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LA PRIMACÍA DE LO ACCESORIO por Juan Carlos Pérez de La Maza

Un conocido aforismo jurídico señala que, siempre, “lo accesorio sigue la suerte de lo principal”. La frase, elocuente como buen aforismo, no sólo puede aplicarse al mundo del derecho sino a muchas otras áreas del quehacer humano. Como la economía o política, por ejemplo. Y, como la semana que termina fue particularmente intensa en aconteceres de esos que pueden considerarse trascendentales o principales, de acuerdo al aforismo comentado, estimo interesante separarlos de los otros, los meramente accesorios, y observar qué tratamiento dan, a cada cual, aquellos que tienen la representación ciudadana.

En sendos informes entregados a la prensa, las policías coincidieron en remarcar el ostensible aumento del delito en el país. Particularmente, han aumentado aquellos ilícitos más violentos y que atentan contra la vida o la integridad de las personas. Los números entregados son tan elocuentes que, es probable, el Lector los haya retenido. Un aumento del 32% en los homicidios y de un 77% de los secuestros. Y, junto con el aumento cuantitativo, los informes coincidieron en remarcar la extrema violencia con que se perpetran dichos crímenes, lo cual es el problema que más preocupa a los expertos en seguridad.

Por otra parte, diversos economistas internacionales manifestaron su creciente preocupación por el nivel inusitado que está alcanzando la inflación latinoamericana. Y, en ese contexto, lamentablemente nuestro país ofrece un panorama muy poco auspicioso. Si descontamos Venezuela, cuya hiperinflación escapa a cualquier análisis (sobre el 300% en 2022), y Argentina, en el que el problema inflacionario ya es casi endémico (94,8% el año recién pasado), Colombia, Chile y Perú, países que hace pocos años exhibían una inflación baja y controlada, son los países que realmente preocupan a los analistas y organismos económicos serios.

Por último, diversos medios analizaron los resultados obtenidos por los miles de jóvenes que rindieron la Prueba de Acceso a la Educación Superior, remarcando la notable brecha que separa, una vez más, los puntajes logrados por los establecimientos privados, en comparación con los alcanzados por la educación pública. Y, en esos análisis, cualquier observador pudo apreciar el formidable deterioro de esta última, expresado en los puntajes promedios de los denominados “establecimientos emblemáticos”. Esos Liceos, otrora en los primeros lugares, hoy no están ni cerca de aquello (el Instituto Nacional pasó del lugar 9 al 201; el Liceo 1 de la posición 118 a la 544; el Liceo de Aplicación del lugar 352 al 944; el Liceo Barros Borgoño del 363 al 944 y el Internado Nacional Barros Arana del 523 al 833).

Comprenderá el Lector que lo anterior es, apenas, un apretado resumen de los temas que podrían ser considerados trascendentales para nuestra sociedad. El notable incremento de la criminalidad y el consecuente aumento de la inseguridad que padecemos todos los chilenos; el sombrío panorama esbozado por un bajo crecimiento económico, una inflación que supera niveles no vistos en décadas y un desempleo al alza y, tanto o más significativo que lo anterior, una educación pública que exhibe los efectos de la ideologización e instrumentalización de que ha sido víctima en los últimos años.  Mientras tanto, allá lejos, nuestros representantes discuten Acusaciones Constitucionales, negocian aprobaciones o rechazos, a la vez que polemizan respecto de si los acusados efectivamente violaron la Ley, sólo lo intentaron o son simplemente ineptos.

Nosotros, los ciudadanos simples y sin fuero, les observamos hacer uso de sus tiempos y energías urdiendo estrategias para ganar las próximas elecciones, elaborar intrincados esquemas de alianzas, pactos y contubernios varios con los que lograr el favor electoral y hacer de lo accesorio su ocupación principal.  ¿Habrá un tiempo, por venir, en que quienes tienen la misión, y la responsabilidad, de conducir, guiar y representar a la comunidad, comprendan que la minucia y el pormenor nunca deben ser considerados importantes? Y que el país nunca progresará efectivamente si sus grupos dirigentes siguen privilegiando lo accesorio, por sobre lo principal.

Juan Carlos Pérez de La Maza

Licenciado en Historia

Egresado de Derecho

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