La Región del Maule presenta un territorio con baja diversificación productiva y fuerte dependencia de sus recursos naturales. En efecto, la conformación socioeconómica y cultural de la región está muy atada históricamente a las labores y faenas realizadas en torno a la actividad primaria.
De esta manera, la región se conformó estructuralmente alrededor de la actividad agrícola desde los albores de la República, caracterizada por disponer de un vasto territorio dedicado, principalmente, a la agricultura y silvicultura.
La evolución que ha experimentado su matriz productiva en la última década da cuenta de cambios sustantivos respecto de las actividades que más han crecido en producción y empleo, relegando al sector silvoagropecuario a un tercer lugar en cuanto a su participación económica regional. Una muestra de aquello se observa en los indicadores regionales de producción del Banco Central de Chile (BCCH), los cuales señalan que “el sector de mayor participación en el PIB 2019 (último año informado por el BCCH para el PIB regional por actividad económica) para la Región del Maule es Servicios Sociales Personales con un peso de 16,7%, cifra que presentó un aumento de más de 4 puntos porcentuales en una década”. Por el contrario, la Agricultura evidencia, para igual período, un retroceso, con una presente participación en el PIB del 12,8%, siendo relegada a la tercera actividad que mayormente contribuye al producto regional; si bien la agricultura todavía sigue teniendo una importante participación socioeconómica regional, no es menos cierto que su peso relativo ha ido disminuyendo.
El crecimiento de los servicios y el comercio en el Maule dan cuenta de un cambio significativo de su matriz productiva, convirtiéndose en una región con mayor desarrollo en el sector terciario de la economía, en comparación con lo que en antaño era básicamente el sector primario.
“Seguimos siendo una región agrícola, pero menos que antes”. Lo anterior ha provocado que el comportamiento económico regional no esté tan influenciado por la estacionalidad como en antaño, sino más bien se ve mucho más impactado por los ciclos económicos.
Es así como uno de los aspectos más destacables evidenciado en el crecimiento económico de la Región del Maule es la constatación empírica de una duración promedio de entre 4 a 6 años del ciclo completo de expansión-contracción, esto es, desde el punto en que la economía regional comienza a crecer hasta llegar a su `peak´ y luego decrecer hasta llegar a su piso mínimo, observándose también que cada subperíodo del ciclo (expansivo o contractivo) tiene una duración aproximada de entre 2 a 3 años.
Por su parte, en lo fundamental, el ciclo se explica por el comportamiento de los sectores Exportador, Comercio y Construcción. Cabe destacar, que las series de datos asociados a estos sectores son componentes del indicador predictivo del comportamiento económico para la región, denominado Índice Líder Compuesto para el Maule (ILCM), confeccionado en su momento por el Centro de Estudios y Gestión Social del Maule (CEGES), actualmente Instituto Iberoamericano de Desarrollo Sostenible (IIDS) de la Universidad Autónoma de Chile (Riquelme y Olivares, 2016), por tanto, representan los sectores relevantes del ciclo económico maulino, con base a los cuales el Informe Socioeconómico del Maule (ISOMA), elaborado por el IIDS, genera sus proyecciones de crecimiento económico regional, que para este año lo situó entre un 6 y 8 por ciento, en el contexto de su ciclo expansivo.