Carolina González, TENS Unidad de Pacientes Críticos Hospital Regional
“Me levanto con el deseo de ayudar a que esta pandemia de acabe”
Hace seis años me incorporé como parte del equipo que trabaja en la Unidad de Pacientes Críticos Adultos y en marzo con los pacientes Covid, ha sido bien difícil porque no sabíamos nada, hemos tenido que ir aprendiendo, conociendo este virus.
Lo más complicado ha sido el alejamiento, vivo con mi pareja y mi hijo, él es pequeño tiene apenas cinco años y por eso es que cuando llego a mi casa trato de desconectarme de todo, aprovechar el tiempo con mi hijo, hacer otras cosas y no tener contacto con los medios de comunicación por que todos hablan de esta enfermedad que veo a diario. Por eso a las cinco de la tarde salgo del hospital y me desconecto para volver al día siguiente.
Cuando llegan un paciente a la unidad se conoce que su familia también esta contagiada por lo que vive este proceso en soledad, por eso el tema familia es complicado. Sin embargo, el equipo de médicos de la unidad está comprometido y se preocupa de llamar para informa de cualquier cambio que registre el paciente y en aquellos casos que la familia está lejos hacen video llamadas.
Lo más terrible que hemos vivido es cuando la situación médica del paciente es bastante crítica y se le autoriza a la familia a despedirse.
Recuerdo el caso de una pareja de adultos mayores, llevaban cerca de 40 años de casados. Ambos estaban contagiados y se encontraban internado en la unidad de medicina acá en el hospital, pero por su estado de salud estaban en habitaciones distintas pero eso no impedía que se comunicaran porque a diario se escribían cartas.
Ella se complicó y tuvieron que trasladarla a la Unidad de Pacientes Críticos, lo que nunca conoció su esposo, lamentablemente la paciente falleció y adoptando todos los protocolos es que se autorizó que pudiera despedirse, fue muy terrible porque el caballero lloraba porque no podía comprender que su esposa la que lo acompaño por más de 40 años se moría.
Si las personas supieran lo terrible que es dejar a un familiar solo en la UCI o en Medicina y lo peor es cuando fallecen porque no pudieron acompañarlo y el tiempo transcurre en que fallece el paciente por Covid y su entierro es tan corto que no hay tiempo para nada, solo queda la pena.
Tengo miedo, a mis papás hace mucho rato que no los veo presencialmente pese a que realizamos video llamadas pero siempre está la necesidad de tenerlos cerca, pero me acuerdo que puedo contagiarlos, tengo miedo de contagiar a mi hijo que tiene apenas cinco años, pero también tengo miedo de contagiarme porque hemos visto a colegas que han llegado acá (Unidad de Pacientes Críticos) pero todos los días me levanto con el deseo de ayudar a que esta pandemia de acabe.
Creo que la vacuna contribuye a este objetivo, los estudios lo avalan y por eso es que decidí vacunarme para seguir aportando con mi granito de arena para que esto (pandemia) se detenga, es parte de la solución, pero también hay que seguir con el autocuidado, usar mascarilla en todo momento, lavado frecuente de manos, utilizar alcohol gel y por sobre todo el distanciamiento físico, con lo que he visto me sorprende ver a las personas que no usan mascarilla o se abrazan y besan, hay que seguir cuidándose.
Rocío Mejías Parada, enfermera Clínica Unidad de Paciente Crítico Hospital de Regional
“Es imposible que el mundo entero esté actuando”
Cuando uno ve que el paciente se complica hay que estar pendiente por la vida de esa persona a través del equipo multidisciplinario con enfermero, médico, TENS, kinesiólogos y auxiliares de servicio, es una carga emocional porque en esta pandemia se ha visto mucha gravedad y mortalidad en los paciente y lo que más me afecta es que la familia no tiene contacto con el paciente.
Si bien al decir que el paciente muere solo, esto se refiere a que lo hace sin su familia, porque en el fondo el paciente fallece con nosotros, estamos ahí prestándole todo nuestro apoyo profesional, pese a que está entubado y bajo sedantes, lo más probable es que no sufre, pero por empatía si nos pesa eso, porque el comunicarle a un familiar que no vio durante todo este tiempo al paciente es doloroso.
Hay ocasiones en los que he utilizado mi teléfono para que las familias puedan comunicarse a través de video llamadas con el paciente que puede hacerlo, que está en condiciones de hacerlo, pero también cuando el proceso es más crítico se ha permitido -en alguna ocasión- que un familiar pueda ingresar a la Unidad para despedirse, pese a que se entiende que el contacto es riesgoso, pero humanamente es necesario este contacto, pero no es para todos, es solo cuando se puede y las condiciones sanitarias lo permiten.
Esto es real, pero hay personas que no les ha tocado, que han tenido la suerte de no verlo y de que no se les ha enfermado ningún ser cercano, pero no es un invento. Es imposible que el mundo entero esté actuando, es imposible que todos los funcionarios de la salud estemos inventando una enfermedad.
El Covid me genera miedo, pero no de enfermarme, me produce miedo de enfermar a mi familia, mis papás son adultos mayores, entonces tengo ese temor al ver llegar a personas de esa edad (Unidad de Pacientes Críticos) y veo que quedan muy deteriorados o simplemente no salen de ventilación mecánica, ese el miedo que me da, de la carga emocional de sentir que ni Dios lo quiera que puede llegar uno de ellos ahí.
El 2020 fue un año intenso y pese a existir un cansancio este no es al grado de no querer trabajar, uno eligió esta profesión y teniendo salud continuaré haciendo mi labor profesionalmente.
A lo largo de la historia siempre hemos aminorado enfermedades gracias a las vacunas, si bien entiendo que hay gente que no se vacunó por temor, yo creo que los que nos vacunamos también tenemos temor en cierto grado pero a la vez tenemos la esperanza de quienes fabrican la vacuna son profesionales que durante todos estos meses han estado estudiando el tema y esta vacuna en algo va a aminorar la enfermedad.
Esto es ciencia, la ciencia avanza y creo que quienes crearon la vacuna lo hacen por un bien mayor. Chile tiene la oportunidad de contar con esta vacuna como lo ha hecho Europa y Estados Unidos porque existe confianza que es un avance para aminorar la enfermedad que al igual que otras no desaparecerá, que permanecerá y que afortunadamente tenemos herramientas para tratarla.
Me encantaría que todos los funcionarios de salud tengan acceso a esta vacuna al igual que la población en general, porque es una oportunidad para aminorar la mortalidad y la gravedad de esta enfermedad, para que las UCI del país no se sigan llenado de pacientes por neumonía por Covid y para que podamos tener una vida más tranquila y normal como era antes que hoy no la tenemos.