos en favor de los árboles. Sin embargo, si no hay un verdadero cambio, desde la comunidad, hasta la autoridad máxima, pasando por todos los actores que tienen la obligación de manejar el arbolado, seguiremos estancados, desechando la oportunidad de gestionar el árbol y bosque urbano, aprovechando sus beneficios ambientales y sociales, tan necesarios para hacer un país más justo”.
Isabel, para concluir, ¿Cómo imaginan o sueñan en el Club del Árbol que debería ser la situación del arbolado urbano en Talca?
“Soñamos con una ciudad más verde, con más árboles nativos en las calles, bien cuidados con podas adecuadas, y ojalá que en las nuevas zonas habitacionales haya cables subterráneos. Además de muchos ciudadanos involucrados en su entorno, cuidando y protegiendo a nuestros árboles”.
(por Francisco Letelier Troncoso, académico Sociología UCM, con fotografías de Paula rodríguez y Luis Casanova)