Hernán Merino Correa es el segundo de cuatro hermanos. Era hijo del Capitán de Carabineros Carlos Merino Charpentier, quien estaba destinado en Antofagasta cuando nació, el 17 de julio de 1936 y Ana Correa de la Fuente. Luego de vivir en Valparaíso, a comienzos de la década de 1940, la familia se radicó en Limache, donde Hernán pasó gran parte de su infancia y adolescencia.
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¿Cómo era su hermano en esa época?
«Muy aficionado al deporte, especialmente al fútbol donde destacó como arquero. No era el primer alumno del curso ni el último, pero le iba bien, incluso se convirtió en abanderado, cuando estudiaba en el Liceo “Abraham Vera”. Él desde siempre quiso postular a la Institución, pero antes estudió Mecánica Industrial en la Universidad Técnica del Estado, carrera que congeló para preparar los exámenes de ingreso a la Escuela de Carabineros, a la que se incorporó en marzo de 1956 como Aspirante a Oficial y egresó un año más tarde, con uno de los primeros lugares de su promoción».
SU VIDA PROFESIONAL:
Como Subteniente, luego de algunas designaciones dentro de Santiago, en 1960 fue destinado a Santa Bárbara, región del Biobío. En esa época comienza a destacar por su generosidad y arrojo y lo demuestra cuando un camión cayó al río Mininco; entre los desaparecidos se encontraba una madre y su hijo. Merino inició la búsqueda que se extendió hasta la desembocadura del río Biobío. Aferrados a un tronco, en medio del cauce, vio a los sobrevivientes rescató a la mujer y su hijo.
En febrero de 1962 fue trasladado a la Prefectura de Aysén, donde realizó servicios en Coyhaique y Puerto Aysén. En esa época le correspondió socorrer un avión de la Fuerza Aérea que se accidentó en junio de 1963. En esta oportunidad organizó patrullas de rescate y fue el primero en llegar al siniestro. Junto al piloto civil, Ernesto Hein, lograron rescatar al único sobreviviente. En 1964 comenzó un nuevo desafío en Chile Chico y al año siguiente se hizo cargo de la Tenencia Cochrane, localidad de baja densidad poblacional ubicada a 345 km. al sur de Coyhaique.
¿Qué visión desarrolló de la zona?
«La llegada a Cochrane le impactó, porque todos estaban vestidos de gauchos y no conocían nuestra música. Frente a este sentimiento de desarraigo inició una campaña para modificar las costumbres existentes, por lo mismo participó en la creación del club de cueca. En suma, fue a hacer soberanía».
CONTROVERSIA:
El 4 de octubre, gendarmes argentinos notificaron al colono Domingo Sepúlveda Cárdenas, con domicilio en Laguna del Desierto, para presentarse en Río Gallegos y le comunicaron sus pretensiones de instalar un puesto de avanzada en su predio. El 8 del mismo mes, Sepúlveda concurrió al Retén Lago O’Higgins para dar a conocer la situación. Se dispuso, por parte de Carabineros, enviar una patrulla a la zona con el fin de verificar la denuncia y patrullar esa parte del territorio.
El Teniente Merino, junto a un reducido grupo de personal recibió la orden de constituirse en la zona del problema, acompañado del Jefe de la 1° Comisaría de Coyhaique, Mayor Miguel Torres Fernández. La avanzada se estableció en la zona de Laguna del Desierto, en el domicilio de la ciudadana chilena Juana Sepúlveda Cárdenas.
En tanto, la situación fue discutida entre los presidentes Eduardo Frei Montalva y Arturo Umberto Illia en una reunión efectuada en Mendoza, a fines de octubre de 1965, donde se acordó intensificar los trabajos de la Comisión Mixta de Límites en dicha zona. Paralelamente, una protesta argentina reclamó la presencia de los funcionarios y se debieron reiniciar las negociaciones, lo que se concretó el 5 de noviembre.
Ese día se llegó a un acuerdo entre los gobernantes de Chile y Argentina. Se dispuso el regreso de Carabineros al Retén Lago O’Higgins y la reducción de gendarmes a su dotación normal en el puesto La Florida, además se dejó sin efecto la construcción de la avanzada en Laguna del Desierto, por parte de la Gendarmería trasandina. A la mañana siguiente, se publicó la declaración oficial. Producto de los problemas de comunicaciones y caminos, Chile pidió un plazo de 48 horas para ejecutar el acuerdo.
DECESO:
El Mayor Torres dispuso los preparativos para levantar la Avanzada de Carabineros, quedando en ella sólo cuatro funcionarios: el Teniente Merino, el Sargento 2º Miguel Manríquez, el Cabo Víctor Hugo Menar y él, además de dos hijos de colonos que les habían confiado. Estaban desarmando el campamento cuando cerca de las 16:30, del 6 de noviembre, los niños avisaron que venían gendarmes argentinos. El Mayor Torres, desarmado, se encontraba en el bosque y avanzó hacia ellos, levantó las manos e hizo saber su intención de hablar con el jefe argentino.
Al percatarse de la llegada y sabiendo que su jefe estaba desarmado, Merino tomó un arma y ordenó al Sargento 2º Manríquez hacer lo mismo y pidieron a los argentinos que salieran porque no había intención de disparar. Se colocó tras él, para cubrirlo frente a cualquier problema. En ese instante, un disparo hirió de muerte al Teniente Merino, al mismo tiempo, el Sargento 2º Manríquez resultó lesionado.
¿Cómo recuerda esta noticia?
«Yo lo perdí cuando tenía 22 años, nunca lo vi sentir miedo a nada. Era un hombre positivo, muy especial y me hace muy bien recordarlo».
Luego de su muerte, la consideración y respeto nacional fue rápidamente recibido por su familia. A menos de un año de su fallecimiento, el gobierno del Presidente Frei Montalva reconoció el actuar patriota del Teniente Merino en defensa de la soberanía nacional. De esta manera, el 3 de mayo de 1966, mediante la Ley Nº 16.468, fue ascendido a General. En tanto, el 1 de junio de 1966, mediante el Decreto Supremo Nº 818, se le concedió al General Hernán Merino Correa la condecoración Premio al Valor.
Desde abril de 1997 sus restos descansan en una cripta ubicada en el monumento Gloria y Victoria, construido por la Institución, en honor a los caídos en el cumplimiento del deber. Cincuenta años más tarde sus valores son un ejemplo a seguir por su familia, Carabineros de Chile y la sociedad en general.
(Fuente: Chile Militar)