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INFORMACIÓN CEREBRAL Y LA CONSTITUCIÓN EN CHILE. Por María Teresa Muñoz

Por Dra. María Teresa Muñoz Q., vicerrectora de investigación y postgrado de la Universidad Católica del Maule.

Con mucha alegría vimos que en estos días la Sala del Senado de Chile, con votación unánime, le entregó su respaldo al informe de la Comisión Mixta para modificar la Constitución Política con el fin de proteger la integridad y la indemnidad mental con relación al avance de las neurotecnologías y crear una ley en Neuroderechos.

Una votación transversal que nos transforma en el país pionero que legisla al respecto y donde la UCM a nivel institucional ha estado presente en esta discusión de manera activa, colaborando en las reuniones convocadas por la Comisión Desafíos Futuros del Senado, para poder reflexionar, enriquecer y entregar insumos en la importancia que tiene regular y proteger la información cerebral en nuestra Constitución.

Creemos que es clave proteger la integridad mental de las personas y a la vez poder regular el avance y desarrollo de las neurotecnologías, algo muy relevante si se considera que hoy en día están asociadas a elementos clínicos como la rehabilitación, pero que también, buscan regular las neurotecnologías directas, es decir, que leen o escriben en nuestros cerebros, como es el caso de Neuralink que son dispositivos cerebro-cerebro o cerebro-máquina que buscan, supuestamente, estimular nuestras capacidades y regular emociones, dejando que nuestros datos neuronales sean accesibles a esta empresa o es más estar regulado u orientado este proceso de estimulación neuronal por un especialista.

Sabemos que es muy importante potenciar o estimular el desarrollo neurológico, sin embargo, no siempre las personas tienen conocimiento de las consecuencias físicas, psicológicas o sociales, o de la forma que debe aplicar, por lo que la ley apunta a la inscripción de las neurotecnologías en un registro del Instituto de Salud Pública (ISP), el mismo que se usa para los dispositivos médicos, vela por la protección de los datos neuronales y  que para intervenir a otros a través de las neurotecnologías, se deberá contar con su consentimiento libre, previo e informado, por escrito y tendrá un carácter de irrevocable. En el fondo, esta ley apunta a establecer un nuevo derecho humano que garantice que el desarrollo científico y tecnológico estará al servicio de las personas y deberán proteger su vida e integridad física y psíquica, específicamente proteger la actividad cerebral de las personas a medida que se produzcan avances en las neurotecnologías.

Agradezco la participación de todos los académicos de la UCM que estuvieron presente en las reuniones de la Comisión, en especial a los académicos del Laboratorio CINPSI Neurocog de la Facultad de Ciencias de la Salud, doctores Chiara Saracini y Boris Lucero, además de la directora de investigación de nuestra Institución, la Dra. Ingrid Carvacho quienes, desde el año anterior, fueron parte del diálogo que terminó con una ley aprobada de manera unánime en la Cámara Mixta del Congreso.

Quiero agradecerles a ellos por su tiempo destinado y por liderar el tema desde Talca, ya que había muchas universidades de Santiago, pero muy pocas de regiones, y hasta el día de hoy somos muy activos en la socialización sobre la temática, por ejemplo, a través del CINPSI se participó en una charla de neuroderechos y neurotecnologías de Explora de Coquimbo.

Sobre la importancia de ser los pioneros como país en el mundo en legislar en esta materia, y sobre todo si se considera el contexto actual, en el que estamos en pleno proceso de redactar una nueva Constitución, fue relevante, el que no se haya dejado esperar más tiempo, teniendo en cuenta que la urgencia la da el impacto de las neurotecnologías y cómo estas están llegando de manera rápida a las personas en su vida cotidiana, y sin regulación.

Con alegría vemos también que los neuroderechos ya están siendo tratados como temática en la Convención Constitucional, siendo considerado, dentro de los derechos de tercera generación.

Finalmente, quiero recalcar que como universidad valoramos el poder colaborar en estas instancias que protegen la vida y resguardan los derechos fundamentales de las personas.

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