Para nadie es desconocido que el 2023 no fue el mejor para la economía del país y de la región, en gran medida, debido al bajo consumo y las altas tasas de interés bancarias. En ese contexto, muchos pensarían que lo más prudente sería esperar a ver como el mercado se estabiliza durante el primer semestre del 2024.
Pese a ello hay quienes están acostumbrados a tomar riesgos y, en la esfera local, se destacan Ángela Silva y Carlos Ortiz, propietarios de ANCAR, una reconocida empresa familiar dedicada a la fabricación de ropa corporativa, cordonería y distribuidor de maquinaria especializada, con asiento en Talca.
Ángela y Carlos impulsaron la política de “la economía al revés”, es decir, cada vez que la situación se pone difícil, toman decisiones arriesgadas para crecer en sus emprendimientos. Fue así como, hace 20 años y sin experiencia, pero con la necesidad de trabajar, comienzan con la venta de textiles que compraban en Santiago, para generar su clientela en Talca. Todo esto permitió convencer a la banca que se trataba de un negocio rentable y, por sobre todo, con proyección.
La llegada de la primera expansión fue con una cordonería y venta de productos para el rubro de la costura, donde se incorporó la venta de maquinaria especializada, lo cual se mantiene en calle 6 Oriente, entre 1 Sur y 1 Norte, proyecto que se mantuvo a pesar del terremoto de 2010.
Ángela y Carlos recuerdan que la misma madrugada del 27 de febrero del 2010 llegaron hasta sus dos locales comerciales, esto es, la casa central que arrendaban en calle 2 Sur, entre 5 y 6 Oriente, y el recinto de calle 6 Oriente. A simple vista, ambos estaban en pie, pero el local de 2 Sur no soportó las réplicas y se terminó por derrumbar. Así, mientras otros cerraban y muchos no volvieron a abrir, estos emprendedores tomaron sus ahorros y los invirtieron en un nuevo local para continuar con el negocio, ubicado en 4 Oriente, entre 2 y 3 Sur.
El terremoto, el estallido social y la pandemia son algunas de las dificultades que ha debido sortear esta familia emprendedora. Ahora se enfrentan a una crisis económica donde los expertos llaman a la cautela, pero ellos decidieron nadar contra la corriente, por lo cual, tomaron sus ahorros, convencieron al banco y asumieron un nuevo desafío. Para ello, compraron las instalaciones de la ex imprenta Guntenberg, en calle 4 Sur, entre 4 y 5 Oriente, para instalar ahí su fábrica principal que abastece a sus dos locales de ventas, todos en el casco histórico de Talca.
Ángela sostiene que “gracias a Dios, ni el terremoto, ni la pandemia y tampoco la crisis económica del 2008 o 2009 ha sido tan fuerte como la que estamos viviendo. Siempre hemos tenido números azules, quizás en la pandemia bajamos un poco pero lo superamos y en el estallido social también pero igual lo superamos, pero ahora venimos con números rojos hace varios meses y con la inversión grande que tenemos nos da miedo, porque sabemos que para crecer hay que endeudarse, las cosas no las regalan y con nuestra demanda de trabajo necesitábamos una bodega en algún lugar para poder tener el stock para vender a nuestros clientes y así conocimos de la opción de la venta de este lugar que era la gran oportunidad porque quedamos muy cerca de nuestras tiendas y nos permite tener buen contacto y distribuir de buena forma, sin perder la venta”.
La empresaria talquina sostiene que “a pesar de que en pandemia el país pese a estar paralizado, nos reinventamos para continuar trabajado y que nuestros trabajadores también mantuvieran sus puestos. Nuestro contador nos dice que somos muy arriesgados pero nosotros hemos sido súper ordenados, tenemos nuestros resguardo y ahorritos y si bien hay una deuda importante siempre consideramos hasta donde podemos llegar a pagar, pero debemos reconocer que nunca pensamos que estos sería tan fuerte la crisis, que se nota en que nuestras ventas han bajado, entre un 30 y un 40 por ciento, pero creemos que esto se basa en algo que está pasando en nuestro país y que es la seguridad porque la gente no sale, no invierte, existe temor y eso ha marcado esta crisis, pero nos vamos a seguir levantando, no le tenemos miedo a eso porque somos emprendedores”.